El inmenso amor que el patrullero Samir Enrique Velillas Guerra le tuvo a su primer hijo se fue a la tumba con él con la desdicha de no haberlo conocido. El menor nació meses después de que lo asesinaran.
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Velillas Guerra fue acribillado a balazos el 13 de diciembre del año pasado cuando estaba en una motocicleta junto con el también uniformado Jesús Martín García Celis, en una esquina del parque principal del municipio de Cácota.
El uniformado de 28 años y oriundo del municipio de San Pedro, Sucre, estuvo en la Policía desde el 2015. Perteneció a Antinarcóticos de Barranquilla hasta 2019 y un año después fue trasladado para Cácota, un municipio tranquilo en el que encontró la muerte.
Aunque estuvo casado por lo civil, cuando se estableció como patrullero en la estación de Cácota volvió a enamorarse y esperaba a su primogénito.
Hoy en día, el pequeño es la adoración de todos los amigos y familiares del uniformado. Nació el pasado 28 de abril, lastimosamente solo conocerá a su papá por relatos, fotos y videos.
El pequeño siempre sabrá que desde que su padre supo que venía en camino, quiso trabajar aún más para darle un mejor futuro. Hasta ya le había buscado padrinos para bautizarlo en San Pedro.
Su abuela ha estado pendiente de él, pues es la viva imagen de su hijo. Ella no ha tenido una sola noche de tranquilidad al saber que los asesinos de Samir siguen libres.
Ese día no tenía turno
La familia de Velillas no entiende el porqué él estaba patrullando ese lunes si él les dijo, horas antes, que acababa de terminar su turno y se dispondría a descansar.
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La última comunicación que tuvo con su familia fue precisamente con una prima, a la 1:00 de la tarde, tres horas antes de su asesinato. Él le dijo que su bebé estaba sano y nacería para abril, que el 5 de enero salía a vacaciones y viajaba para su tierra.
Hasta le pidió que hiciera una videollamada para poder escuchar y ver la eucaristía en honor a Santa Lucía, ya que en esa fecha se celebraban sus ferias y fiestas en San Pedro.
Horas después, la familia se enteró por unos excompañeros de Samir que había sido baleado. De inmediato el desespero se tomó la casa del uniformado.
Hasta la mamá y unas tías de la víctima debieron ser trasladadas a un centro asistencial a causa de un desmayo que tuvieron al recibir la trágica noticia.
“A nosotros de la estación de Cácota nadie nunca se comunicó con la familia, nos enteramos por compañeros de escuela, ellos se enteraron por los grupos de la Policía. Luego de eso empezaron las noticias por los periódicos de Cúcuta y las redes sociales”, dijo la mujer.
Lo más lamentable es que días antes de su muerte, él había invitado a sus compañeros de la estación de Cácota a comer pescado y tomar cerveza, para celebrar que su hijo estaba fuerte y sano.
¿Y la investigación?
Han pasado seis meses desde ese lamentable hecho y la familia de Samir, que vive en el departamento de Sucre, no ha recibido noticia alguna de cómo va la investigación que lleve a la identificación y captura de los asesinos de su ser querido.
Los familiares de Velillas han viajado en varias oportunidades a la capital nortesantandereana en compañía de abogados para exigirle a la Fiscalía que investigue el caso, pues el hecho quedó grabado en una cámara de seguridad.
Ellos hasta contrataron a un investigador privado, el cual les dijo que en la zona donde ocurrió el doble homicidio habría en total cuatro cámaras monitoreadas por la Policía, pese a eso no ha avanzado el caso.
“Los abogados y nosotros estuvimos en Cúcuta en la Fiscalía preguntando por el proceso, pero no nos dan mayor información. Lo único que dijeron fue que el asesinato fue ‘plan pistola’. Hasta estas alturas no hay retratos hablados no hay videos”, reclamó una familiar de Velillas.
Dos celulares que Samir tenía cuando lo asesinaron fueron analizados por las autoridades, que se los llevaron como material probatorio el 13 y los tuvo en su poder hasta el 30 de diciembre, según una allegada.
“Nosotros suponemos que eso demoró allá por ser material de investigación. También entregaron un reloj, un anillo de oro y la cartera”, añadió la mujer.
Sobre el patrullero García Celis solo se conoció que habría capturado a un guerrillero, por lo que días después sufrió un atentado en su contra. De este hecho violento recibió un disparo en uno de sus brazos y, luego de sus meses de recuperación, fue trasladado para Cácota.
La Policía de Norte de Santander (Denor) indicó, por medio de la oficina de prensa, que el caso lo lleva la Fiscalía y esperan que los expertos reúnan la información probatoria que dé con la captura de los responsables.
Lo enterraron con honores
El cuerpo de Samir Velillas fue recibido con honores el 16 de diciembre en el Aeropuerto Brujas de Corozal, de Sucre. Entre los lamentos y las lágrimas de todos, el féretro fue recibido por una funeraria y acompañado por una guardia de policías que no se despegaron un segundo.
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Su cuerpo estuvo en la parroquia Sabanas de Beltrán, en San Pedro, y luego de un homenaje de parte de la Policía, en el que el minuto de silencio desgarró los corazones de muchos, fue trasladado hasta su última morada en el cementerio Sabanas de Beltrán.
Meses después, la Policía le hizo ascenso póstumo, al que fue su mamá hasta Bogotá para recibir el grado de subintendente, de manos del general Jorge Luis Vargas, director de la Policía.
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