Uno de los cinco sentidos que tenemos los seres humanos es la audición. En ella, a grandes rasgos, se sintetizan las ondas sonoras en impulsos nerviosos para el cerebro, transformándose en lo que comúnmente se conoce como el sonido. Estar alerta a los síntomas que pueden dar indicios de un deterioro de este sentido, será vital para no perder la capacidad de comunicarnos y ejecutar las funciones de la vida cotidiana en los diferentes entornos en los que nos desenvolvemos.

Partiendo de esta premisa, el Hospital Infantil Universitario de San José, a través de su servicio de rehabilitación en audiología, busca la atención a la población pediátrica (desde los dos años de edad) y adulta mediante la realización de tres pruebas audiológicas básicas, pretendiendo una valoración completa que permita detectar alteraciones en el proceso de audición y dar paso al tratamiento correspondiente en la fase preliminar. 

“A nivel mundial, la pérdida de audición es la discapacidad sensorial más frecuente y se estima que cerca del 60% de los casos de daños en el oído, pérdida de la audición o sordera son evitables con la prevención temprana, factor clave para iniciar el proceso de rehabilitación y lograr que las consecuencias sean menos impactantes. Es importante estar alerta a los diferentes síntomas que dan indicios de afecciones en el oído, las cuales suelen ser ignoradas por las personas ya que pueden parecer bastante normales, pero en realidad son el inicio de problemas irreversibles”, advierte la doctora Maira Marles, médica especialista en medicina familiar de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS). 

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Síntomas que indican limitaciones auditivas:

• Repetición del mensaje (cuando le pide a la otra persona que le repita lo hablado).

• Aumento del volumen en la radio y en la televisión.

• Dificultad para seguir conversaciones en espacios ruidosos.

• Sensación de zumbido en el oído.

• Problemas para oír sonidos como timbres, alarmas o teléfonos.

• Aumento en el tono de la voz (en las conversaciones, las personas le dicen que habla fuerte).

Dentro de las principales causas de pérdida auditiva se encuentran factores como la otitis aguda o crónica, algunas enfermedades infecciosas que se pueden dar en la infancia y la exposición a ruidos excesivos y a contaminación sonora, sumado al uso de medicamentos tóxicos para el oído, donde en algunos casos hay presencia de cuerpos extraños en el cuerpo auditivo externo.

Por otro lado, un estudio realizado por la organización ‘hear-it’ concluyó que las consecuencias físicas que se dan a raíz de un mal manejo de los trastornos auditivos, padecidos por 1 de cada 20 personas según cifras de la Organización Panamericana de la Salud, pueden ser dolores de cabeza, tensionamiento muscular, estrés continuo, un aumento de la presión arterial o impactos sociales como el aislamiento y la dificultad de comunicación.

Sin embargo, cerca del 20% de quienes sufren limitaciones en la audición podrán mejorar sus condiciones de vida con los diferentes dispositivos de ayuda auditiva, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.

“Gracias a los avances tecnológicos, médicos y científicos hemos podido detectar que hay algunas opciones de tratamientos, pasando desde los medicamentos, procedimientos quirúrgicos, la asignación de audífonos y los implantes cocleares, hasta las terapias y rehabilitaciones auditivas (...). Hacemos una invitación a acudir a las consultas de valoración integral del riesgo sin importar la edad, pues todos somos propensos a padecer estas limitaciones. Así se podrá dar un diagnóstico temprano y un eventual tratamiento”, señala la doctora Marles.

En Colombia, el Instituto Nacional para Sordos (INSOR) advierte que a partir de los 50 años hay mayor riesgo de padecer enfermedades auditivas. De hecho, cerca del 61,6% de los casos registrados está en este nicho de edad. En los menores, por su parte, el rango más crítico oscila entre los 5 y 14 años: alrededor de 47.574 casos de los 86.968 pacientes confirmados en este rango de edad.

Finalmente, el análisis realizado por el INSOR concluye que Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y el Atlántico son las regiones del país donde hay más pacientes confirmados, sumando más del 50% de los casos. Magdalena, Norte de Santander, Tolima y Cauca registran aproximadamente el 11,05% de los afectados.