Domingo, 16 de Febrero de 2014
(Intervención en la apertura del acto de celebración del día del periodista, programado por el Círculo de Periodistas de Norte de Santander, el 10 de febrero de 2014 en la Biblioteca Pública de Cúcuta ´Julio Pérez Ferrero´).
Amigos:
El motivo de este nuevo encuentro es el periodismo. O más propiamente, su celebración como oficio cotidiano, el cual hemos ejercido en diferentes medios y en todas sus variables. Y allí seguimos, afrontando quizá estrecheces, riesgos, adversidades, incomprensiones, frustraciones, o también aciertos, reconocimientos, satisfacciones y reafirmaciones, con la misma pasión y las convicciones puestas en el cumplimiento de las tareas y los compromisos asumidos. Siempre desde una perspectiva que no distorsione la realidad.
Son muchas las reflexiones que debe generar el oficio del periodismo. Su alcance en el ámbito de la información. Los derechos y los deberes que impone esta función. El rigor ético como soporte de su credibilidad. La idoneidad en el uso del lenguaje. El conocimiento y aplicación de las tecnologías que hacen parte del entramado inherente al proceso de la comunicación. Las relaciones con los receptores de sus mensajes, es decir, la opinión en todos sus sectores y con los otros círculos de poder también. Ninguno de estos temas puede ser ajeno al periodismo. Hay que tomarlos en cuenta, como garantía de que la información no queda al vaivén del repentismo movedizo.
“La información es poder. Y el primer paso para enfrentar a todo poder es entender sus mecanismos. La información está presente en todas las formas de conocimiento y se canaliza por vías muy diversas. Resulta vital entender cómo la información, procesada por los medios de comunicación, se convierte en noticia”. Lo dice Raúl Sohr en su libro “Historia y poder de la prensa”.
Hay que distinguir la naturaleza del poder que representa la información. Un poder con rumbo diferente al que manejan otros sectores, los cuales actúan conforme a intereses específicos que son recursos de uso y beneficio particular.
Permítaseme tocar lo de la representación gremial de los periodistas, como referente, cuando todavía están soplando los vientos de una crisis ante la cual hemos sido indiferentes. En Cúcuta el Colegio Nacional de Periodistas colapsó en medio de una turbulencia de abuso y de trampas que no hay como ocultarlas. Lo que se había conseguido en beneficio común se dilapidó con el desparpajo de un grupo que se adueñó de la directiva de la organización para imponer sus intenciones predeterminadas y contrariar el derecho de la mayoría, la cual se dejó aislar por no hacer valer su legitimidad.
Como reacción un poco tardía a esa desventurada situación se creó el Círculo de Periodistas de Norte de Santander, que es la organización que programó este acto. Hay que fortalecerla con la participación de quienes ejercen el periodismo. Esa participación no puede ser pasiva. Tiene que ser militante, presencial, con objetivos que busquen mejorar las condiciones laborales de los periodistas. En esto hay que desarrollar un gran espíritu de solidaridad y trazar metas viables, ojalá conjuntamente con los dueños de los medios.
De todas maneras, hay que hacer del periodismo una corriente con amplia fluidez informativa para que los receptores de los medios reciban diariamente el aporte de los hechos contados e interpretados con veracidad, claridad y certeza.
Para que esto tenga cumplimiento los periodistas deben ser conscientes de sus responsabilidades.
Así podrán tener una adecuada comprensión del trabajo en que se desempeñan y por consiguiente blindarse contra los atajos de los desvíos.
Hay que defender el periodismo de las malas prácticas y de la explotación en que algunos caen, tomándolo como si se tratara de una mercancía de compraventa en busca de utilidades pírricas, las cuales dejan muchas veces un sabor de estragamiento.
La jornada programada para esta ocasión corresponde al interés del Círculo de Periodistas de Norte de Santander de elevar el conocimiento de sus afiliados y de estimular la relación de amistad entre ellos como fuerza gremial. Lo mismo hizo durante varios años el Colegio Nacional de Periodistas antes de que la organización sufriera la metamorfosis de inversión de su identidad.
Estamos aquí para continuar la tarea con el mismo empeño de otros tiempos.
Gracias.
Amigos:
El motivo de este nuevo encuentro es el periodismo. O más propiamente, su celebración como oficio cotidiano, el cual hemos ejercido en diferentes medios y en todas sus variables. Y allí seguimos, afrontando quizá estrecheces, riesgos, adversidades, incomprensiones, frustraciones, o también aciertos, reconocimientos, satisfacciones y reafirmaciones, con la misma pasión y las convicciones puestas en el cumplimiento de las tareas y los compromisos asumidos. Siempre desde una perspectiva que no distorsione la realidad.
Son muchas las reflexiones que debe generar el oficio del periodismo. Su alcance en el ámbito de la información. Los derechos y los deberes que impone esta función. El rigor ético como soporte de su credibilidad. La idoneidad en el uso del lenguaje. El conocimiento y aplicación de las tecnologías que hacen parte del entramado inherente al proceso de la comunicación. Las relaciones con los receptores de sus mensajes, es decir, la opinión en todos sus sectores y con los otros círculos de poder también. Ninguno de estos temas puede ser ajeno al periodismo. Hay que tomarlos en cuenta, como garantía de que la información no queda al vaivén del repentismo movedizo.
“La información es poder. Y el primer paso para enfrentar a todo poder es entender sus mecanismos. La información está presente en todas las formas de conocimiento y se canaliza por vías muy diversas. Resulta vital entender cómo la información, procesada por los medios de comunicación, se convierte en noticia”. Lo dice Raúl Sohr en su libro “Historia y poder de la prensa”.
Hay que distinguir la naturaleza del poder que representa la información. Un poder con rumbo diferente al que manejan otros sectores, los cuales actúan conforme a intereses específicos que son recursos de uso y beneficio particular.
Permítaseme tocar lo de la representación gremial de los periodistas, como referente, cuando todavía están soplando los vientos de una crisis ante la cual hemos sido indiferentes. En Cúcuta el Colegio Nacional de Periodistas colapsó en medio de una turbulencia de abuso y de trampas que no hay como ocultarlas. Lo que se había conseguido en beneficio común se dilapidó con el desparpajo de un grupo que se adueñó de la directiva de la organización para imponer sus intenciones predeterminadas y contrariar el derecho de la mayoría, la cual se dejó aislar por no hacer valer su legitimidad.
Como reacción un poco tardía a esa desventurada situación se creó el Círculo de Periodistas de Norte de Santander, que es la organización que programó este acto. Hay que fortalecerla con la participación de quienes ejercen el periodismo. Esa participación no puede ser pasiva. Tiene que ser militante, presencial, con objetivos que busquen mejorar las condiciones laborales de los periodistas. En esto hay que desarrollar un gran espíritu de solidaridad y trazar metas viables, ojalá conjuntamente con los dueños de los medios.
De todas maneras, hay que hacer del periodismo una corriente con amplia fluidez informativa para que los receptores de los medios reciban diariamente el aporte de los hechos contados e interpretados con veracidad, claridad y certeza.
Para que esto tenga cumplimiento los periodistas deben ser conscientes de sus responsabilidades.
Así podrán tener una adecuada comprensión del trabajo en que se desempeñan y por consiguiente blindarse contra los atajos de los desvíos.
Hay que defender el periodismo de las malas prácticas y de la explotación en que algunos caen, tomándolo como si se tratara de una mercancía de compraventa en busca de utilidades pírricas, las cuales dejan muchas veces un sabor de estragamiento.
La jornada programada para esta ocasión corresponde al interés del Círculo de Periodistas de Norte de Santander de elevar el conocimiento de sus afiliados y de estimular la relación de amistad entre ellos como fuerza gremial. Lo mismo hizo durante varios años el Colegio Nacional de Periodistas antes de que la organización sufriera la metamorfosis de inversión de su identidad.
Estamos aquí para continuar la tarea con el mismo empeño de otros tiempos.
Gracias.