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Gobernador y mandatario juvenil rindieron cuentas ante personeros estudiantiles
Édgar Díaz y Wilmer Torrado evaluaron el trabajo de los dirigentes estudiantiles.
Jueves, 6 de Agosto de 2015

Pasadas las 8 de la mañana de este jueves, dos gobernadores se dieron la mano.

Wilmer Torrado, elegido esta semana como gobernador juvenil, y Édgar Díaz, primer mandatario de Norte de Santander, se reencontraron luego de cinco años.

Esta vez, no fueron ni el joven que revolucionó El Tarra para que le dieran condiciones dignas para estudiar, ni el secretario de Educación que puso la cara en la zona y cambió al rector de la época.

Díaz y Torrado rindieron y exigieron cuentas, respectivamente, ante 103 personeros estudiantiles, de los cuales 28 simularon ser los 22 secretarios de despacho y seis diputados, y ante sus homólogos, cara a cara, pidieron educación sexual e infraestructura para la juventud de sus pueblos.

Antes de ello, Díaz y Torrado conversaron algunos minutos. Tal vez, se pusieron al día en algún tema; no se supo, porque Díaz, entre risas, dijo a La Opinión que era “una charla privada” y había que entender.

Pidió que se iniciara el evento y ambos, mano al pecho, entonaron el himno nacional, y con la misma mirada altiva tomaron las riendas del consejo.

Cuatro rounds

Primer asalto: Los asesores se acercaban, y se hizo el llamado a lista. Ahí llegó el primer tirón de orejas de ‘papá gobierno’.

“Increíble, señores secretarios, que solo dos de ustedes se pusieran en pie para que los conocieran”, increpó Díaz. “Solo Leonel (secretario de Desarrollo Económico), Cristian Buitrago (secretario de Planeación) y Carlos Rodríguez (asesor del Plan de Desarrollo) lo hicieron. Pónganse de pie para que los conozcan”.

En silencio, todos acataron la orden, y en seguida los jovencitos hicieron lo propio cuando llegó su turno; salvo que dieron tímidos saluditos con la mano.

Segundo asalto (9:30 a.m.): “Permítanme les presento a la gestora social, mi esposa, que llegó un poco tarde...”, y entonces alguien susurró que el gobernador estaba “¡de unos apuntes!”.

Tercer asalto: Un ventarrón intentó sabotear el larguísimo video que mostraba cómo fue la elección de Torrado, y se llevó el telón de proyeccción, pero ese no fue el inconveniente de la escena.

“Vean el mal ejemplo que dan, señores secretarios”, dijo nuevamente el gobernador y hubo un incómodo silencio. “El secretario de gobierno juvenil, vino hasta acá a decir que mientras ellos prestan atención, ustedes están chateando. Al menos estas dos horas, trabajémoslas bien”.

De ahí en adelante la reunión siguió sin problemas, pero quedaron algunos sinsabores.

Una niña rompió en llanto cuando el gobernador se marchó a las 11 a.m., y le dijo que le daba rabia que no saliera nada de ahí. Torrado coincidió con ella, y pese a no sentirse fracasado, sí dijo que esperaba ‘algo’ que probara los logros de todos.

Pese a ello, se dominó la situación y al final Díaz afirmó que se compararán los diagnósticos de ambas partes y que, sin falta, se informará al próximo gobernador y los alcaldes sus obligaciones con los representantes estudiantiles.

Ese fue el cuarto round, y aunque ganaron ampliamente en el ejercicio de su deber seguirán insistiendo hasta que logren lo que merecen porque, como dijeron, su futuro está en manos de esos funcionarios que, como ellos, tal vez también necesitan más educación.

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