El área de apoyo para la población en desventaja de la Secretaría de Desarrollo Humano y Salud coordina con las distintas entidades la caracterización de los habitantes en condición de calle, en Ocaña.
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La directora de la oficina, Jazmín Beatriz Ibáñez Lozano, con el acompañamiento de la Policía Nacional llega hasta los puentes para conocer las historias de las personas que pernoctan en esas estructuras a quienes se les brindan los servicios para su resocialización.
El Plan Nacional de Atención Integral a los habitantes de la calle obliga a los entes territoriales a instalar baterías sanitarias en puntos estratégicos para que los indigentes hagan sus necesidades fisiológicas.
La profesional universitaria socializa la política pública nacional en esta localidad para mejorar las condiciones de vida de esas personas que se han alejado de los núcleos familiares.
“Una población en aumento, año tras año, requiere la garantía de los derechos con la atención sicosocial, especialmente en materia de salud, alimentación y servicios básicos”, agregó la funcionaria.
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En lo corrido del año se han censado 40 personas en situación de calle, a quienes les han brindado el apoyo para la atención de sus necesidades básicas insatisfechas.
La ruta de atención
Desde tempranas horas de la mañana los funcionarios recorren las rutas de atención y brigadas en los puntos neurálgicos de Ocaña.
La caracterización sirve para ubicar la red familiar y llevar a los centros asistenciales aquellos con quebrantos de salud.
De acuerdo con el diagnóstico, el 90% de los habitantes de calle han consumido estupefacientes, factor que incide en el rompimiento del vínculo familiar.
“Se hace el traslado a la unidad mental y conjuntamente con el hospital ubicamos red familiar para el retorno”, explicó la funcionaria.
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Con la más reciente caracterización se determinó que la mayoría de estas personas son migrantes venezolanos, otros llegados del sur del Cesar, del litoral Pacífico, el Eje Cafetero y de Antioquia. “De los 40 habitantes de la calle, únicamente dos son de Ocaña. A muchos se les ofrece el pasaje para el retorno a sus tierras de origen y algunos rechazan el ofrecimiento”, afirmó Ibáñez Lozano.
El drama de las embarazadas
Todos los años se presentan casos de mujeres en condición de calle que salen embarazadas y se requiere un tratamiento especial.
Oriana Esmeralda Escalante García, es una joven de 24 años de edad, oriunda del Estado Táchira de Venezuela, que vive debajo del puente de Las Llanadas.
Tiene un niño de 7 años en el vecino país, adicta a las drogas y ahora está embarazada. Con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se adelanta la búsqueda de los seres queridos para coordinar el retorno a casa y garantizar todos los derechos al niño.
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El año pasado ocurrió un caso similar. Una Fundación de protección a la mujer ofreció todas las atenciones y contactaron la red familiar.
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