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Los serios problemas que puede causar el pie equinovaro, si no se le trata
En Norte de Santander, el tratamiento conocido como Ponseti solo se brinda en la Clínica Medical Duarte, habilitada por la Ponseti International Association.
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Miércoles, 23 de Junio de 2021

El pie equinovaro es la deformidad congénita más común de los pies, la cual se detecta al momento del nacimiento, cuando se observa que una o las dos extremidades inferiores del recién nacido presentan una forma o posición torcida. 

No existe total claridad médica o científica sobre las causas de esta enfermedad, que puede ser leve o grave. Aproximadamente, la mitad de los niños con la patología la padece en ambos pies. El pie equinovaro provoca dificultades para caminar normalmente.

El diagnóstico se da después del nacimiento: el especialista identifica la patología, después de la valoración visual, indicó el ortopedista Infantil Luis Carlos Becerra, quien lidera este servicio en la Clínica Medical Duarte, en Cúcuta.

Este es el único centro médico habilitado en Norte de Santander por la Ponseti International Association para implementar el método Ponseti en niños que sufren de pie equinovaro. El tratamiento se viene dando desde 2018.

“En algunos casos, esta patología también puede ser detectada durante la gestación mediante una ecografía”, señaló Becerra. 

Destacó la importancia de que el tratamiento comience en el primer mes de vida, con el fin aprovechar la elasticidad de los tejidos que forman los ligamentos, tendones y capsulas articulares. Sin embargo, agregó que el método también es eficaz en niños mayores, e inclusive, en adultos, por lo que se puede iniciar a cualquier edad. 

El médico especialista sostuvo que el objetivo del método Ponseti en el infante es mejorar la apariencia del pie y su funcionamiento antes de que aprenda a caminar y así prevenir discapacidades a largo plazo.

Los médicos pueden corregir con éxito el pie equinovaro sin cirugía, aunque a veces los niños necesitan una cirugía de seguimiento más adelante, conocida como tenotomía del tendón de Aquiles, esta intervención quirúrgica se realiza bajo anestesia local”, agregó.

 

No existe total claridad médica o científica sobre las causas del pie equinovaro, que puede ser leve o grave. / Gráfico La Opinión

 

Cuidados tras el tratamiento

Una vez realizado el tratamiento y realineada la forma del pie del bebé, se deben mantener unos cuidados especiales que se complementan en casa, con el apoyo de los padres:

  • Ejercicios de elongación con el bebé.
  • Uso de férulas ortopédicas.
  • Dispositivos de inmovilización el tiempo que sea necesario.

Esta técnica que se practica en la Medical Duarte permite que los niños crezcan sin discapacidad y lleven una vida normal, por eso, según la institución, las familias son parte fundamental del éxito del tratamiento, porque su compromiso con el uso de la Férula es primordial para obtener excelentes resultados, de lo contrario el tratamiento debe volver a comenzar.

 

De acuerdo con Mayo Clinic, los niños tienen el doble de probabilidades de tener esta enfermedad que las niñas. La organización recuerda los factores de riesgo.

Factores de riesgo 

  • Antecedentes familiares: si alguno de los padres o sus otros hijos han tenido pie equinovaro, es más probable que el bebé también lo tenga.
  • Enfermedades congénitas: en algunos casos, puede estar asociado con otras anomalías del esqueleto que están presentes al nacer (congénitas), como la espina bífida, un defecto congénito que ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal no se desarrollan o no se cierran adecuadamente.
  • El entorno: fumar durante el embarazo puede aumentar significativamente el riesgo de que el bebé tenga pie equino.
  • Líquido amniótico insuficiente durante el embarazo: si el líquido que rodea al bebé en el útero es demasiado poco, el riesgo de pie equinovaro puede ser mayor.

Si no se le da tratamiento al pie equinovaro, pueden surgir problemas graves como los siguientes:

  • Artritis.
  • Baja autoestima.
  • Incapacidad para caminar con normalidad. 
  • Problemas por los ajustes para caminar, como impedir el crecimiento natural de los músculos de la pantorrilla, producir llagas o callosidades en el pie y causar un andar extraño.

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