Un verdadero misterio envuelve la muerte violenta de Heriberto Quintero Quiñonez, quien era pensionado de la Policía. 

El cadáver del hombre de 60 años apareció dentro un canal de aguas lluvias del barrio Torcoroma III, de la ciudadela La Libertad, con tres heridas, al parecer, de disparos en el pecho.

Eran las 6:00 de la tarde del martes, cuando un transeúnte de ese sector se percató que dentro del ducto de aguas lluvias había un cuerpo sin vida de un hombre, de inmediato, en medio del susto, alertó a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc). 

Minutos después, una patrulla del cuadrante llegó a verificar lo informado y al ver que efectivamente había un cadáver y a su lado un revólver, procedieron a acordonar la escena y a esperar que más unidades de la Mecuc llegaran.

Minutos después, algunos de los familiares de Quintero, que viven cerca a ese sector, también fueron alertados y llegaron a verificar si se trataba de su ser querido, luego de haberlo reportado como perdido desde las 5:30 p.m. del lunes.

Tras su rastro

Según se pudo establecer, la familia del policía retirado no lo volvió a ver desde la tarde del lunes, cuando salió a caminar, actividad que tenía por costumbre.

Pero como no regresó a la vivienda, la preocupación de que algo malo le habría ocurrido invadió a los seres queridos, por lo que le avisaron a las autoridades.

Cuando uno de los uniformados le mostró una fotografía del cadáver hallado a uno de los parientes del expolicía, el llanto se apoderó de algunos de ellos al confirmar que sí era Heriberto Quintero Quiñonez.

El hecho

En plena esquina de la manzana F19, ubicada en inmediaciones de una zona boscosa, quedó en posición fetal el cuerpo de Heriberto Quintero y al lado de él, un revólver calibre 38.

“Algunos vecinos oyeron unos disparos, pero al asomarse no se percataron de que todo ocurrió debajo del canal de aguas lluvias”, sostuvo una fuente.

En un principio la hipótesis de un posible suicidio rondaba este hecho, debido a que según se pudo conocer, los familiares le aseguraron a las autoridades que Quintero venía presentando un cuadro depresivo, con momentos de desespero, que le hacían presentar constantes dolores de cabeza, sin embargo, la situación tomó otro rumbo cuando la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) llegó a la escena del crimen y se percató de que este hombre tenía tres heridas, al parecer, de arma de fuego, en el pecho.

Además, los peritos forenses vieron que en el tambor del revólver había tres vainillas percutidas y dos cartuchos completos.

La Opinión también pudo confirmar que los familiares de la víctima manifestaron desconocer la procedencia del arma de fuego hallada.

Entre tanto, el general Óscar Moreno, comandante de la Mecuc, aseguró que la causa de muerte será determinada por “la valoración que se haga en Medicina Legal, así también como el análisis balístico y la recolección de testimonios. Esto arrojará si es un homicidio o no”, dijo.

Es de mencionar que hacía las 7:24 minutos de la noche, uno de los allegados del expolicía intervino en la tarea periodística que realizaba en ese momento un miembro de La Opinión, al solicitar la eliminación del material fotográfico, así como lanzar amenazas e intimidaciones basadas en asegurar que era un sargento de la Policía.