El agua, ese bien preciado para los arroceros y con el que su negocio sale literalmente a flote es cada día más escaso en Norte de Santander debido al cambio climático, pero también a la falta de compromiso para cuidar las cuencas y los nacientes.

Sin embargo, varios productores de Los Patios que tomaron conciencia de la importancia de proteger el bien más preciado para su interés, y el de todos los ciudadanos, han mejorado sus modos de producción con tres planes estratégicos que aumentan su tecnología y también les permite resarcir el impacto ambiental.

1. Menor uso de agua

Juan Diego Peña, uno de los productores de Los Vados, afirma que una de las estrategias más eficientes ha sido la vinculación al programa de Adopción Masiva de Tecnología (Amtec) de Fedearroz.

“Se realizaron inversiones en maquinaria especializada para hacer más eficiente el riego de los lotes”, señala. “Aquí vale destacar la micro-nivelación del terreno utilizando una pala especial, la elaboración de guías de riego usando curvas de nivel guiadas por láser y el uso de máquinas sembradoras que obligan a sembrar sobre terreno seco”.  

Este mecanismo de micronivelación de los lotes, junto con las guías de riego basadas en curvas de nivel, permite ahorrar agua y hacer un riego más eficiente, con un 35 por ciento de mejoría en el proceso.

Adicionalmente, se están haciendo pruebas con nuevas semillas que tienen ciclos más cortos de crecimiento y toleran mejor los largos períodos de sequía, que últimamente afronta la región.

Así mismo, se construyeron nuevas compuertas para regular el flujo de agua que entra a las fincas.

“Estas acciones nos han permitido reducir tanto el volumen de agua como la  frecuencia de riego significativamente, al tiempo que un porcentaje importante del agua que entra a cada finca se reincorpora nuevamente al río”, expresó Peña.

Durante la cosecha actual, la disponibilidad de agua para los productores de la zona ha sido bastante limitada y regulada, pero con la adopción de tecnología y mejores prácticas se ha manejado la situación crítica que afronta el río.  

Actualmente, de las 200 hectáreas que hay en el área, 130 han incluido estos sistemas.

2. Reforestación

Otra de las actividades desarrolladas por los arroceros de esta zona es la reforestación y restauración de algunos sectores estratégicos para la recuperación del aire y la estabilidad del río.

En 15 años de trabajo, han reforestado la parte media del río Pamplonita con la siembra y mantenimiento de más de 17 mil árboles nativos.

“Desde el año pasado decidimos redoblar el esfuerzo e incrementar el área sembrada en chiminangos, guaduas, melinas, samanes y pardillos”, explicó Peña. “De igual forma hicimos una pequeña campaña en internet invitando a otras personas a unirse al proyecto y a tomar conciencia ambiental”.  

Con esta inmensa cantidad de árboles no solo se ayuda a regular el caudal del río, sino que producen oxígeno, reducen la erosión, disminuyen la temperatura y se convierten en un gran hábitat para la vida silvestre.

“Es una inversión grande que hemos venido haciendo por años y que no genera ningún retorno financiero”, afirmó. “Aun así la seguimos haciendo por su impacto ambiental positivo. Ojalá más usuarios del río tuvieran iniciativas similares que ayudaran a su protección”.

Aunque otros productores están de acuerdo con estas estrategias, saben que implican inversión y que no hay rentabilidad porque es un servicio para el río, solo por la conciencia ambiental.

Además, según Peña, es innegable que la gente prefiere hacer sus actividades de forma tradicional, con resultados inmediatos.

“Esta cruzada por mejorar nuestra huella ambiental se suma al reto de mejorar la productividad para ser más competitivos con la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos”, comentó. “De la mano de nuestros principales aliados, Coagronorte y Fedearroz, esperamos seguir trabajando en esa dirección en pro del desarrollo económico y social de nuestra región”.

3. Búsqueda de nuevas fuentes de agua

La principal novedad para estos agricultores durante estos dos años de trabajo por el ambiente ha sido la búsqueda del recurso hídrico, del cual ya se tienen hallazgos, según indican los estudios técnicos efectuados en las fincas.

“Se realizaron estudios geoeléctricos del subsuelo, confirmando la presencia de acuíferos gigantescos a 80 metros de profundidad”, refirió Peña, entusiasmado por lo que puede significar este acontecimiento.

“Parte de esta agua puede ser extraída a través de la construcción de pozos profundos y se puede convertir en un plan de contingencia para el sector agrícola, los acueductos e incluso para alimentar el caudal del río en épocas de sequía”, dijo.

Estos pozos permitirían extraer unos 150 litros de agua por segundo, y la inversión para construirlos es de 200 a 250 millones de pesos.

“A los acueductos privados de Los Patios les interesó el tema, pero hay que tener en cuenta que la inversión inicial es grande, por los estudios y la construcción de la infraestructura”, agregó. “En principio, los pozos estarían ubicados en propiedad privada”.

De acuerdo con los estudios, esta agua profunda no afecta el recurso hídrico superficial, dado que serían acuíferos independientes.

En otras partes del país, como en La Guajira este tipo de pozos ya se han construido y son usados con éxito.

“Empezamos ya a tramitar el tema con la autoridad ambiental y a buscar la financiación necesaria. Esperamos tener el primer pozo funcionando en el primer semestre del próximo año”, puntualizó.