Luis Humberto Bustamante Uscátegui y Jefferson Duván Gutiérrez Sánchez son sindicados de ser los responsables del asesinato del intendente de la Policía Édgar Alexander Rico González, ocurrido en agosto de 2020.

Estos dos hombres, hoy, son uno de los objetivos de alto valor para las autoridades en el área metropolitana de Cúcuta.

Bustamante y Gutiérrez, según se conoció, tienen órdenes de captura por este hecho, que se registró en la calle 4 con avenida 19, del barrio Siglo XXI, en la ciudadela La Libertad.

Extraoficialmente se conoció que Luis Bustamante y Jefferson Gutiérrez presuntamente hacen parte de una banda delincuencial dedicada a cometer atracos, liderada por un hombre que es conocido como El Burro.

Los dos presuntos homicidas, al parecer, están involucrados en varios robos que se han registrado en el área metropolitana, por lo que las autoridades tienen el prontuario delictivo de estas personas.

Aunque la Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) han intentado capturarlos con diligencias de allanamiento, los sospechosos han logrado evadir el cerco de las autoridades, apoyados de algunas personas cercanas a su vínculo familiar.

Entre las hipótesis que analizan los investigadores judiciales, hay una que indica que el crimen del suboficial de la Policía Metropolitana de Cúcuta se produjo en medio de un atraco.

“Ellos (homicidas) llegaron a robar y cuando se dieron cuenta de que la víctima era un policía y que estaba armado, le dispararon”, explicó una fuente judicial.

En el momento del homicidio, las autoridades conocieron que dos hombres, que se movilizaban en dos motocicletas Suzuki GN, uno de ellos vestido con un overol rojo, que lo identificaba como miembro de una empresa de telefonía celular o de aseo, y otro que llevaba puesto un buzo rojo, con una franja negra en las mangas, pantalón y zapatos deportivos negros, serían los presuntos autores del crimen.

¿Cómo fue?

Rico González llegó a su casa en su carro Chevrolet Spark, blanco, se bajó e ingresó. Pero, al parecer, dejó la reja y la puerta sin seguro, situación que aprovecharon los criminales para también entrar a la vivienda y cometer el ataque.

Los asesinos, según testigos, se estacionaron muy cerca de la vivienda y al ver que el suboficial entró, lo siguieron, sin que él se diera cuenta. Los desconocidos sorprendieron a Édgar Alexander en su habitación cuando estaba quitándose el uniforme, porque acababa de llegar de prestar turno. 

“Cuando él se dio cuenta, ya fue demasiado tarde, uno de los sujetos le propinó tres tiros a quemarropa en la cara, quedando tirado en el suelo. El intendente solo tenía puesto el pantalón del uniforme y una bota, la pistola de dotación estaba en la capucha que llevaba en la riata”, contó a La Opinión una fuente cercana a las pesquisas en ese momento.

Después de cometer el crimen, los desconocidos corrieron hacia las motocicletas y huyeron del sitio. Todo el escape quedó registrado en varias cámaras de la zona. 

Algunas personas que se percataron de lo ocurrido, llamaron a la Policía y minutos después el lugar fue rodeado de los compañeros de Rico González, que buscaron desesperadamente la ruta de escape de los homicidas. Pero, no tuvieron éxito.

Lo más curioso para los investigadores fue que los criminales taparon las placas de las motos con unos cascos que llevaban amarrados en la parte de atrás.

Precisamente, en la búsqueda de los homicidas, a tres cuadras de la escena del crimen, las autoridades encontraron abandonado un casco, que será analizado en el laboratorio.