Lunes, 16 de Febrero de 2015
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Si bien la presencia de las plantas no genera conflictos para las aguas,
el uso de químicos para fumigarlas y aumentar su producción es un
problema, debido a que la lluvia lleva los residuos tóxicos a los
caudales.~
La Alcaldía logró conjurar un conflicto con uno de los tantos cultivadores de coca, que ponía en riesgo la calidad del agua del corregimiento de Bellavista.
Si bien la presencia de las plantas no genera conflictos para las aguas, el uso de químicos para fumigarlas y aumentar su producción sí es un problema, debido a que la lluvia lleva los residuos tóxicos a los caudales, ya que las plantaciones están a menos de 15 metros de un nacimiento de agua.
Por ello, en días pasados, funcionarios de la administración visitaron una de las fincas que vive de esta actividad, con el fin de conciliar con su administrador el buen manejo de la cuenca y proponer la venta de parte del terreno a la Alcaldía.
De este modo, se aseguraría la preservación de la corriente hídrica que surte el acueducto del Corregimiento de Bellavista y la Estación de Petróleo.
Según Mildreth Figueroa, secretaria de Desarrollo Social, los cultivos ilícitos afectan la cuenca del ríos y se teme que haya problemas de sequía debido a que se van ‘descapotando’ las montañas para aumentar las áreas cocaleras.
Además, se ha evidenciado que los niveles de contaminación de las fuentes hídricas van en aumento y las aguas no son aptas para el consumo humano.
Aunque no se ha podido comprobar que los problemas de salud se deban a los químicos que caen de los cultivos, es innegable que la calidad del agua no es la mejor.
Por estos inconvenientes, se explicó al habitante de la finca cómo cuidar el agua, y este se comprometió a respetar la parte de la cuenca que la alcaldía pretende adquirir, luego de que Corponor defina cuántos metros o hectáreas se necesitan para favorecer el recurso hídrico.
También, el hombre instalará llaves en su casa para economizar agua, lo cual fue una alternativa apropiada y destacable, según dijo Figueroa.
De otro lado, se indicó que eventualmente se podría comprar toda la finca, pero este sería un proceso más dispendioso, pues esta ya se había ofertado al municipio, en la administración pasada, pero no se pudo llegar a un acuerdo porque los documentos no estaban en regla.
“La primera medida es dejar algunos cultivos sin tocarlos, para luego erradicarlos y reforestar, debido a que para la compra solo se puede destinar un 1 por ciento del presupuesto municipal para este fin, y ahora no hay recursos”, dijo la funcionaria.
Pese al arreglo al que se llegó, la secretaria dijo estar “decepcionada” por el daño ambiental que dejan los cultivos ilícitos en la zona del Catatumbo.
“He recorrido las veredas y hay una gran cantidad de áreas taladas”, puntualizó. “Ahora, hay aguaceros, pero no sé qué pasará cuando entre el verano”.


Si bien la presencia de las plantas no genera conflictos para las aguas, el uso de químicos para fumigarlas y aumentar su producción sí es un problema, debido a que la lluvia lleva los residuos tóxicos a los caudales, ya que las plantaciones están a menos de 15 metros de un nacimiento de agua.
Por ello, en días pasados, funcionarios de la administración visitaron una de las fincas que vive de esta actividad, con el fin de conciliar con su administrador el buen manejo de la cuenca y proponer la venta de parte del terreno a la Alcaldía.
De este modo, se aseguraría la preservación de la corriente hídrica que surte el acueducto del Corregimiento de Bellavista y la Estación de Petróleo.
Los problemas
Según Mildreth Figueroa, secretaria de Desarrollo Social, los cultivos ilícitos afectan la cuenca del ríos y se teme que haya problemas de sequía debido a que se van ‘descapotando’ las montañas para aumentar las áreas cocaleras.
Además, se ha evidenciado que los niveles de contaminación de las fuentes hídricas van en aumento y las aguas no son aptas para el consumo humano.
Aunque no se ha podido comprobar que los problemas de salud se deban a los químicos que caen de los cultivos, es innegable que la calidad del agua no es la mejor.
Por estos inconvenientes, se explicó al habitante de la finca cómo cuidar el agua, y este se comprometió a respetar la parte de la cuenca que la alcaldía pretende adquirir, luego de que Corponor defina cuántos metros o hectáreas se necesitan para favorecer el recurso hídrico.
También, el hombre instalará llaves en su casa para economizar agua, lo cual fue una alternativa apropiada y destacable, según dijo Figueroa.
De otro lado, se indicó que eventualmente se podría comprar toda la finca, pero este sería un proceso más dispendioso, pues esta ya se había ofertado al municipio, en la administración pasada, pero no se pudo llegar a un acuerdo porque los documentos no estaban en regla.
“La primera medida es dejar algunos cultivos sin tocarlos, para luego erradicarlos y reforestar, debido a que para la compra solo se puede destinar un 1 por ciento del presupuesto municipal para este fin, y ahora no hay recursos”, dijo la funcionaria.
Pese al arreglo al que se llegó, la secretaria dijo estar “decepcionada” por el daño ambiental que dejan los cultivos ilícitos en la zona del Catatumbo.
“He recorrido las veredas y hay una gran cantidad de áreas taladas”, puntualizó. “Ahora, hay aguaceros, pero no sé qué pasará cuando entre el verano”.