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Secuestrados y asesinados por el Eln en la frontera
En las trochas han retenido a varias personas y luego de llevarlas a una finca en Llano Jorge (Venezuela), las matan.
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Martes, 29 de Marzo de 2022


La paz y la tranquilidad que alcanzó a tener el corregimiento Juan Frío, de Villa del Rosario, luego de la desmovilización de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), en diciembre de 2004, organización criminal que por muchos años mantuvo a esa población sumida entre el terror de sus acciones, se ha venido perdiendo desde hace más de cuatro años, cuando otros grupos armados ilegales han querido dominar esa zona fronteriza con Venezuela.

Primero fueron algunas bandas criminales y delincuenciales las que arribaron con la idea de controlar el pago por el paso de contrabando, drogas y migrantes, pero con los enfrentamientos entre ellas mismas, se fueron desterrando y los habitantes de este humilde lugar seguían luchando para salir adelante con la piscicultura y la agricultura.


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Pero hace más de dos años, cuando el Eln inició su expansión a lo largo y ancho de la frontera entre Norte de Santander y los estados Táchira y Zulia (Venezuela), Juan Frío fue uno de los principales objetivos que esa guerrilla se trazó para apoderarse especialmente de las trochas, aterrorizando a sus habitantes.

“Acá no se puede hablar nada de eso, quien cuente lo que está pasando comienza a oler a muerto. Esto es terrible, la guerrilla patrulla todas las trochas y en las noches a veces se viene para el pueblo, claro como acá no viene ni el Ejército ni la Policía, imagínese si a ellos les da miedo, cómo estamos nosotros”, aseguró un habitante de esa zona del municipio histórico.
 

Óscar Rivera fue secuestrado y asesinado por el Eln.


Precisamente, ese poder que hoy tiene el Eln en esta población volvió a quedar demostrado el pasado jueves, con el asesinato de dos hombres, ocurrido a la entrada de la trocha La Ramona, paso informal por donde se moviliza una gran cantidad de migrantes y contrabando.

Una de las víctimas fue identificada como Luis Eduardo Miranda Suárez, más conocido como ‘Lucho’ o ‘Cochín’, la otra persona asesinada fue reconocida el sábado, respondería al nombre de Ángelo José Peña.


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Secuestrados y asesinados

La dramática historia de estas dos recientes víctimas se ha convertido en una constante a lo largo de toda la línea fronteriza en Norte de Santander, pues, según se ha podido conocer, Luis Miranda fue retenido ilegalmente por el Eln, el pasado 1 de marzo, mientras que a Ángelo Peña se lo llevaron el día anterior a su muerte.

Extraoficialmente se estableció que, supuestamente, las dos personas estaban pasando contrabando por uno de los pasos informales de la frontera, cuando fueron interceptados por unos miembros de esa guerrilla y se los llevaron a la fuerza.

Aunque algunos allegados de uno de los hombres decidieron buscar a integrantes de ese grupo ilegal para saber por qué los secuestraron y tratar de mediar para que no le hicieran daño y lo dejaran en libertad, solo fueron informados que efectivamente la víctima estaba bajo custodia del Eln, porque trataban de corroborar una información que habían recibido y que tan pronto verificaran, lo dejarían ir.
 

Desde hace más de cuatro años el Eln inició un plan de expansión por la frontera.


Pero 23 días más tarde, ‘Lucho’ fue asesinado junto con Ángelo y sus cuerpos quedaron sobre la vía principal de Juan Frío, a la entrada de la trocha La Ramona. “Con ese hecho, mandaron un mensaje claro, que el Eln es el que manda y que quien no esté con ese grupo se muere o se tiene que ir”, señaló un líder social.

Pero estas dos trágicas historias no son las únicas que hay alrededor de la frontera con Venezuela, son muchas más. Lo peor de todo es que muy pocas familias son las que se arriesgan a contarlas, pues los grupos armados ilegales lanzan sus amenazas que si alguien habla con las autoridades, correrán la misma suerte de sus seres queridos.


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Y esos secuestros o retenciones ilegales no solo se están dando en suelo colombiano, también están sucediendo al otro lado de la frontera. En otro reciente caso que se conoció el sábado en la mañana, cuando apareció un hombre asesinado en la vía que conduce al corregimiento San Faustino, en el norte de Cúcuta, la víctima, identificada como Óscar Rivera, fue sacada a la fuerza de su casa, ubicada en Ureña (Venezuela) y traída a la zona rural de la capital nortesantandereana para ser baleada.

Según se conoció, varios integrantes del Eln fuertemente armados, fueron los que cometieron el homicidio la noche del viernes, pero solo hasta la mañana del sábado fue que los empleados de una funeraria recogieron el cadáver, pues ni la Policía se arriesgó a ir a esa sitio a hacer la inspección técnica.

Lo que viene pasando

Una fuente judicial aseguró que hace menos de un mes, las autoridades conocieron sobre un caso de una persona que fue retenida ilegalmente por este grupo ilegal, porque la estaban señalando de pertenecer a una banda criminal, pero luego de varios días, de corroborar la información y de ver que no era cierta, la dejaron libre.
 

En la salida de la trocha La Ramona han asesinado a varias personas.


“Oficialmente no hay nada de información, porque las personas no denuncian esos casos tan pronto pasan, por miedo o porque el mismo Eln les dice que no lo vayan a ser, que solo tienen a sus seres queridos porque los están investigando, pero que una vez corroboren lo que les han dicho, los dejan libres y la gente cree que no los van a matar. Los casos que se han conocido es a medida que aparecen asesinados”, sostuvo la fuente.

Añadió: “Lo poco que hemos sabido es que efectivamente el Eln se está llevando mucha gente que trabaja por la frontera o que vive por ahí cerca, porque alguien los acusó de ser del Tren de Aragua o de otra banda o, porque no les están pagando la ‘vacuna’. Hace poco una víctima nos contó que se la llevaron cuando iba por una trocha y la tuvieron siete días amarrada a un árbol, hasta que verificaron que no tenía nada que ver con lo que les habían dicho”.


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Las autoridades tendrían entre sus informes de inteligencia que las personas que han sido secuestradas por este grupo ilegal en Villa del Rosario o Cúcuta, las mantendrían en unas fincas que están en la población Llano Jorge, en suelo venezolano.

“Lo que se ha podido conocer es que en esas fincas que están cerca de la frontera, tienen unos cambuches con plásticos, donde mantienen amarradas a las víctimas a unos árboles. Eso sí, no les falta ni agua ni comida, pero hay varios hombres y mujeres custodiándolos y que en ocasiones son golpeadas o torturadas, pues buscan sacarles información para confirmar lo que les han dicho, pero cuando ven que no es cierto, las traen hasta las trochas y las dejan tiradas, para que pasen hacia este lado de la frontera”, comentó la fuente judicial.

Agregó: “pero cuando el Eln confirma que efectivamente pertenecen a una banda o que no les han pagado la ‘vacuna’, matan a las personas que mantienen retenidas, algunas son dejadas en territorio colombiano para que sus familias las entierren, pero otras son lanzadas al río o quedan allá en Venezuela, para que no haya ninguna investigación”.
 

Por la vía a San Faustino el Eln ha pintado varios grafitis.


En Tibú y otros municipios del Catatumbo también se viene presentando esta situación. Además, en esta región no solo ha sido el Eln el responsable de esas retenciones, ahora la disidencia del Frente 33 de las Farc, bajo el mando de ‘Jhon Mechas’, también está haciéndolo y lo peor de todo es que graban videos con sus víctimas y los ponen a circular por redes sociales.

“Esa ha sido una práctica muy común en Norte de Santander por parte de los grupos armados ilegales, especialmente del Eln y cuando existían las Farc, ellos no solo retienen o secuestran las personas por temas de lucha de territorios, también lo hacen por problemas entre parejas o vecinas, así como para cobrar extorsiones y lo peor de todo es que las autoridades no le han querido prestar atención y como no hay denuncias, creen que eso no existe, porque además no quieren que las estadísticas se les dañen”, comentó un líder social que pidió reserva de su identidad por seguridad.


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Al filo de la muerte

El defensor de derechos humanos afirmó que en Norte de Santander son muchos los casos que hay sobre secuestros y desapariciones forzadas, pero que las denuncias formales resultan ser muy pocas. “Y es que las familias no acuden a las autoridades porque no les tienen confianza o porque las amenazan”.

“En los últimos días me han comenzado a llamar mucho para contarme sobre esas retenciones ilegales que está haciendo el Eln y la disidencia, pero también hay casos de desapariciones ahí en la frontera. Uno de esos casos que he conocido es el de un joven que se vino para La Parada, en Villa del Rosario, a comprar cabello y resulta que él llegó y luego de unos días llamó a la mamá y desde ese momento nadie sabe dónde está. Hay otra persona que vino de Bucaramanga a comprar algunas cosas en la frontera y también le perdieron el rastro”, contó el líder social.

Añadió: “entre lo que sabemos es que en la frontera hay un control territorial por parte del frente urbano Carlos Germán Velazco Villamizar, del Eln, además que mantiene una disputa con bandas como el Tren de Aragua, en La Parada; mientras que de El Escobal hacia abajo, más allá de la cárcel hay otra guerra entre La Línea con los ‘elenos’ y así se da por toda la frontera, entonces por eso es que muchas personas son retenidas o secuestradas y luego las asesinan”.
 

Las trochas son usadas por el Eln para secuestrar y matar.


Sin embargo, el defensor de derechos humanos es contundente al señalar que el Eln tiene un control total desde Juan Frío hasta Ragonvalia y que por eso se está dando una gran cantidad de secuestros en esta zona, “pues ellos se están llevando a muchas personas creyendo que hacen parte de alguna banda criminal y las mantienen al otro lado de la frontera mientras que las investigan y cuando ven que sí es cierto las asesinan y es así como están apareciendo tantos muertos, pero lo lamentable es que pareciera que eso no les importa a las autoridades, porque no se ve ni una sola acción contundente para evitar todo esto”.


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Precisamente, algunas personas que tienen que pasar por las trochas que hay entre Juan Frío y Ragonvalia, indicaron que esos pasos ilegales son tenebrosos, “caminar por ahí da es pánico, no se ve a nadie pero se siente que lo están vigilando a uno. Ya cuando se pasa el río se pueden ver a los guerrilleros armados hasta con fusiles recibiendo la cuota y lo peor es que al lado de ellos están los militares venezolanos. A uno le toca es callarse, pagar y seguir para su casa”, manifestó un habitante de esa zona.

El defensor de derechos humanos indicó que en un estudio que él está adelantando sobre la desaparición forzada ha podido evidenciar que las denuncias son muy bajas. “Hemos visto que en los últimos 50 años, 5.798 personas desaparecieron, de las cuales fueron encontradas vivas 1.248 y 245 fueron asesinadas. También vemos que delitos como la trata de personas, los secuestros y el reclutamiento tampoco son denunciados”.

Y una clara muestra de esa falta de denuncias es lo que hoy sucede en diferentes puntos de Norte de Santander, donde los grupos armados ilegales se llevan a las personas a la fuerza y amenazan a las familias para que se queden calladas. En Villa del Rosario, Cúcuta y Puerto Santander es donde más se están presentando estos secuestros o retenciones ilegales.

“Acá nadie se va a arriesgar a denunciar o decir algo, no ve que el Eln es el que tiene el control. Se hace lo que ellos digan y nada más. Mucha gente está amarrada al otro lado de la frontera, algunos vuelven, otros son asesinados o los desaparecen”, manifestó un habitante de la zona de frontera en el municipio histórico.

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