Ese día escuché  un grito de la vecina y salí corriendo a ver qué pasaba. Pensé lo peor, porque ella se encontraba muy enfermita. Al llegar a la casa me mostró la pared de la sala. Miré y en efecto vi la imagen de la Virgen reflejada. Fue un momento maravilloso, aún se me eriza la piel”, recordó Elisa Martínez, 24 años después. Y cuando la noticia se  regó la gente empezó a llegar en romería al barrio Tierralinda del municipio Los Patios, a la casa de la familia Díaz Ferreira.

Era 13 de mayo de 1997, y por coincidencia, Día de la Virgen de Fátima, reafirma Andrea Díaz Ferreira, una de las hijas de Jesús Antonio Díaz y Alix Teresa Ferreira, quien dijo que en ese espacio donde se apareció  María Corredentora de la Humanidad estaba colgado el Arcángel Gabriel y “mi papá lo quitó para mandar hacer unas réplicas donde mi vecina que trabajaba el yeso y cerámica. Y cuando regresó a ponerlo de nuevo se percató que en la pared había  manchones.

De inmediato nos llamó a preguntar quién la había dañado. Al pararnos frente a la pared mi hermana gritó: papá esa es la Virgen. Sentimos, en ese momento temor, alegría, lloramos, fueron muchos sentimientos juntos. Sin embargo, mi papá no creyó. Pensó que le estábamos jugando una broma. Que nosotras estábamos pintando la Virgen. Incluso se escondía detrás de las cortinas para ver en qué momento llegábamos a terminar de pintar porque la Virgen empezó a aparecer poco a poco. No estaba bien definida. Y estando escondido se dio cuenta que fueron apareciendo más elementos como el rosario en la mano derecha, dos estrellas en la corona y los pastorcitos de Fátima. Entonces sí creyó”.

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El Arcángel Gabriel “era de mi abuelo que se lo regalaron en la clínica San Rafael de Bogotá cuando se retiró y cuando mi abuelo murió lo heredó y desde entoncces lo colgó en la sala. La verdad no sabemos porqué nos escogió para aparecer en nuestra casa, pero estamos felices”.

En la casa de la familia Díaz Ferreira se fue perdiendo la privacidad. Los creyentes, curiosos e incrédulos llegaban a tocar la puerta a cualquier hora. “Una señora cercana a nosotras, en un descuido, le echó cloro, jabón y cepilló la pared para borrarla. Y dijo: si esto es Dios, volverá aparecer. La imagen desapareció. Y cuando nos percatamos le preguntamos por qué hacía eso. Sin embargo, antes que se cumpliera el mes empezó aparecer poco a poco, iluminada. En algunas ocasiones la imagen ha botado escarchas y en otras ha llorado. En el lugar emana un fuerte olor a rosas”.

Para controlar a la multitud en ese primer año hubo que cerrar la estrecha calle y establecer horario de 7:00 de la mañana a 10:00 de la noche. Y fueron las mismas personas con favores recibidos los que ayudaron a convertir la sala en una capilla. El ingeniero Germán Peña inició la obra en el 2003 y la terminó  al año siguiente. Muchos son los testimonios, coinciden en decir  las hermanas Díaz Ferreira y la vecina Elisa Martínez, quien asegura que la Virgen le hizo el milagro de devolverle una camioneta que le habían robado. 

A ese punto de Tierralinda han llegado sacerdotes de Venezuela y de varias parroquias de Norte de Santander. Pero fue  al párroco Jesús Emiro Claro al primero que llamó la familia para que certificara la aparición. 

Diario de Mónica Mildred Díaz

Mónica Mildred Díaz empezó a escribir un diario del enigmático acontecimiento, en donde  consignó muchos detalles. Coincide, en todo, con su hermana Andrea.

Recuerda allí que “la sorpresa ocurrió a las  10:15  de la noche.  En  familia  acordamos que no entraría nadie hasta que el padre Gustavo Urbina no lo autorizara. El 17 de mayo, la comunidad estaba como loca, casi nos tumban la puerta, pero gracias a Dios la gente se organizó y hubo orden”. “El 24 de mayo, Día de María Auxiliadora. En la aparición, Ella que mostraba la cara, el cuello y un tercio de su manto se agrandó y alargó. Nos mostró el borde de su manto hasta donde iba a ser, en el pecho se le nota algo, no sabemos si es el niño, sus manos ó su corazón. El  25  de mayo: se distingue sobre su aureola algo semejante a una corona. El 31 de mayo, en las horas de la noche, mi hermana observó un resplandor en la sala y pensó que la vela estaba encendida, cuando se paró a apagarla, se fijó que la vela estaba recién apagada echando humo y de la misma salió un resplandor rojo intenso que se posó a los pies de la Virgen que parecían llamas.

El 8 de junio, después de la eucaristía las personas vinieron en masa y se maravillaban de los progresos de la imagen de la Santísima Virgen.  24 de junio: el padre Jesús Emiro Claro nos hizo llegar justo a tiempo el mensaje que la Virgen María había dado a los fieles en México el 27-febrero-1997.  A las 3:00 de la tarde  había en mi casa casi 100 personas que se mostraban fervorosas, alababan al Señor y a María, cantábamos, orábamos y nos sentíamos felices todos.

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El sábado 28 de junio: su manto se tornó verde oscuro y la aureola volvió a ser de color amarillo oscuro”.

La imagen de la Virgen, dice Andrea Carolina Díaz Ferreira, se ha transformado hasta tomar la forma que tiene actualmente: “Durante su transformación ha adoptado varias advocaciones, entre ellas: La Virgen Milagrosa con sus manos estiradas y abiertas hacia los lados y los rayos saliendo de ellas, la Virgen del Carmen con las llamas de fuego en la parte inferior, luego se borraron poco a poco las llamas y se formó una media luna, luego se posó sobre ella el Espíritu Santo,  y parecieron las letras griegas Alfa y Omega.

Después se formó un rosario en la mano derecha y desapareció el rosario. Se formó una línea de letras en lenguaje desconocido  del cual nunca se obtuvo significado. También aparecieron tres rosas de la Virgen de la Rosa Mística, luego se formó en su pecho el corazón de la Virgen Dolorosa con la llama de fuego en la parte superior y espadas a su alrededor. En su cabeza desapareció el Espíritu Santo y se formó la imagen de la Virgen de Guadalupe, cuando se formó Guadalupe se le  puso un rosario en la parte superior.

Luego se formó al lado izquierdo de la Virgen la imagen de Jesús crucificado y al lado derecho la imagen del Arcángel San Miguel. Después se formaron los pastorcitos de Fátima en la parte inferior de la Virgen y por último la imagen del Padre Eterno en la parte muy superior de la aparición”. 

En la actualidad la imagen de la Virgen María Corredentora sigue ‘viva’, en la pared de la que fue la sala de la familia Díaz Ferreira.