El fríjol rosado variedad Zaragoza, legumbre nativa de la provincia de Ocaña se sirve a manteles en los hogares de la costa Caribe colombiana gracias a su poder nutritivo.
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El vegetal rico en proteínas, fibra y minerales ha conquistado los paladares de los costeños y se cultiva en una vereda de escasas treinta familias llamada Alto de San Jacinto, jurisdicción del corregimiento de Las Chircas, comprensión rural del municipio de Ocaña.
Los labriegos durante muchos años han mejorado los sistemas de riego y perfeccionado las técnicas de los cultivos para ofrecer un producto de calidad a los compradores del litoral atlántico.
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Desde el sitio de la siembra hasta el destino final el grano recorre más de 700 kilómetros para oficiar de sustento diario en los platos típicos de la región.
En esas alianzas estratégicas de comercialización, la Asociación de Productores Agropecuarios Pioneros de Prosperidad (Aspijac), presentó en el año 2019 la iniciativa encaminada a la construcción de un centro de acopio, adquisición de una máquina para clasificar el cereal y la dotación de equipos de cómputos para mejorar las condiciones de vida de los agricultores de la región.
En efecto, la Agencia de Desarrollo Rural en coordinación con la Asociación de Municipios de la Provincia de Ocaña, zona del Catatumbo y sur del Cesar, ejecutaron el proyecto por un valor de $289 millones para facilitar el proceso y se trabaja en la adecuación de una empacadora.
El representante legal de la Asociación, Francisco Sánchez Martínez indica que es un gran avance ya que inicialmente se apaleaba la vaina, se usaban ventiladores y esos mecanismos deterioraban parte del producto. “Ahora se hace más tecnificado y el producto sale limpio sin tener que aporrearlo con garrotes”.
Los cultivadores recibieron el centro de acopio, la desgranadora, más de mil sacos, sillas, estivas, botiquines, un computador y una impresora.
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“Las bodegas adecuadas para almacenar el fríjol, la capacitación sobre los sistemas de riego, los cultivos y cuidados para las personas de las veredas Alto de Jacinto, Las Chircas, La Onda y Piedecuesta”, agregó.
De esa manera, fortalecen la venta en ciudades como Barranquilla, Cartagena y Santa Marta en donde suscriben convenios con las comercializadoras.
“Ahora está a buen precio la carga, ya que alcanza hasta los 800 mil pesos y contamos con el reconocimiento a nivel nacional. La idea es abrir nuevos mercados”, mencionó.
El profesional de apoyo agropecuario de la Asociación de Municipios, zootecnista Juan Miguel Castro Angarita asegura que esto será una gran ayuda para las familias a fin de superar la crisis económica. “El objetivo es mejorar los procesos de comercialización con aliados del orden nacional. Se cuenta con 30 hectáreas donde se producen 40 toneladas al año”.
Con esos avances se logra mejorar la calidad, el empacado y las condiciones sanitarias para obtener el permiso de Invima en la comercialización de los granos secos. Además, la denominación de marca.
El director de la Unidad Técnica Territorial de la Agencia de Desarrollo Rural para los dos Santanderes, Huber Darío Sánchez Ortega indicó que se hace el acompañamiento para mejorar los procesos productivos en la provincia de Ocaña.
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Por su parte, el director de la oficina de Desarrollo Rural, zootecnista José Luis Amaya Pérez, manifestó que se avanza en el fortalecimiento del ciclo productivo y que el Fondo Nacional de Cereales suscribió un convenio para facilitar la asesoría de un ingeniero agrónomo y masificar la producción en la región.
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