Por esa época era común que familias llevaran a sus hijas a estudiar a municipios del departamento en los famosos internados, como fue el caso de estas menores.
Se dice que aquel día, las niñas se dirigían en un bus para participar de la Feria Internacional de la Frontera, como un premio por sus buenos logros académicos.
Con el entusiasmo de visitar Cúcuta y poder enviar un mensaje a sus familias, pues algunas de ellas venían desde Venezuela, 34 niñas subieron al bus acompañadas de dos hermanas docentes y Juan Bautista Angarita, quien fuera el conductor del vehículo.
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Todo parecía marchar bien, hasta que en el sitio conocido como Carboneras, bajando a la quebrada La Honda, el conductor perdiera el control del vehículo haciendo que este cayera a la quebrada, aunque sus causas no fueron establecidas con claridad.
Así lo documentó La Opinión en su edición del lunes 24 de junio de 1968, tres días después del trágico hecho, pues en aquel entonces el periódico no tenía circulación los fines de semana.