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Política
Aumenta el riesgo electoral en Norte de Santander
En esta oportunidad, el fraude se ubica como la amenaza latente para la transparencia de la contienda.
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Lucy Araque
Lucy Araque
Sábado, 12 de Septiembre de 2015

Para las elecciones que se avecinan, y a diferencia de las de hace cuatro años, la violencia no es el principal factor de riesgo para el desarrollo de la campaña y la jornada electoral.

Norte de Santander es uno de los departamentos en los que la confluencia de diversos factores, principalmente el conflicto armado, hacen difícil el normal desarrollo de los procesos electorales.

Es por esto que en cada jornada democrática, la región engrosa las listas de departamentos en los que las autoridades militares, de Policía y electorales deben poner una especial atención para garantizar que los ciudadanos puedan ejercer libremente su derecho al voto.

En esta oportunidad, cuando se avecina una nueva contienda para elegir gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, no es la excepción y, por el contrario, la situación parece tornarse más compleja, en contraste con los comicios de 2011, especialmente en lo que al riesgo por fraude se refiere.

La semana pasada, la Defensoría del Pueblo, a través del Sistema de Alertas Tempranas, fue la primera en prender las alarmas frente al panorama al que se enfrenta Norte de Santander, por cuenta del accionar de los grupos armados ilegales.

De acuerdo con el informe de la entidad, siete municipios del departamento se encuentran en un alto riesgo de que el desarrollo de la campaña electoral y la elección misma se puedan ver empañados por las amenazas y los hechos de violencia en contra de los actores políticos que participan del proceso.

Cúcuta, El Carmen, El Zulia, Hacarí, Tibú, Ocaña y Pamplona son las poblaciones que, según la Defensoría, han reportado a la fecha “eventos de violencia”, como amenazas a candidatos, retenciones ilegales de aspirantes, funcionarios públicos y otra población civil, hostigamiento contra sedes de campaña y falta de garantías para la inscripción de candidaturas.

Lo que llama la atención es que en su reporte, la entidad advierte que a diferencia de lo acontecido en 2007 y 2011, cuando la variable de riesgo de más alto impacto estaba relacionada con los atentados y ataques armados, así como los actos de perturbación democrática, en el actual proceso electoral los factores de riesgo con mayor incidencia son las amenazas, el constreñimiento al sufragante y las restricciones a la movilidad.

Es quizá por esta razón que, en contraste con los pasados comicios, la cifra total de municipios en riesgo (reportados por distintas entidades) ha aumentado considerablemente. De 18 sobre los que se alertó en 2011, en esta ocasión las localidades en la mira son 30.

El mapa de riesgo de la MOE

Al igual que la Defensoría, la Misión de Observación Electoral (MOE) que le hace un riguroso seguimiento al desarrollo del proceso electoral en el país, también alertó sobre el panorama al que se enfrenta Norte de Santander para estos comicios y la amenaza que representa para la transparencia de los comicios el fraude, principalmente.

Si bien el proceso de paz que se adelanta en La Habana (Cuba) con las Farc y el cese de hostilidades que decretó ese grupo guerrillero ha permitido reducir los factores de riesgo por violencia en zonas convulsionadas como el Catatumbo, el fantasma del fraude se expandió en la región, al punto de que hoy son 20 los municipios en la mira por hechos de este tipo.

Según el mapa de riesgo elaborado por la MOE, este factor de riesgo se mide a partir del comportamiento atípico de votos nulos, los tarjetones no marcados, el dominio electoral y las variaciones en la participación de los votantes en cada municipio.

La lista de poblaciones que se encuentran en la mira por esta clase de amenazas la encabeza Herrán, que fue protagonista durante el pasado proceso de inscripción de cédulas por el alto número de personas que se registró para participar en las elecciones que se avecinan. De 131 inscritos en 2011, pasó a 330 para esta nueva jornada electoral.

Entre tanto, el número de municipios en los que en esta oportunidad la violencia intenta alterar el normal desarrollo de la campaña, llega a 18. Tibú, Cúcuta, El Tarra, Hacarí, Ocaña, Sardinata, San Calixto, Teorama, registran un riesgo extremo.

Para la MOE, los principales hechos que ponen en alerta a este grupo de municipios son las recurrentes violaciones a la libertad de prensa, los riesgos por desplazamiento forzoso, la violencia política contra elegidos y candidatos, la presencia y acciones unilaterales por parte de grupos posdesmovilización paramilitar (neoparamilitares-bacrim-crimen organizado), así como de las Farc y el Eln.

Este conjunto de circunstancias y riesgos (violencia y fraude), coinciden en nueve municipios del departamento: Cúcuta, Tibú, El Tarra, Hacarí, San Calixto, Convención, El Zulia, La Playa y Pamplona.

Ante este panorama, el coordinador de la Misión de Observación Electoral en Norte de Santander, Jairo Oviedo, llamó la atención sobre la necesidad que existe en este conjunto de municipios de hacer esfuerzos institucionales para detectar de manera temprana los posibles fraudes.

“Aunque leve, es la primera vez que Norte de Santander aparece en el informe de la MOE con más municipios en riesgo por fraude que por riegos de la injerencia política o armada de actores ilegales en la jornada electoral”, advirtió Oviedo.

Para tener en cuenta

-La Defensoría del Pueblo ha reportado seis ‘eventos’ de violencia en cinco municipios de Norte de Santander.

-La candidata a la Gobernación por la Unión Patriótica, Judith Maldonado, ha denunciado amenazas, así como señalamientos y hostigamientos a sus sedes de campaña en Cúcuta, Ocaña, El Zulia y Pamplona.

-El Consejo Nacional Electoral ha recibido 44 denuncias por posible trashumancia electoral en 18 municipios del departamento.

-En Tibú denunciaron falta de garantías para inscribir candidatos.

-El viernes, el candidato a la Alcaldía de Ocaña por el Partido Liberal, Jesús Eduardo Gandur, fue víctima de un atentado contra su vida en Cúcuta, del cual logró salir ileso.

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