En plena cosecha del mes de marzo, los cultivadores de cebolla de la provincia de Ocaña observan con impotencia la manera como el producto peruano inunda los mercados debido a los tratados de libre comercio.
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Los campesinos reportan grandes pérdidas económicas y reclaman al gobierno nacional salvaguardar el bulbo con una política proteccionista para resarcir las pérdidas.
El presidente de la Asociación de Productores de la vereda Mesa Llana de San Calixto, Said Sánchez Rodríguez, manifestó que la alternativa es la denominación de origen con una marca registrada y así evitar la competencia. “El descalabro económico es bastante grande pues el precio de la carga oscila entre los 150 a 170 mil pesos y prácticamente estamos trabajando a pérdidas”, recalcó.
Señaló que las tractomulas cargadas con el producto atraviesan casi todo el territorio nacional, llegan a la región donde se empaca y distribuye en los mercados del Caribe como Sincelejo, Barranquilla, Cartagena y Santa Marta como si fuera ocañera.
Las amas de casa a la hora de preparar los alimentos no se detienen a verificar si esa información es cierta y proceden a comprarlo, factor que sería diferente a la hora de gozar con una marca registrada, agrega el campesino.
“En reiteradas ocasiones se ha solicitado al ministerio de Agricultura, implementar una salvaguarda durante la cosecha para evitar la competencia, pero nunca la Policía Fiscal Aduanera decomisa el producto”, agregó.
Además, los cultivadores incas reciben subsidios lo que abarata los costos y es difícil competir con esos precios.