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¿Cómo fue el liderazgo de la mujer en 2021?
La Opinión habló con reconocidas lideresas de la región.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Domingo, 2 de Enero de 2022

La mujer, sin duda, en Colombia y muchos otros países ha ganado espacios de participación en la función pública y las diferentes instancias de esta. Cede así la discriminación de género, predominante durante mucho tiempo. Lo cual contrasta con la violencia ejercida bajo la presión machista o por degradación de la condición humana.

Sobre el liderazgo de la mujer consultamos en Cúcuta a varias con protagonismo, con esta pregunta:

 

-Cómo califica el liderazgo o desempeño de la mujer en la función pública o de gobierno?

Alix Marina Ojeda Álvarez

Abogada, expresidenta del Círculo de Periodistas y Comunicadores de Norte Santander.

En este momento la calificación es negativa, porque el liderazgo de partidos es muy negativo. La mujer es instrumentalizada en la función pública o de gobierno sin poder, sin libertad, sin autonomía, porque escogen mujeres con escasos conocimientos en lo público y en gobierno para ser manipuladas. Los directores de partidos hace varias décadas han convertido el trabajo de la mujer en un interés de partido no de gobierno, no de Estado y no de sociedad. En el siglo pasado teníamos en la gobernanza mujeres aguerridas, intelectuales, en los partidos Liberal y Conservador, en el MRL y otros, que llevaban la batuta de lo público impecablemente. Hoy reclamamos las mujeres que carecemos de este privilegio, el de manejar el poder público con principios y moral pública. 

Olga Patricia Omaña Herrán

Sicóloga, Secretaria de Cultura de Cúcuta y exdirectora de Fomento Regional del del Ministerio de Cultura.  

Gracias a las luchas y esfuerzos permanentes de nuestro género, en los últimos 100 años, hoy estamos presentes en diferentes y diversos espacios, con oportunidades en todos los campos laborales y profesionales, demostrando capacidad y liderazgo de manera destacada. Cada vez nos esforzamos por estar más calificadas académicamente. Hemos asumido nuestra formación con disciplina y el ejercicio laboral con responsabilidad, lo que nos permite aspirar y ejercer cargos de alto nivel con los mejores resultados en nuestro desempeño. Es indudablemente beneficiosa y pertinente la presencia de las mujeres en el ejercicio de lo público.

Margarita María Contreras Díaz

Arquitecta, Secretaria de Planeación de Cúcuta.

La valoración del liderazgo femenino en la función pública no puede limitarse a la cuantificación de la ocupación de cargos públicos. Desde mi perspectiva, el liderazgo no es equivalente a desempeño, debido a que siempre hay desempeño en el cargo que se ocupe -aceptable o por mejorar-.

Muchas mujeres hoy se desempeñan activa y adecuadamente en cargos de gobierno. Sin embargo, tomar las riendas, planear,  dirigir , organizar , proponer, tener la coherencia, la astucia y la capacidad de hacer cambios estructurales en los equipos de trabajo, en las dinámicas de la administración pública a la luz de la normativa actual emanada del DAFP (Departamento Administrativo de La Función Pública), es una noble, leal y valerosa causa; un reto poco valorado y de inigualable paciencia y dedicación acuciosa, en una ciudad donde Potencializar estos liderazgos es un desafío diario.

Taíz del Pilar Ortega López

Abogada, exalcaldesa de Tibú, Secretaria de Gobierno de Norte Santander.

Hemos logrado asumir roles estratégicos en la función pública y la toma de decisión a todo nivel en diversos contextos, como lo político, social, cultural, gerencial y de incidencia en la gestión de proyectos, demostrando capacidades humanas, de liderazgo y empoderamiento.

Resignificamos el concepto de ser mujer; somos profesionales integrales, sin desarraigarnos de nuestro rol como madres, esposas o hijas. Actualmente como Secretaría de Gobierno hago parte de un gabinete en el que las mujeres coadyuvamos a la toma de decisión del Gobernador de Norte de Santander a quien reconozco su visión de inclusión y de ubicarnos en el mapa de la gestión pública.

Milena el Socorro Calderón

Diputada de la Asamblea de Norte Santander.

Al hablar de la participación de la mujer en la función pública o en cargos de gobierno podemos decir que aún sigue siendo escasa. Las cifras para el 2020 indican que en puestos del Estado sólo se alcanzó el 38%; en la Rama Judicial llegó al 43%, mientras que en la Rama Legislativa se situó en 33%. Si bien en los ODS se plantea asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles de decisiones en la vida política, económica y pública a la fecha la cifra es aún desalentadora. La misma situación se observa en Norte de Santander. La Ley 581 de 2000 promueve una participación mínima del 30% de las mujeres en las posiciones de liderazgo del nivel medio y alto, en el Estado colombiano. En lo público se viene cumpliendo con esta ley de cuotas, se observa en la conformación de los gabinetes nacionales, departamentales y municipales. No es la misma situación en cargos e elección popular.

Jessica Dayana Ramírez López

Economista, Secretaria de Educación de Cúcuta.

Es un liderazgo que combina irreverencia con sensibilidad. Dos componentes necesarios para construir una gerencia que no siga la línea establecida -una premisa muy común en lo público- sino que cuestione y proponga nuevas formas de realizar el ejercicio de gobierno. La irreverencia y sensibilidad requieren de coraje para romper imaginarios y asumir la resistencia de la transformación. Este liderazgo se caracteriza por tener una mirada más intuitiva para comprender necesidades reales frente a los problemas sociales y de esta manera poner de relevancia una dimensión más humana y dignificada que conecta con las comunidades.

Carmen Elisa Araque

Médica, rectora de la Universidad de Santander en Cúcuta.

La ONU ha comprobado que la presencia de mujeres líderes en la toma de decisiones políticas mejora dichos procesos. De hecho, aun cuando los datos internacionales muestran una representación insuficiente, se afirma que para el 2030 “la participación de las mujeres en la política y la vida pública en pie de igualdad, son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. A febrero del 2021, el 45% de los cargos de liderazgo en Colombia, estaban ocupados por mujeres; esto es significativo. Así, califico este desempeño, necesario, relevante, en evolución, y gratificante frente a resultados exitosos de su empoderamiento y equidad.

Mila Patricia Romero

Ingeniera, Senadora de la República

Lo califico de manera muy positiva. El liderazgo femenino es solidario, es auténtico, es empático, está potenciado con la maternidad que nos otorga una sensibilidad especial. Nosotras nos desempeñamos en el ámbito político y social de una manera distinta a los hombres, no necesitamos ejercer poder porque sabemos cómo manejar la autoridad. A nivel mundial tenemos varios ejemplos valiosos como Angela Merkel y Margaret Tatcher, que marcaron precedentes en sus países y allanaron el terreno al liderazgo femenino demostrando que estamos dotadas con grandes dones. En Colombia también, en el Congreso y las Instituciones las figuras destacadas son mujeres de gran carácter que han dado batallas por lograr importantes transformaciones.

Jessika Danitza Flórez Torres

Nutricionista, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en Norte Santander.

La mujer naturalmente tiene un papel transformador y de injerencia positiva sobre la vida de otros seres humanos, en esta medida el rol que se ejerce desde lo público se caracteriza por un liderazgo que no solo involucra las competencias del Hacer sino también del Ser.

La mujer tiene la capacidad de medir el desempeño de su equipo a lo largo del proceso, antes de enfocarse sólo en el resultado, logrando capacidades de comunicación, transformación, resolución de conflictos, trabajo en equipo, negociación, distribución adecuada del tiempo y con gran visión para el cumplimiento de los objetivos y metas planeadas.

La mujer en lo público, más allá de su jerarquía la caracteriza su valentía, empoderamiento y la neutralidad en la toma de decisiones desde un enfoque colectivo, que ha permitido ganar espacios en todos los sectores de la sociedad.

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