"Mire, para que usted me entienda. En el Catatumbo, el Eln está atacando, porque quiere lograr que el Gobierno se siente a negociar con ellos bajo sus condiciones. En cambio, el Epl ataca porque lo que quiere es consolidarse en el terreno; ellos no están interesados en negociar sino en fortalecer su propia fuerza en la región”.
La explicación, simple y concreta, es de un alcalde de uno de los 11 municipios que componen el Catatumbo y en cuyo territorio convergen las guerrillas del Eln, las Farc y el grupo armado organizado Los Pelusos, que para ellos, en la zona, es el mismo Epl, así el Gobierno diga lo contrario.
Desde que los diálogos en La Habana entre el Gobierno y las Farc empezaron a tener un punto de no retorno, los grupos armados ilegales que hacen presencia en el Catatumbo iniciaron un proceso de reacomodamiento de fuerzas y ocupación de territorios que, en el caso del Epl y el Eln fue expansivo, y en el de las Farc de repliegue.
Según datos aportados por Inteligencia, las Farc hacen presencia en Norte de Santander en 7 municipios, con 18 estructuras; además, del lado venezolano, tienen 8 estructuras más, en el estado Zulia, con clara injerencia sobre la región. Se cree que son 268 guerrilleros armados los que las Farc concentrarían en Caño Indio (Tibú), después del 26 de septiembre. A ellos se sumarían 330 milicianos llegados de todo el departamento.
Las Farc, según distintas fuentes consultadas por este medio en el Catatumbo, han cesado en su totalidad todo tipo de accionar delictivo, concentrándose en algunas zonas desde donde empezarán su recorrido hacia Caño Indio.
En palabras de un alcalde del Catatumbo, “los movimientos de las Farc no han cesado en la zona, los seguimos viendo, sobre todo por las áreas rurales, no tanto en las cabeceras municipales; sin embargo, lo que sí es claro es que desde hace más de un año, el trato de ellos hacia la población es distinto; yo, por ejemplo, no volví a recibir quejas de la gente por alguna irregularidad cometida por alguno de las Farc”.
Por el contrario, el Eln y el Epl, además de arreciar los ataques contra la fuerza pública y la infraestructura energética y petrolera en el Catatumbo, han empezado a copar espacios que tradicionalmente eran de las Farc y que, bajo un pacto de no agresión, eran respetados bajo la figura de fronteras invisibles que no se traspasaban.
Solo esta semana, el Eln impuso un paro armado en siete departamentos; aunque en el Catatumbo no hubo una notable alteración del orden público, el hecho aumentó la zozobra en muchos de sus habitantes, quienes lo asumieron como una clara advertencia de que en esa zona, la paz con las Farc está lejos de ser el fin del conflicto para sus habitantes.
En San Calixto, Hacarí, Teorama, El Tarra, Tibú y Sardinata, la presencia de las Farc se ha ido diluyendo y la del Epl y el Eln se ha hecho más evidente.
“Sabemos que algunos guerrilleros de las Farc, simpatizantes de este grupo y milicianos que en algún momento les sirvieron de apoyo, hoy en día están buscando refugio en el Eln y el Epl, porque no están de acuerdo con el proceso que se llevó a cabo en La Habana”.
La denuncia la hizo un líder de El Tarra, quien agregó que, en Tibú, Las Mercedes y Luis Vero, en Sardinata, los ofrecimientos del Epl a los guerrilleros de las Farc que se les quieran unir es más concreto: 2 millones de pesos mensuales, una moto y una pistola.
“Bajo esa realidad, nosotros no podemos decir que se va a acabar la guerra en el Catatumbo porque los enfrentamientos van a seguir. El llamado que nosotros estamos haciendo al Gobierno nacional es para que se siente también con el Eln y el Epl”, dijo el alcalde de El Tarra, José de Dios Toro.
Este alcalde, además, mostró, como ningún otro, la realidad que en la mayoría de los municipios del Catatumbo se está viviendo con relación al Epl.
“El Gobierno está equivocado si cree que el Epl son los 20 escoltas que tenía Megateo hace unos años. El Epl, por el mismo proceso que se lleva con las Farc, se ha posicionado en el Catatumbo, ha incrementado su pie de fuerza y ha crecido de manera considerable, fortaleciendo su estructura militar y política para que lo consideren como un grupo de izquierda armado”, señaló.
Desde San Calixto, la presencia del Epl también se denuncia con miedo.
Una fuente, habitante de este municipio y que pidió la reserva de su nombre, sostuvo que “es lamentable lo que estamos viviendo; aquí ya no se puede andar por las calles por la zozobra y el mismo temor de que se pueda dar un enfrentamiento en cualquier momento; la población evita salir de sus casas por el miedo a quedar en medio de las balas que llueven desde las montañas”.
En Teorama, la realidad no difiere mucho de la de San Calixto. Los movimientos de hombres armados por la zona rural se han hecho más constantes y la ocupación de nuevos espacios por parte del Epl se ha incrementado.
“Aquí los que mandan son Los Pelusos (Epl). Ellos son los que controlan todo el negocio del narcotráfico y son los que están imponiendo su ley a la gente. Toques de queda y restricción en la movilidad por la zona rural, es el pan de cada de día de los habitantes”, señaló un líder de Teorama.
Quizás por esto, la percepción de que la firma de los Acuerdos con las Farc el próximo 26 de septiembre no va a revertir en nada la realidad que se vive en el Catatumbo, y por el contrario, el conflicto podría agudizarse, cada día coge más fuerza y llena de temor a los habitantes de esta zona.
A esto se suma la denuncia hecha por el alcalde de El Tarra sobre la estigmatización que desde Bogotá, según dijo, ha hecho carrera, y los pone como guerrilleros a todos, por igual y sin ninguna distinción.
“A nosotros nos preocupa esto porque sabemos que desde Bogotá nos llaman ‘los alcaldes de la guerrilla’. Pero que sepan que nosotros no fuimos electos por la guerrilla, a nosotros nos eligió un pueblo. En Bogotá lo que no saben es que, desafortunadamente, así como a nosotros nos toca hacer gestión ante el Gobierno nacional para conseguir cosas para nuestro municipio, también nos toca hacer gestión ante la guerrilla para que nos dejen trabajar, para que nos permitan que un contratista entre a la zona”, señaló.
Y agregó, “a veces, incluso, nos toca mediar para que no le quiten la vida a una persona, pero no es porque nosotros seamos colaboradores de la guerrilla, sino porque la misma situación que vivimos, nos lleva a que tengamos que intervenir ante los grupos guerrilleros para solucionar cualquier situación que se presenta”.
Finalmente, otro alcalde de la zona, cuyo municipio convive con la presencia activa de los tres grupos (Farc, Eln y Epl), resumió la desesperanza que por estos días y contrario al sentir generalizado del país, se vive en el Catatumbo.
“Nosotros decimos que no sabemos si el proceso con las Farc nos va a tranquilizar o nos va a agudizar más el problema, pues en medio de las operaciones militares que se avecinan contra el Epl y el Eln, vamos a sufrir, pues el guerrillero sabe moverse en la zona, la conoce, además tiene un arma encima, sabe cómo cuidar su integridad, pero el campesino no, el campesino no sabe de eso, el campesino ya no duerme tranquilo en su casa porque sabe que en cualquier momento va a quedar en medio de las balas”, señaló con un claro dejo de pesar en su voz.
Así opera el Eln en la región
El Eln, en Norte de Santander, hace presencia con el Frente de Guerra Nororiental, uno de los 6 frentes que lo conforman en el país.
En Toledo y Chitagá, el frente Efraín Pabón Pabón, estructura perteneciente al Frente de Guerra Oriental, que hace presencia en Arauca, Boyacá y Casanare, se encarga de controlar la zona, principalmente por la presencia del oleoducto Caño Limón Coveñas, blanco de sus constantes ataques.
El Frente de Guerra Nororiental, según las autoridades, está conformado por 7 frentes y 4 compañías, con un aproximado de 428 guerrilleros que se encuentran al mando de ‘Alfred’, un escurridizo guerrillero sobre el que se adelantan incesantes operaciones para dar con su paradero.
De ese total de guerrilleros, se cree que alrededor de 390, hacen parte de los frentes Camilo Torres, Luis Enrique León Guerra y Colectivo Héctor, operan en el Catatumbo.
Además, el Eln también hace presencia en las goteras de Cúcuta y su área metropolitana, donde se han podido identificar 121 milicianos pertenecientes al frente Germán Velasco Villamizar.
El Epl o Los Pelusos, la amenaza más latente
De Los Pelusos, que operan bajo el mando de Guillermo León Aguirre, alias David León, y Jader Navarro Barbosa, ‘Caracho’, reemplazante de Megateo (Víctor Ramón Navarro Serrano) en esta estructura criminal, se sabe que en los últimos años han establecido una relación muy cercana con el Frente Nororiental de la guerrilla del Eln y el Bloque Magdalena Medio de las Farc.
Esta banda criminal, como es tratada ahora por el gobierno nacional, está conformada por 152 hombres aproximadamente, repartidos de manera estratégica en los 11 municipios del Catatumbo.
Además de David León y Caracho, que es el encargado de las finanzas, operan bajo el mando de alias Pedro (ideólogo político), alias Mauricio o Pácora (líder militar), y Jesús Lubin Serrano, ‘El Grillo’ (líder de comisión).