Cristianos de todo el mundo celebraban este fin de semana de Pascua otra vez bajo las restricciones contra el coronavirus.
Ante el aumento de infecciones, y a pesar de que la vacunación va avanzando, muchos gobiernos tuvieron que volver a imponer medidas y amentar los protocolos de bioseguridad.
El papa Francisco presidió el viernes por la noche en la plaza de San Pedro su segundo Vía Crucis seguido sin público a causa del Covid, pero con la participación de niños italianos.
En 2020 el prelado confió a presos la lectura de textos sobre la Pasión de Cristo, desde su condena hasta la crucifixión y la puesta en sepultura, pero este año fue el turno de niños y adolescentes de un grupo scout y una parroquia romana que ayuda a los más frágiles.
El domingo el papa pronunciará la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y al mundo), tradicional en Navidad y Pascuas.