El ministro del Interior, Alfonso Prada, hizo un balance de su primer mes de gestión, en especial, de los diálogos regionales y sociales que hacen parte del Acuerdo Nacional y el proyecto de paz del gobierno de Gustavo Petro, al tiempo que se refirió a la situación del Catatumbo que visitó recientemente con el jefe de Estado.

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Prada expresó su preocupación por el crecimiento de los cultivos de coca en esa zona del país, frontera con Venezuela, donde hay más de 40.000 hectáreas sembradas y cuestionó la estigmatización que sufren los campesinos por cuenta de una actividad que les provee su sustento.

Señaló que, a diferencia del Cauca, donde el problema son las tierras, en el Catatumbo el fantasma al que se enfrentan las comunidades son los cultivos ilícitos, por lo que se debe buscar la manera de reformar la normatividad actual, con el fin de darle una salida jurídica al campesino y no llevarlo a la cárcel.

“El campesino que cultiva coca no es un delincuente ni un traficante de droga. Un campesino produce cuatro cosechas al año. Según los cálculos, producen entre 1 o 2 kilos y les pagan hasta $2,5 millones, es decir, es un ingreso bajo para un año", afirmó Prada.

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El ministro del Interior explicó que el procesamiento y la comercialización de la hoja de coca genera unos márgenes de ganancia que el campesino no se imagina y tampoco se queda en sus bolsillos, porque la economía de la zona también está controlada por los traficantes.

"Los campesinos quieren un cultivo diferente. Nos proponen una sustitución", dijo Prada en su intervención en el Congreso de Andesco.

Agregó que en los diálogos regionales se ha escuchado la opinión de los campesinos sobre qué cultivar y cómo hacerlo. "Queremos construir una estructura sólida de crédito popular que le permita al campesino acceder a la titularidad del crédito, a la asociatividad y ganar dinero", planteó.

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Durante su intervención en el Congreso de Andesco, el jefe de la cartera política reiteró la importancia del diálogo social vinculante para la construcción de la ‘Paz total’ que permitirá “construir salidas colectivas desde el diálogo, en la diferencia”.

Hace unas semanas, durante su visita al Catatumbo, el presidente Gustavo Petro anunció la realización, en esta zona del país, de la primera asamblea de campesinos cultivadores de hoja de coca.

“La primera asamblea de cocaleros y cocaleras con una intención: mostrarle a este gobierno los caminos, las políticas públicas, los senderos que nos permitan lograr que una familia campesina que hoy se dedique a la hoja de coca y a la pasta, pueda sustituir eso por una actividad que el  garantice más calidad de vida y la posibilidad de sacar adelante a sus hijos y nietos”, planteó.

El mandatario dijo que el camino que esa cumbre les muestre deberá servir para que, con la experiencia del Gobierno de por medio, se pueda empezar a construir la transición del Catatumbo y pasar de ser vistos en el mundo como los principales exportadores de cocaína, a una despensa agrícola.

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