Hay malestar entre los habitantes de diferentes veredas de Chinácota por el mal estado que presenta la carretera que de ese municipio conecta con Toledo, particularmente entre el sector Santa María hasta Iscalá sur en el alto de Mejué.
Esta vía, una de las más transitadas de Norte de Santander por el alto auge del turismo “está hecha u desastre” a decir de los comerciantes, labriegos y quienes visitan esos hermosos parajes en plan de descanso y recreación.
Son unos 25 kilómetros que en una vía pavimentada se recorrerían en 30 minutos, pero que en las actuales condiciones los conductores de vehículos públicos de pasajeros o particulares demoran más de una hora, según los usuarios de la vía, quienes le están pidiendo al alcalde José Luis Duarte que “tenga más compromiso con el pueblo, pasando de los anuncios a las acciones”.
En ese sector de Iscalá hay varios atractivos turísticos como la hacienda del general Ramón González Valencia, presidente de Colombia, así como el camino que recorrió el Libertador Simón Bolívar, entre negocios propios para el turismo, fincas ganaderas y para la labranza, dijo un habitante de Chinácota que prefirió no identificarse.
“En Iscalá sur, sector el Cebollal, está impasable, pero el daño es generalizado desde la urbanización Santa María y las veredas Tenerías, Chitacomar, Chinaral, Iscalá norte, centro y sur, de una carretera que empata con la vía La Soberanía”, dijo otro habitante a La Opinión.
El alcalde de Chinácota, José Luis Duarte, dijo que ha sido socializado con los empresarios y comerciantes de Santamaría y veredas vecinas, con presencia del gobernador Silvano Serrano, “la inversión de $7.000 millones para el mantenimiento de esta vía, y se espera que con la bendición de Dios los trabajos se inicien este año”.
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