El programa El Futuro es de los Jóvenes finalizó su cuarta temporada en Norte de Santander para reivindicar los sueños y la visión de futuro de los jóvenes víctimas del conflicto armado que recibieron una capacitación en orientación vocacional, certificada por la Corporación Educativa Sin Fronteras, pero ejecutada mediante un convenio entre el Ministerio del Trabajo y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ángel Custodio Cabrera Báez, ministro de Trabajo, no estuvo presente. En su lugar, acudió Stefany Ribón, líder técnico del programa, quien contó que con los diplomados que se realizan en 34 municipios del país se logró certificar a 60 jóvenes de los municipios de Cúcuta, Villa del Rosario y Convención, este último una de las zonas que ha tenido gran impacto por el flagelo de la violencia impuesta por grupos armados en la región del Catatumbo.
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El programa permitió fortalecer, además de los servicios académicos, su capacidad de empleo y autoempleo, para que las víctimas puedan tener un mejor manejo de los recursos que reciben por parte Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
“En esta oportunidad certificamos a 60 personas. De Convención tenemos alrededor de seis personas porque ellos lo hicieron de manera virtual o clases en línea. Los que vienen hoy recibieron la formación semipresencial”, comentó.
Medición del impacto
Susana Betancourt, oficial nacional de seguimiento de la oficina de proyectos de la OIT, expresó que la culminación del programa permite avanzar hacia el futuro en materia de empleabilidad, autoempleo y sobretodo proyectos de vida.
“Son víctimas que han sufrido este conflicto y encontramos personas muy vulneradas, pero afortunadamente tenemos varios equipos sicosociales trabajando en este proyecto, tanto del Ministerio del Trabajo, como de la OIT y con el aliado en territorio muy importante que es el centro de formación Sin Fronteras”, dijo.
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Betancourt explicó que una vez egresan los jóvenes de los programas, la OIT y el Ministerio del Trabajo hacen seguimiento a los participantes y de esta manera han descubierto el impacto que tiene en su formación.
“Muchos participantes de versiones pasadas han logrado sus propios emprendimientos, muchos se han enfocado a seguir carreras profesionales, otros a realizar técnicos laborales”, contó.
Con la culminación de la cuarta versión del proyecto que se inició el pasado mes de febrero, se logró certificar un total de 820 personas en los 34 municipios del país. Los últimos cuatro años, la OIT ha apoyado los procesos de inclusión laboral de 3.169 jóvenes entre los 16 y los 21 años.
Apoyo al crecimiento
Gerson Daniel Higuera, subgerente de la Corporación Educativa Sin Fronteras, expresó que, en esta oportunidad, están brindando su aporte al proceso de inserción social de estos jóvenes que han sido víctimas del conflicto armado en Norte de Santander.
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“Es nuestro apoyo al crecimiento social y económico a estos 60 jóvenes. De esta forma esperamos poner nuestro granito de arena para que ellos puedan empezar a emprender y a seguir soñando con el ser el futuro del país”, declaró.
El programa desarrollado en una carga académica de 160 horas estuvo enfocado en emprendimiento, manejo de habilidades blandas, habilidades cognitivas, no cognitivas y orientación para definir sus planes de vida, administración laboral y la promoción de relacionamiento de los participantes con los sectores educativos, productivos y educador.
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