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La pérdida de la audición, una enfermedad en aumento en jóvenes y adultos
Sordera, trauma acústico e infecciones por uso de copitos son las enfermedades auditivas más frecuentes en la población. El uso prolongado de audífonos repercute en la audición de las personas.
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Lunes, 13 de Septiembre de 2021


Mantener una buena salud auditiva es tan importante como cualquier otra de nuestro cuerpo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más del 5% de la población en el mundo, unos 430 millones de personas,  sufren una pérdida de la audición que termina en discapacidad, pero  afortunadamente se puede prevenir o tratar con facilidad. Para el año 2050 prevé que los afectados superarán los 700 millones, una de cada 10 personas.

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Una de las principales causas de pérdida de audición en las personas más jóvenes, sobre todo en las naciones de bajos y medianos ingresos económicos, son las infecciones de oído no tratadas, cuyo síntoma más frecuente es la otorrea.

La pérdida de audición discapacitante se refiere a una pérdida superior a 35 decibelios (dB) en el oído que oye mejor. Casi el 80% de las personas con este problema viven en países de ingresos bajos y medianos. La prevalencia de la pérdida de audición aumenta con la edad: entre los mayores de 60 años, más del 25% padece una pérdida de audición discapacitante.

El médico otorrinolaringólogo Carlos Eduardo Parra Montoya, miembro activo de la Asociación Colombiana de Otorrinolaringología y del Centro de Especialistas Jericó, en Cúcuta, detalló una serie de patologías auditivas muy recurrentes en los pacientes que asisten a consulta.

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Entre ellas se encuentra el envejecimiento del oído, denominado presbiacusia, causada por las alteraciones del oído interno, con una gran repercusión en las personas mayores; también el trauma acústico o molestias en oído por culpa del ruido (sordera, mareos, tinnitus-zumbidos-) y las infecciones del oído externo por manipulación con copitos, y del oído medio por mal cuidado de gripes y alergias nasales.

Algunas enfermedades infecciosas prevenibles mediante vacunación, como la rubéola, la meningitis, el sarampión o las paperas, también pueden producir pérdida de audición.

Hay que estar alerta a las señales de los oídos.

Recientemente, algunos pacientes luego de pasar la fase aguda de la COVID-19 han manifestado afectaciones del oído, por lo que el doctor Parra, dijo que se han reportado casos de tinnitus, pero se está estudiando para conocer si tiene alguna relación directa con el virus.  

Por los momentos, recomiendan tomar líquidos, hacer ejercicio, evitar el ruido, controlar los episodios de ansiedad, no limpiar frecuentemente los oídos con copitos y consultar con el otorrinolaringólogo ante cualquier síntoma de afectación auditiva.

La OMS indica que en los niños, casi el 60% de los casos de pérdida de audición se deben a causas que pueden prevenirse mediante medidas como la vacunación, la mejora de la atención materna y el tratamiento temprano de la otitis media (es decir, las enfermedades inflamatorias del oído medio).

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En los adultos, la limitación de los sonidos aturdidores  y la vigilancia de la ototoxicidad de las medicinas, acompañada de una buena higiene otológica, mantienen una buena audición y reduce los riesgos de perderla.


Cuidado con los ‘wearables’

Actualmente, el mercado ofrece novedosos audífonos o auriculares para escuchar música o usarlos en el teletrabajo por la pandemia.

Estos dispositivos fueron el centro de atención del Mobile World Congress, un encuentro anual del sector de las telecomunicaciones, en Barcelona, España, por representar casi dos tercios de las ventas mundiales de ‘wearables’ (implementos tecnológicos llevados en el cuerpo) durante el 2020, porque las personas que trabajaban desde su vivienda los compraron para realizar videollamadas.

Sin embargo, el doctor Parra menciona que los audífonos hay que utilizarlos  solo para actividades importantes, por poco tiempo y con volúmenes bajos, tanto en el trabajo como en el lugar de estudio, para no afectar la salud de los oídos.

Señala que deben emplearse solo por 60 minutos  con intervalos de descansos. El especialista sugiere que el audio no supere los 60 decibeles o que pueda escuchar a otra persona sin necesidad de retirárselos.

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Indica que el uso frecuente de estos audífonos por tiempo prolongado puede producir sordera; mareos; dolores de cabeza, de diferentes intensidades y pronósticos y la llamada afección tinnitus, un  trastorno el que una persona oye ruidos como zumbidos, toques, golpes o pulsaciones, cuando no hay sonido exterior que los produzca.


Deficiencias a nivel mundial

La OMS ha mencionado que la capacidad de la audición es un bien muy preciado y, si no se tratan, las pérdidas auditivas pueden acarrear consecuencias devastadoras en la capacidad de las personas para comunicarse, estudiar y ganarse la vida. Un informe de esta organización expone este problema y ofrece intervenciones basadas en datos científicos para solucionarlo.

El estudio muestra que los propios profesionales de la salud carecen de conocimientos sobre la prevención, detección temprana y el tratamiento de la pérdida auditiva y las enfermedades del oído, impidiendo una atención especial para los pacientes.

El informe resalta que en la mayoría de los países, estos servicios no están integrados en el sistema nacional de salud y las personas que presentan enfermedades del oído y pérdida auditiva encuentran dificultades para acceder a ellos.

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El 78% de los países de ingresos bajos cuentan con menos de un otorrinolaringólogo por cada millón de habitantes; el 93% tiene menos de un audiólogo por cada millón de personas; solo el 17% tiene uno o más logopedas por cada millón, y solo el 50% dispone de, al menos, un maestro para sordos por cada millón de habitantes.

De acuerdo con el informe, estas deficiencias se pueden solventar mediante la integración de la atención otológica y de la audición en la atención primaria, valiéndose de la formación y de los sistemas de distribución de tareas.

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