Ricardo Villamizar aún recuerda aquella tarde de 2007 que transcurría como un día común. Estaba en Buenos Aires (Argentina), a las afueras del Estadio Alberto J. Armando, más conocido como "La Bombonera" (Club Atlético Boca Juniors), cuando una gran algarabía se elevaba a su paso.

De pronto, estaba justo allí, entre franelas de la rojinegra y algunas caras conocidas. El Cúcuta Deportivo disputaría un partido de vuelta en la semifinal de la Copa Libertadores.

En  los alrededores del barrio La Boca, vendía sus artesanías. Hacía algunos años había partido de su tierra, buscando un mayor reconocimiento al oficio que ejercía. Aquel encuentro cercano con su ciudad, era como estar viviendo un sueño.

Cuando narra aquella historia todavía se emociona. Alza los brazos evocando el momento en que se sintió como en casa. “Yo gritaba, estaba muy emocionado. Vi algunas caras conocidas de gente de acá que hacía mucho tiempo no veía. Estuve, sin mentirte, llorando como tres días”, relata.

Como estas, son muchas las anécdotas que ha tejido de ese peregrinar en su bitácora como artesano. Tiene 37 años en el oficio. Pasó 25 años fuera de Colombia, recorriendo Suramérica, donde perfeccionó sus técnicas de alambrismo, orfebrería y tallados en metal.

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Recuerda que en la década de los 90 el oficio no era tan reconocido por los cucuteños. Así partió con su mente creadora a llevar las manifestaciones de la cultura colombiana a otros escenarios. En Uruguay, conoció a la que hoy es su esposa, también artesana pero esa nación.

Juntos emprendieron un largo viaje que terminó en Venezuela. La crisis del vecino país lo trajo de nuevo a casa. Hoy es uno de los 15 miembros de Corparfunor (Corporación Parque Fundadores), un grupo de artesanos que desde hace algunos años hace vida y exhibe sus diseños en este espacio abierto, junto al centro comercial Ventura Plaza.

Villamizar cree los tiempos han cambiado, para bien. Esa ciudad que dejó atrás hace dos décadas, ahora le brinda mayores oportunidades. Haber conocido varios países, le brindó la oportunidad de expandir su arte. Y definitivamente, no quiere irse.

“Yo siempre me he identificado mucho con la imagen del indio Motilón y cuando andaba por allá en Perú, Ecuador, Uruguay, siempre decía que yo era el Indio Motilón.  Así me llamaban”, comenta y sonríe.

Digitalizado

La gran trasformación que trajo la pandemia al gremio de artesanos fue la digitalización. Atrás quedó esa imagen de los trabajadores de manualidades sin tribuna. Hoy manejan redes sociales, internet, crearon sus propias marcas y se mueven en un mundo comercial de plataformas virtuales.

El salto vino de la mano de los programas ejecutados por la Alcaldía de Cúcuta, a través de la Secretaría del Desarrollo Social, Cultura y Turismo, en conjunto con el Banco del Progreso crearon unos acuerdos como estímulos, para premiar proyectos de emprendimiento artesanal.

Villamizar participó en uno llamado “retazos de Cúcuta”. Elaboró un bolso de cama en cuero, con material reciclado de las fábricas de calzado de la ciudad. En alambrismo, participó con uno que bautizó “Cayenas de Cúcuta”, un juego de accesorios en prendas para dama.

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De esas experiencias, nació su marca “Arte Sano”. Hoy incluye en sus saberes “el marketíng, el whatsapp Business. Hicimos nuestro Fanpage. Yo no tenía la mínima idea de eso. Nos tocó aprender de finanzas, de economía”, cuenta.

Nacido en la ciudadela Juan Atalaya, hijo de un ebanista colombiano, este hombre cree que el artesano nace y que la inspiración es la misma cultura. “El amor que tienes y cuando te inspiras, solo creas y creas. Así nacen todas estas obras que ves aquí”, insiste.

Fue poco reconocido

Adolfo Marín, secretario de  Corparfunor, tiene 25 años trabajando la artesanía. Es del barrio Lomas de Bolívar. También ha llevado sus diseños a países como Chile, Perú, Ecuador, Uruguay, Argentina, Bolivia.

Marín desarrolla varias técnicas como el alambrismo, tejidos, orfebrería, trabajos en cuero. A su juicio, el oficio del artesano, poco valorado por la sociedad en un pasado reciente. Tenían la imagen de que “uno era un vago, sin oficio, sin conocimiento”, relata.

Hoy en día percibe un crecimiento. Siente que hay mayor respaldo tanto de los entes gubernamentales como del mismo gremio. Así nació Corparfunor, una asociación legítimamente registrada que se hizo paralela a Asobohio, la pionera y que agremia a más de 150 artesanos que trabajan en sus propios talleres –para ventas al mayor o ambulantes– y comercializan su piezas mediante la venta directa. “Nosotros somos los artesanos de la calle”, aclara Adolfo Marín a modo diferencial.

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La pandemia nos cambió

Francisca Fernández, es la presidenta de Asobohio y representante de los artesanos ante el Consejo Municipal de Cultura. En casa, tiene su taller donde trabaja la arcilla y hace bisutería (en arcilla, sintético y alambre).

Es un oficio ancestral. Sus antepasados hacían canastos y trabajaban el barro en El Zulia. De allí nació su negocio familiar. Su esposo realiza en hilo, colgantes como “atrapasueños” y su hija está cargo de las ventas.

De acuerdo con el último censo, hay 250 artesanos en el municipio San José de Cúcuta, pero los más visibles son los que viven directamente de las ventas por los productos que elaboran. “Los otros producen, pero no salen a vender”, comenta.

Fernández también piensa que la pandemia “los cambió”, porque a ciencia cierta, una gran mayoría no sabía nada de redes sociales, ni de la digitalización. “Todo lo hacíamos presencial. A raíz del Covid, tuvimos que acudir a esos medios y hasta ponernos a estudiar para eso. Acostumbrarnos a los pagos virtuales, a la banca virtual, para poder sobrevivir”.

Día del san José, Día del Artesano

El Gobierno Nacional, a través de Artesanías de Colombia, institucionalizó en 1978 la celebración del Día Nacional del Artesano. Esta conmemoración se realiza el día 19 de marzo, en el marco de la celebración del día de San José.

En ocasión de esta fecha, la Alcaldía de Cúcuta, a través de las secretarías de Banco del Progreso y de Desarrollo Social, Cultura y Turismo, organizó el Festival de Artesanos San José, en la Plaza Fundadores.

El espacio reunirá, desde el 18 hasta el 20 de marzo, a 40 artesanos y manualistas. Una de las expositoras es Gloria Bernal. Esta artesana de tejidos tiene más de 15 años dedicada al oficio. En la actualidad, lo ejerce es un local arrendado en el centro de Cúcuta. Allí, además de tejer, dicta cursos.

Como la mayoría, aprovecha las ferias que se hacen en la ciudad para salir a vender sus confecciones. También como todos, considera que la gran necesidad en Cúcuta es “un espacio donde poner nuestros artículos porque todos estamos dispersos. No hay un punto donde un turista venga a buscar un artículo, o un 'souvenir' y lo encuentre”.

Los artesanos han adelantado diligencias para la creación de una especie de corredor turístico. Han sugerido espacios como la avenida Los Libertadores, en El Malecón. A la par, los de Corparfunor, creen que el lugar predilecto sería el que ocupan en la plaza.

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Banco del Progreso

Juan Diego Peña Canal, secretario de Banco del Progreso, dijo que en alianza con Artesanías de Colombia, han venido apoyando y respaldando la labor de los artesanos cucuteños. Esto llevó a que en 2021, hicieran un proceso de caracterización y capacitación técnica (para mejorar sus procesos) y capacitación empresarial (para que tengan mejores herramientas de comercialización).

“De igual forma hemos venido apoyando a los artesanos con espacios de comercialización. La feria de hoy es la quinta feria que hacemos especialmente para ellos en el último año”, comentó.

El gremio fue incorporado al programa “Cúcuta se Reactiva”, que benefició a 135 microempresarios de la ciudad, con maquinaria, insumos y asesoría técnica. “El 10% de los participantes fueron artesanos”, mencionó.

En lo próximo, la Secretaría del Banco del Progreso trabaja en la elaboración de un catálogo en el que los artesanos den a conocer sus productos y los compradores puedan acceder fácilmente a la compra.  

En el contexto de este escenario, los artesanos cucuteños conmemoran su día. Unos se mantienen. Otros aprenden. Unos se dispersan, otros se unen. No todos creen, pero todos crean y se visualizan en el lenguaje de las piedras, los cueros, los hilos, los cristales, de la arcilla, o trabajan la madera, como San José, su patrono.   

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