Claudia López, senadora por la Alianza Verde, tiene claro lo que hace falta en el país para que la paz que se está negociando en La Habana con las Farc, y la que se pueda lograr con el Eln, sea una realidad en las regiones.
“Lo que ha reproducido el conflicto y ha hecho que los 9 procesos de paz que se han adelantado en el país en el pasado, no hayan funcionado, es que el Estado no ha sido capaz de quedarse en las regiones después de que los grupos armados han desaparecido”.
Al recordar que Colombia ya ha estado en escenarios de posconflicto en el pasado, precisó este es el décimo proceso de paz en el que se embarca, solo que, a diferencia de los anteriores, en este serán los colombianos los que decidirán si lo acordado entre las partes se vuelve realidad o no.
“El último proceso de negociación que vivimos, el que se adelantó con los paramilitares, ha sido el peor de todos. La mitad de los ‘paras’ no se desmovilizó y todos ellos, que eran uribistas de corazón, terminaron chantajeando al presidente (Álvaro Uribe) y extraditados”, señaló.
López, que estuvo en Cúcuta presentando su último libro ‘¡Adiós a las Farc! ¿Y ahora qué?’, también sostuvo que, uno de los mayores desafíos hacia el futuro para el país, es combatir la corrupción, ‘el impuesto más caro que pagamos los colombianos’.
“La corrupción nos roba al año 24 billones de pesos, que son 3 puntos del PIB. La corrupción no es otra cosa más que recaudar de los bolsillos de todos para que se quede en los bolsillos de algunos”, enfatizó.
Frente a lo que se puede venir en materia de seguridad para el país, una vez se firme un acuerdo de paz con las Farc, la senadora de la Alianza Verde dijo que el presupuesto militar, en un escenario de posacuerdo, debería mantenerse.
“En los próximos 10 años, el presupuesto de defensa debe mantenerse en 3 por ciento del PIB, que son más o menos unos 24 billones de pesos al año. Ahora, lo que debe haber es una recomposición de gastos, es decir, ya no vamos a necesitar batallones con 70.000 soldados de contraguerrilla, sino más policía rural y comandos conjuntos de las diferentes fuerzas para custodiar los ríos, los mares, las zonas de frontera que están bastante desprotegidas; también vamos a necesitar mucha más policía para la seguridad ciudadana urbana que combata el microtráfico y, sobretodo, más inteligencia para enfrentar el crimen organizado”, propuso.
Ante el temor generalizado, auspiciado y propagado por el desconocimiento que tiene la mayoría de la población sobre lo que se está negociando con las Farc en La Habana y que apunta a que gran parte del dinero que se va a destinar para el posconflicto se quedaría en manos de esta guerrilla, Claudia López fue tajante en afirmar que esto no será así y que, de hecho, en las Farc se invertiría el rubro más pequeño.
“La gente tiene la impresión de que todo el dinero que se va a invertir en el posconflicto, que según nuestros cálculos en el libro serían 333 billones de pesos en los próximos 15 años, está destinado a las Farc, y no es así. De ese total, de ese 100 por ciento, solo el 3 por ciento es lo que nos cuesta desmovilizar a todas las Farc y cumplirles con que no los maten, que tengan oportunidades de educación, de reingreso a la vida civil”, sostuvo López.
Subrayó que de ese mismo 3 por ciento saldría el dinero necesario para cumplirle al Eln si este decide dejar las armas.
Atender los requerimientos que surjan de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, valdría el 11 por ciento del dinero del posconflicto. Es decir, cumplirles a las víctimas cuesta casi 4 veces más que cumplirles a los victimarios. El resto de la plata, el 86 por ciento, es para atender las necesidades de los colombianos, que no necesariamente son víctimas ni mucho menos victimarios.
“Con esa plata es que se puede llegar a todas las regiones que hoy están abandonadas, como el Catatumbo, Arauca, Guaviare, entre otras. Estas son las verdaderas cifras de la paz territorial, que creo que es un buen negocio para todos, porque invertir el 3 por ciento de ese gran total para que no haya más Farc ni Eln, es una cantidad muy pequeña para los beneficios que eso puede traer para el país”, enfatizó López.
La senadora también se refirió a la forma en que estos acuerdos serían avalados por los colombianos en las urnas y la posibilidad de que el ‘no’ se imponga como mayoría.
“La mejor manera de blindar los acuerdos es que vayamos a las urnas, es que tomemos la decisión política como ciudadanos de si vamos a aceptar hacer esta paz o no. Y si en las urnas, llegase a ganar el ‘no’ a la refrendación de los acuerdos, pues seguimos en guerra; ese es el costo de la democracia, no poder imponerle a la mayoría de sus ciudadanos una decisión que no están dispuestos a cumplir”, subrayó.
‘Que entreguen las armas y la coca’
Para Claudia López, el Gobierno se ha demorado en entender que en Norte de Santander hay que invertir, en que el Catatumbo no puede ser más una región en la que el Estado no haga presencia, porque esa ausencia siempre será llenada por un grupo armado.
“El Gobierno tiene que, no solo desmovilizar a las Farc y el Eln, sino meterse la mano al bolsillo e invertir, evitando que los políticos se roben la plata”, dijo.
Sobre qué hacer con los demás grupos armados que hacen presencia en el departamento, la senadora indicó que con las guerrillas, que se originaron a partir de un conflicto armado que es de carácter político, hay que adelantar un proceso de desmovilización. “Pero con los demás grupos que delinquen en la región, no”.
López sostuvo que a las bandas criminales (bacrim) y ‘eso que se hace llamar Epl, pero que en realidad es una bacrim’, el Estado tiene que someterlos a la justicia.
“A estos grupos no se les puede dar el mismo estatus político que se les dio a los paramilitares, porque eso sería desconocer que logramos desmovilizar a las Auc, con todo lo que ello implicó, como la parapolítica. No podemos volver a disfrazar a los narcotraficantes de políticos”, enfatizó.
Finalmente, frente al tema de los cultivos de coca en Norte de Santander, que casi se han duplicado en los últimos 3 años, la senadora agregó que una de las cosas sensatas que se ha hecho en este proceso de paz con las Farc ha sido que el tema del narcotráfico se ha puesto sobre la mesa, algo que no sucedió cuando se negoció con los paramilitares.
“A Jorge Iván Laverde Zapata, ‘El Iguano’, nunca se le pidió que hiciera un proceso de erradicación de la coca en el Catatumbo. Simplemente se le desmovilizó como si fuera un líder político sin preguntarle por el narcotráfico. Ese error, por fortuna, no se está cometiendo con las Farc”, señaló.
López, que en repetidas ocasiones manifestó que es una defensora del proceso de paz que se adelanta con las Farc en La Habana, resumió esta apuesta del Gobierno de Juan Manuel Santos, en una frase: Este proceso de paz con las Farc, en concreto, consiste en que ellos nos entreguen las armas y la coca, porque si no nos entregan la coca, alguien más va a venir a seguirla explotando. A cambio de eso, nosotros les respetamos la vida y las dejamos hacer política. Eso es todo. Ese es un buen pacto de paz, es sensato y nos conviene a los colombianos.