Pese a estar ubicados en la misma orilla, la relación entre el partido Alianza Verde y el gobierno de Gustavo Petro ha sido, hasta el momento, de amores y odios, y todo parece indicar que lo seguirá siendo, al menos en lo que respecta al trámite de la agenda legislativa.
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La reforma política y en particular el artículo que propone implementar de manera obligatoria las listas cerradas para corporaciones públicas, a partir de 2026, es uno de los asuntos que mantiene viva la tensión entre un amplio sector de la colectividad y algunos integrantes del Pacto Histórico.
Ayer, el propio presidente de la República terció en la discusión y se refirió al debate que tiene enfrentada a la coalición oficialista: “Las listas abiertas sirven para hacer el clientelismo que ha llevado a la corrupción política. La lista cerrada puede crear verdaderos proyectos colectivos donde la sociedad influya con eficacia en el estado y sus leyes”, escribió Petro en su cuenta de Twitter.
Aunque la posición que defiende el jefe de Estado sigue generando discrepancias y el debate que se avecina en la segunda ronda del proyecto de acto legislativo promete ser intenso, los verdes, por ahora, no contemplan su salida de la coalición.
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Al menos así lo advirtió el senador Ariel Ávila, uno de los congresistas que ha tenido desacuerdos con la administración, y quien aseguró que el partido no ha contemplado dejar de apoyar al Gobierno.
“No hay una gran crisis, la reforma política es tan solo un pedazo, pero hay otras siete reformas en donde la coalición de Gobierno tiene que funcionar, como la reforma pensional, laboral, el sistema de seguridad, la segunda vuelta de la jurisdicción agraria y ahí el partido Verde es fundamental”, manifestó el legislador.
No obstante, consideró que lo que está ocurriendo tendrá que resolverse en una reunión, pues recordó también que de por medio hay compromisos que quedaron pactados desde el arranque del nuevo periodo legislativo, como las Presidencias de Senado y Cámara.
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“Seguramente el segundo año de Presidencia del Senado seguirá siendo para el verde y el tercer año en Cámara seguirá siendo la presidencia verde”, señaló.
No es la primera vez que hay tensión
Las diferencias que se han ido acrecentando entre algunos verdes y el presidente Gustavo Petro no son nuevas y desde la misma campaña a la Presidencia de la República las fuerzas al interior de la colectividad estuvieron muy divididas en torno a apoyar o no su proyecto político.
Presidente, bienvenida la discusión de la listas cerradas, en teoría son una maravilla, pero en la práctica es la dictadura del bolígrafo.
— Katherine Miranda (@MirandaBogota) January 12, 2023
Lo que no aceptamos es esto, que se vote la reelección automática del actual congreso, eso es vergonzoso. pic.twitter.com/3MGYIyZm6W
Recién arrancó el Gobierno, representantes del partido le reclamaron duramente al mandatario y a su ministro del Interior la lentitud en el trámite de la agenda legislativa, la falta de una vocería clara en el Congreso y de un acompañamiento riguroso a los proyectos liderados por el Ejecutivo.
El otro tema que enfrentó a la Alianza Verde fue la reforma al Código Electoral respaldada por el Gobierno, pero que terminó en problemas por su contenido y el mensaje de urgencia con el que intentaron, desde el Ejecutivo, acelerar su aprobación.
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En diciembre pasado, las cosas entre este partido y el presidente no terminaron bien, pues además de los desencuentros que se empezaron a hacer evidentes por cuenta de la reforma política, una reunión que se había programado entre Petro y algunos integrantes del partido para hablar, entre otros temas, de las diferencias que mantienen, fue cancelada.
“Es desconcertante que en el gobierno del cambio se vea la crítica como algo que se debe cancelar y silenciar. Nunca imaginé que actuaríamos como los uribistas: ‘o estás conmigo o estás contra mí’”, fue una de las críticas que le hicieron en ese momento a Petro por parte de la representante Katherine Miranda.
La congresista le pidió entonces al gobierno Petro que escuche las inquietudes que tienen desde la colectividad sobre temas que, según ellos, atentan contra la democracia.
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