Fuerzas colombianas abatieron a cinco miembros del Clan del Golfo, la mayor banda narco del país, en un operativo a unos 60 kilómetros de la frontera con Panamá, informó ayer el presidente Iván Duque.
"En zona rural de Apartadó, Antioquia, fueron neutralizados 5 integrantes de ese grupo criminal, responsables de acciones delictivas contra la fuerza pública y la población civil", anunció el mandatario en un tuit.
Un portavoz del gobierno precisó que los cinco combatientes del Clan murieron durante la operación, en la que fueron incautadas 4 pistolas, un revólver y una granada.
"Debilitamos el círculo de criminales cercanos a alias ‘Chiquito malo", celebró en otro tuit el ministro de Defensa, Diego Molano, refiriéndose a Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, uno de los cabecillas que asumió el mando de la banda tras la extradición del capo Dairo Antonio Úsuga, "Otoniel", en mayo.
Según Molano, un "bloque de búsqueda" de la fuerza pública mató a los presuntos criminales, quienes "serían los responsables del homicidio del patrullero (de la policía) Jesús Murillo en julio".
Tras la entrega de Otoniel a la justicia estadounidense, el clan desató una retaliación que paralizó a buena parte del noroeste del país durante varios días y ha dejado decenas de policías muertos en ataques aislados.
El gobierno sostiene que la organización narcotraficante es responsable de entre un 30 y 60% de la cocaína que sale de Colombia (equivalente a unas 700 toneladas) y ofrece recompensas de hasta 1,2 millones de dólares por información que conduzca hacia "Chiquito Malo", "Siopas" o "Gonzalito", los sucesores de Otoniel.
Surgido a partir de remanentes de los paramilitares de extrema derecha que sembraron terror en los años noventa, el Clan cuenta con unos 3.200 integrantes, la mitad de ellos en armas, según la Fundación Paz y Reconciliación
El presidente electo Gustavo Petro busca el "sometimiento colectivo" de los narcos a la justicia y ha planteado suspender las extradiciones a Estados Unidos de quienes se acojan al proceso.
El Clan y otras bandas anunciaron esta semana su intención de coordinar un alto al fuego para negociar su desarme con el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia, que asumirá el 7 de agosto.
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