Tras mejorar el panorama en Cúcuta y en Norte de Santander por la COVID-19, se puso otra vez sobre la mesa la discusión de implementar el sistema de alternancia en los colegios de la región. 

Sin embargo, para que un modelo semipresencial se llegue a ejecutar, las instituciones educativas deberán cumplir con ciertos requisitos en sus instalaciones, tales como buenos espacios con ventilación, baterías sanitarias en buen estado y lavamanos, entre otras adecuaciones, para lograr desarrollar los protocolos de bioseguridad. 

Ahora bien, estas fallas de infraestructura educativa son un problema que por años ha aquejado al sector educativo en la región y que, dada la situación de la pandemia, exige que se hagan efectivas las inversiones destinadas para los colegios que más lo necesitan.

Juan Carlos Peña, presidente de la Asociación de Institutores de Norte de Santander (Asinort), dijo que, por mucho tiempo, se ha informado a las autoridades nacionales y municipales el abandono en el que se encuentran las instituciones en la ciudad, en especial de colegios que llevan muchos años con infraestructura vieja y que no se han intervenido.

“Encontramos instituciones sin espacios modernos, muchas de estas sedes con zonas abiertas, pero sin cerramiento. Por otro lado, también hemos visto salones pequeños que albergan hasta 52 estudiantes y que no es apto para este clima”, precisó Peña.

Otro factor que le preocupa a la Asociación, son las baterías sanitarias. El dirigente sindical señaló que son diferentes los colegios que no cuentan con lavamanos, baños en buen estado o algo tan esencial como el servicio de agua. 

“El año pasado supimos que la administración municipal tuvo unos recursos para invertir en las instituciones educativas y nos parece lamentable que ninguna inversión se hizo. Entendemos que el rubro no era mucho, pero sí se hubiese alcanzado a intervenir las sedes más necesitadas”, puntualizó el líder de Asinort.

Entre las instituciones con necesidad de una intervención urgente, Peña destacó al colegio San José, que no cuenta con buena ventilación ni espacios de recreación; el colegio del sector de Carora, en donde hay alrededor de 500 estudiantes y existe disponible para ellos apenas dos baterías sanitarias, una para niñas y otra para niños.

Finalmente, mencionó que los docentes y directivos son los más interesados en volver a las clases presenciales, pero  piden que al menos el gobierno municipal cumpla con las medidas mínimas para evitar el contagio de los alumnos y los docentes, pues en lo que va corrido de la pandemia,  58 maestros perdieron la batalla contra la COVID-19.

El presidente de la Liga Municipal de la Asociación de Padres de familia, Eduardo Parra, también mencionó  su inconformismo frente al tema. Destacó que no han visto un accionar oportuno de las autoridades, ni planes consolidados para que los niños vuelvan a las aulas, por lo que se mantendrán su negativa hasta que vean una inversión real y existan garantías sobre los protocolos implementados. 

Inversión en curso

La Alcaldía de Cúcuta, por su parte, a través de un equipo conformado por las Secretarías de Educación e Infraestructura Municipal, adelantó visitas a las sedes educativas referenciadas por los rectores,  para evidenciar y certificar la necesidad de las intervenciones en cada establecimiento educativo.

Según dio a conocer la Secretaría de Educación, estas jornadas permitieron la identificación de 21 sedes priorizadas en el área urbana y rural de Cúcuta, las cuales serán blancos de intervención de forma diferencial, acorde a cada necesidad en materia de diseños, adecuación, mejoramiento y construcción de baterías sanitarias, cerramientos y reforzamientos estructurales.

Por lo anterior, la administración municipal puso de conocimiento la anterior necesidad ante el Concejo Municipal, logrando a la aprobación de la solicitud con un crédito por el valor de 6.000 millones de pesos, con fecha de diciembre de 2020. 

Dichos recursos serán ejecutados en el marco de un convenio que se encuentra en estructuración con el Área Metropolitana de Cúcuta (AMC). Asimismo, en conjunto con el AMC, están por desarrollarse las visitas a las sedes priorizadas con el objetivo de definir las características detalladas de la intervención y la estructuración de costos de las mismas.

Voceros de la Secretaría de Educación de Norte de Santander mencionaron que desde el Ministerio de Educación Nacional se asignaron más de 9.607 millones de pesos para la adecuación de las sedes que inicarían su proceso de alternancia. El despacho departamental está en un proceso licitatorio para comprar con esos recursos lavamanos portátiles, tapetes, tapabocas y elementos de desinfección para las 1.872 sedes del departamento.

De estos recursos, se han priorizado las los espacios educativos rurales, porque es más factible que estas instituciones comiencen a implementar el modelo de alternancia, debido a que el número de estudiantes es menor.