El puente Internacional Simón Bolívar, el más grande y concurrido de los viaductos que comunican el estado Táchira de Venezuela con los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario, en Colombia, es en este momento uno de los puntos hacia donde se dirige la mirada nacional e internacional, luego que se puso sobre la mesa la idea de abrir la frontera entre ambos países.
Aunque desde el lunes 27 de junio, Carlos Socha, alcalde de Villa del Rosario, comenzó con su equipo de gobierno a despejar el acceso peatonal en La Parada, ovacionando los vientos de cambio de una reactivación de la economía, una vez se retomen las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, no es tan factible que el puente Simón Bolívar esté listo para cumplir con semejante tarea.
De acuerdo con las declaraciones de Socha, la expectativa es que la reapertura se haga desde el puente internacional y que se permita el paso de toda clase de vehículos, particulares y de carga.
Dijo que el viaducto reúne todas las condiciones para ese fin, aunque recordó que de manera alterna cuenta con el puente de Tienditas que se construyó en su segundo mandato como alcalde, con una inversión de 38 millones de dólares y que no se ha estrenado.
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“Ese puente (Tienditas) está listo y se construyó con ese fin, que todo el transporte de carga se hiciera por ese sector, desde puente de Tienditas, que es Venezuela con Villa del Rosario. No se le ha dado uso, pero la idea es habilitar los dos puentes”, indicó.
Amerita una inspección
El Instituto Nacional de Vías (Invías) en Norte de Santander, no se muestra tan optimista. Aunque queda claro que esa una decisión de orden nacional, Leonel Valero, director regional de la entidad considera pertinente que el puente internacional, sea sometido a una inspección minuciosa de cara a una reapertura.
Valero dijo que hasta el momento no han recibido ninguna notificación de parte del plan territorial del instituto acerca de realizar alguna verificación en el viaducto. Tampoco han tenido la visita en la región de algún especialista que tenga la intención de hacer esas evaluaciones.
Sin embargo, ofreció sus consideraciones. “A mi criterio se debe socializar una inspección, por lo menos generar un documento técnico que permita dar un parte de tranquilidad o de observaciones, si las hay, para la utilización de los puentes, ya que han estado en desuso y así como las cosas se dañan por uso, también ocurre por lo contrario”, aclaró.
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El director recordó que una vez se rompieron las relaciones diplomáticas con Venezuela, hubo limitaciones que impidieron hacer un diagnóstico de seguimiento, dado que resultaba impropio hacerlo en un solo segmento.
“Nosotros tenemos un programa de seguimiento al comportamiento de los puentes donde se va haciendo periódicamente una inspección y se va registrando esa información. De esa manera, cualquier anomalía que sea apreciable externamente en visual la podemos corregir a tiempo. En el caso del puente Simón Bolívar, hay que tomar en cuenta que es una estructura muy antigua y que además de los temas de carga, los aguaceros que se han presentado pudieron afectar el material que sirve de soporte”, explicó.
Diagnóstico y ensayos de carga
El experto Henry Pérez, ingeniero civil, especialista en vías y patología estructural, explicó que el puente Internacional Simón Bolívar debe ser objeto de una inspección para determinar su “patología del elemento” que no es más que un diagnóstico de sus condiciones actuales.
El ingeniero comentó que ese estudio parte de determinar qué tipo de vehículo (particulares o de carga) y qué cantidad va a transitar por el puente diariamente, para establecer si la bases reúnen las condiciones para soportarlo o no. “Con base a esos dos puntos se realiza la inspección”, agregó.
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Mediante la patología de la estructura se revisará las condiciones de las bases o pilas y de la superficie (superior e inferior), en busca de desgastes, grietas, fisuras o desprendimiento de su elemento estructural (concreto o ladrillo macizo) o de una exposición del acero que haya generado su oxidación.
Agregó que es precisa la revisión de las juntas de dilatación que en caso del puente internacional podrían presentar desgastes y la evaluación del material por efecto de la humedad generada por las lluvias. “Si no hay un buen drenaje afecta porque empieza a erosionar”, dijo.
Contó que en el caso el peso generado sobre el puente por los contenedores que instalaron desde febrero del 2019 hasta el 2021, para obstaculizar el paso en la frontera, es poco probable que haya generado un deterioro adicional, debido a que cuando se desarrolla la ingeniería de estos viaductos se establecen condiciones para el soporte de peso “muerto”, es decir, una carga que se ejerce sobre él y no forma parte de su estructura resistente.
Pérez contó además que en el diagnóstico de los puentes se realizan pruebas de carga que permiten apreciar mediante la observación, el comportamiento de los soportes con un peso "muerto" encima. Generalmente son ensayos que se realizar con volquetas cargadas, para establecer si hay modificaciones en los elementos estructurales, uno de los pasos que se deben realizar en el examen al que el viaducto debe ser sometido.
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