Hay cosas que las cámaras no pueden mostrar. Aunque los videos de seguridad que se hicieron virales esta semana muestran prácticamente segundo a segundo los últimos minutos de vida de la DJ Valentina Trespalacios, los detalles de su relación con John Poulos, un hombre al que conoció por Instagram, que le propuso matrimonio la segunda vez que se encontraron y que según la Fiscalía le quitó la vida por celos, probablemente se quedarán para siempre en la intimidad de la pareja.
Lo que se conoce es que el pasado domingo, 22 de enero de 2022, en el apartamento 802 de un edificio ubicado en el norte de Bogotá, después de tener relaciones sexuales, Poulos, según la Fiscalía, la golpeó y ahorcó con sus propias manos hasta quitarle la vida. Luego, guardó el cuerpo, en una maleta, de la que alcanzaba a sobresalir su cabeza, y se fue del país, con la intención de huir, pero fue capturado en Panamá y devuelto al país para responder ante las autoridades por este feminicidio.
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Todo pasó en poco más de un año
Según ha contado Laura Hidalgo, mamá de Valentina, ella conoció a Paulos por internet. “Creo que, por Instagram, como en diciembre de 2021, pero ella no quería una relación estable, pero después de un tiempo empezaron a hablar más y ella dijo que lo iba a conocer”, afirmó.
Así que en mayo de 2022 él viajó a Colombia y se conocieron en persona y ese mismo mes viajaron a México. Así lo corrobora su mejor amiga, quien prefirió mantener en reservar su nombre y quien en entrevista con Colprensa contó que ellos solo se vieron tres veces en este periodo.
“El tipo era muy amable, muy tranquilo, nunca notamos nada raro en él. La comunicación era un poco complicada porque él no sabía nada de español, entonces nos comunicábamos siempre por traductor, pero eso no fue impedimento para que se enamoraran”, cuenta la amiga de la DJ.
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¿Quién era Valentina?
Valentina era una DJ en busca de abrirse un espacio en la escena electrónica de la capital del país, en donde hacía parte del circuito de algunos bares, discotecas y clubes privados en el sur de la ciudad.
Como es usual, las redes sociales es el mejor medio para promover su trabajo, y así lo solía hacer Valentina, como en Instagram, con casi 16 mil seguidores y donde publicaba sus set music.
Estudió en Bogotá en una academia especializada para DJ donde logró una formación de cerca de un año, para luego empezar la búsqueda de las oportunidades necesarias para destacarse en el panorama de la música electrónica en el país.
Sus primeros intentos los realizó en los bares y las discotecas que ella solía frecuentar con su grupo de amigas a la hora de salir de rumba, y poco a poco las oportunidades empezaron a aparecer, cada vez con más frecuencia, hasta que las invitaciones para mostrar su talento empezaron a llegar de ciudades como Cartagena y Medellín, en especial para fiestas privadas.
Según las publicaciones que realizaba en sus redes sociales, en varias oportunidades viajó fuera del país y realizó presentaciones en diferentes lugares, entre ellos México y Aruba, por mencionar algunos.
Entre los proyectos que tenía entre manos la joven Dj, además de seguir tocando en distintos lugares, tanto dentro como fuera del país, es preparar lo que serían sus primeros sencillos, lo que es vital para poder posicionarse mejor en el panorama nacional musical y poder ser tenida en cuenta para hacer parte de los importantes festivales de música electrónica que se realizan en varias partes de Colombia.
Los celos de Poulos
De Poulos es poco lo que se conoce, aparte de que nació el 19 de enero de 1987 en Wisconsin, Estados Unidos, pero vive en Texas, donde se dedicaba al comercio de criptomonedas. Según varias fotografías que se han conocido en redes sociales, Poulos tendría dos niñas y un niño.
En medios se ha dicho que el menor para 2018 fue diagnosticado con cáncer y la familia tuvo que acudir a la beneficencia para costear el tratamiento. El caso fue mediático y la fundación Victory of the Lamb ayudó a recolectar los fondos.
“Jackson Poulos es un valiente niño de cinco años que lucha en estos momentos contra una rara forma de cáncer infantil, el rabdomiosarcoma en etapa 4. Las ganancias de este evento se entregarán a la familia Poulos para el apoyo financiero durante este momento de necesidad”, se lee en una comunicación de la organización.
De acuerdo con la amiga de Valentina, Poulos estaba en Colombia porque la segunda vez que se vio con ella le propuso matrimonio y venía a radicarse con ella. “Él llegó a radicarse del todo acá, en Colombia, el jueves 19 de enero. Buscaron apartamento y se mudaron el viernes 20”.
La teoría de la Fiscalía es que el crimen fue cometido por celos, lo que parecería confirmar una declaración de la madre de Valentina, según la cual, la pareja ya había tenido problemas a inicios de diciembre.
“Ella tuvo un evento de DJ porque tocaba en discotecas. Él mismo le comentó que le había contratado un investigador privado para que estuviera pendiente de ella. El problema de ellos fue una cosa de celos, una cosa así, porque un amigo le tocó una pierna, le montó un problema. Mi hija le dijo que, si estaba loco, que que le pasaba y lo bloqueó y dejaron de hablarse. Cosa que después habló con mi hija y después volvieron”, dijo la mamá en una declaración conocida en la audiencia en la que se le imputaron cargos a Poulos.
También lo confirma la mejor amiga de Valentina: “Él era un hombre muy celoso, muy obsesivo. Nosotros lo tomamos de broma, nunca malinterpretamos nada”.
En la audiencia, el fiscal dio sus conclusiones sobre el motivo del asesinato: “Basado en una obsesión permanente respecto de la relación que tenía con ella, hasta el punto de concebirla como un objeto personal. Le controlaba sus amistades personales, le vigilaba sus redes sociales y le contrato un investigador privado”, dijo la Fiscalía.
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El crimen
Poulos llegó a Colombia el 19 de enero con una maleta de viaje azul y un morral y se dirigió en un carro gris que alquiló al apartamento 802 de un edificio ubicado en el norte de Bogotá que había rentado supuestamente para que fuera el hogar que compartiría con Valentina.
Al día siguiente se vio con ella y a las 6:00 de la tarde salieron de la casa donde vivía ella con su mamá y hermanos, a su nuevo hogar. El apartamento del norte de Bogotá que había rentado Poulos.
Más de una hora después las cámaras de seguridad del edificio muestran como la pareja llega al apartamento ubicado en el octavo piso. Poulos entra con varias maletas al igual que Valentina.
Esa noche y hasta la madrugada del sábado la pareja salió porque Valentina tenía que trabajar.
Luego de dormir un poco, ella habló con su mamá por videollamada, al igual que con su mejor amiga. La última conversación la tuvo con uno de sus hermanos menores desde las 10:00 de la noche del sábado hasta las 12:00 del domingo. A través de la videollamada le mostró el apartamento.
Luego, vino la tragedia. Según la Fiscalía, después de tener relaciones sexuales, Poulos la golpeó y la ahorcó con sus propias manos hasta quitarle la vida.
Tras cometer el crimen Poulos metió el cuerpo de la mujer en su maleta azul.
Pasadas las 9;00 de la mañana, las cámaras de seguridad lo registraron sacando varias maletas y bolsas, en las que irían las cosas de Valentina, las cuales dejó en el vehículo gris que había alquilado, luego de tener que subir al apartamento y bajar al parqueadero tres veces.
También se ve en los videos cómo Poulos sube un carro de mercado y posteriormente saca en él, la maleta azul en donde iba el cuerpo de Valentina.
La fuga infructuosa
Tras el asesinato de la joven Dj, Poulos borró sus redes sociales y salió del país con destino a Panamá. Allí pretendía tomar un vuelo hacía Turquía, pero fue capturado por las autoridades panameñas, que con base en una figura administrativa, lo devolvieron hacia Colombia.
Al día siguiente, alrededor de las 11 de la noche, ya estaba de nuevo en Bogotá, en donde le fueron puestas unas esposas violetas, símbolo de la lucha contra la violencia contra la mujer.
Pocas horas después, a pesar de las dificultades que hubo con la traducción, un fiscal ya le estaba imputando cargos, frente a los cuales él se declaró inocente. No había pasado una semana desde el momento en que se cometió el crimen.
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