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Lunes, 17 de Febrero de 2014
~VenezuelaUn exministro colombiano y un dirigente empresarial ponen en duda la sostenibilidad, a corto plazo, de la Revolución Bolivariana en el vecino país.~
A menos de un mes para que se cumpla el primer aniversario de la muerte del expresidente Hugo Chávez, el panorama social y económico de su país no es el mejor: desabastecimiento, escasez de divisas, hiperinflación, entre otros males, han generado que una de las naciones más fuertes y ricas de América del Sur esté ad portas de una ‘explosión’ generada por una mala práctica del ‘Socialismo del siglo XXI’, en el que el gasto público del Gobierno se salió de control.

El socialismo que promulgaba el expresidente Chávez y el actual mandatario Nicolás Maduro se sustenta en el desarrollo democrático regional, la economía de equivalencias y la democracia participativa y protagónica.

Además, considera de vital importancia la igualdad asimétrica para las clases sociales y una sobreexplotación de los recursos naturales. Este último es uno de los elementos claves para poder entender el origen de la crisis de los venezolanos.

Durante siete décadas, Venezuela fue de las economías más estables de todo el continente, producto de la explotación petrolera a gran escala que inició en los años 20 y que le permitió contar con una moneda sólida y un desarrollo garantizado por 40 ó 50 años.

Sin embargo, “esa dependencia del petróleo, que le permitió crecer, hoy en día le pasa factura, en especial desde que Chávez asumió el poder ya que no se logró tener un equilibrio entre los ingresos y los gastos”, explica Guillermo Perry, exministro de Hacienda.

Para este año, el Gobierno aprobó un presupuesto de US $87.561 millones ($551.632 millones de bolívares) al tipo de cambio de 6,3 bolívares por dólar, lo que supone un incremento de 39% con respecto al de 2013 y de donde se gasta aproximadamente entre 45% y 48% para subsidiar a diferentes sectores económicos.

Principio de la crisis

En 1999, cuando Chávez asumió la Presidencia, las condiciones económicas no eran las mejores, el crecimiento medido por el Producto Interno Bruto (PIB) había sido de 0,3% en 1998 y cerraría en -6% durante su primer año de mandato.

Lo anterior generado por la volatilidad en los precios de las materias primas que llevaron al barril de crudo, principal fuente de ingresos de Venezuela, a un precio promedio de US $19.

Más adelante, en 2003, la situación fue aún más grave llegando a tener un PIB de -7,8%, producto de menores precios en la cotización del petróleo, cuándo se alcanzó a pagar US $8 por barril.

Crecimiento

Sin embargo, en 2004 se presentó un incremento en su crecimiento de 18%, convirtiéndose en el de mayor aumento en la región e impulsando la actividad económica en todos los sectores, de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su informe de ese año.

Ese caudal de ingresos permitió que el modelo de socialismo de Venezuela se pudiera llevar a cabo imponiendo una política de reparto de renta muy agresiva y enfocada en el asistencialismo, generando que el índice de pobreza del país pasara de 70% a 23% entre 1996 y 2009; aumentó el PIB per cápita, al igual que los índices habitacionales y otros indicadores sociales.

Actualmente, el PIB per cápita anual de los venezolanos asciende a US $11.613,29, mientras que el colombiano llega a US$9.124,59, aunque si se mira desde el punto de vista del poder adquisitivo, los resultados serían distintos dando ventaja a los colombianos.

Expansión del gasto público

“El boom generado por los ingresos que tuvieron nuestros vecinos, producto de la venta de petróleo, no fue aprovechado y se desperdició completamente expandiendo el gasto público de una manera insostenible”, añade Perry.

Además de invertir gran parte de los recursos de la Nación en gasto público, el expresidente de izquierda incrementó la participación y control del Estado en la economía, nacionalizó empresas neurálgicas, centralizó el manejo de la hacienda pública, ancló los precios de alimentos y medicinas y fijó el tipo de cambio. Esto desencadenó una hiperinflación, caída de la inversión extranjera, desempleo y desabastecimiento, entre otras cosas.

Para Víctor Maldonado, presidente de la Cámara de Comercio de Caracas, todos los problemas ya mencionados apuntan a que el modelo económico fracasó.

“En la actualidad lo único que hacen las medidas del Gobierno es generar confusión y por eso el modelo de socialismo agota sus energías porque la población ya no tolera más problemas e injusticias”, señala.

Gobierno de Maduro

Nicolás Maduro, actual presidente, se encuentra en este momento en el ojo del huracán. Diferentes manifestaciones llevadas a cabo por miembros de la oposición y estudiantes, en contra de lo que consideran abusos en materia social y económica, dejaron como saldo desórdenes en varias ciudades del país.

Las medidas impuestas por el presidente como, por ejemplo, una modificación en el control cambiario para crear un nuevo sistema de bandas que determine el precio del dólar, generó numerosas críticas por representar una nueva devaluación de la moneda y más problemas para las empresas privadas.

“El modelo económico no permite más equivocaciones y todo lo que ha hecho Maduro ha ocasionado más pobreza, inflación y desabastecimiento, por lo que resulta indispensable hacer un alto y modificar varias cosas”, indica Jorge Roig, presidente de Fedecámaras.

Los sectores que están en jaque

Los últimos hechos también dejaron al sector automotriz en jaque, específicamente a la empresa japonesa Toyota, que paró sus actividades a partir del 13 de febrero, por culpa de la falta de piezas para poder trabajar.

Además, según datos mensuales de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez), en enero de 2014 se vendieron 722 vehículos frente a los 5.542 comercializados en enero del año anterior, lo cual representa una disminución de 82% en las ventas.

La situación para las aerolíneas tampoco ha sido la mejor, pues el Gobierno devaluó su moneda estipulando que los bolívares que se recauden con la venta de pasajes se cambiarán a 11 unidades por dólar, comparado con la tasa oficial de 6,30 bolívares.

Eso significa que las aerolíneas tienen que subir considerablemente las tarifas en moneda local para obtener la misma cantidad en dólares.

Las últimas críticas al Gobierno se dieron porque, a la hora de elegir entre su propia gente y Wall Street, los socialistas han optado por lo segundo, al menos en lo que se refiere al pago de la deuda. Las acreencias que tiene con los tenedores de bonos las paga de manera cumplida, sin embargo, el Gobierno les debe unos US$50.000 millones a empresas privadas que proveen servicios a la economía.

“Esto es la contradicción más grande del socialismo, en lugar de apoyar a los ciudadanos de su país, prefiere no tener problemas con la comunidad internacional”, concluye Roig.

Hay escasez de divisas y remesas

Con la suspensión de la subasta del Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), puja que no se ha vuelto a realizar, el panorama para los empresarios que quieren acceder a la moneda estadounidense es negro.

La escasez de divisas ha generado que los empresarios recurran al mercado paralelo, en donde el dólar es superior en 12 veces al oficial y se sitúa en 75,6 bolívares.

Además, previendo lo que podría ser una eventual crisis, los gobiernos de Caracas y Bogotá acordaron que las remesas enviadas desde Venezuela se harán en pesos y no en dólares para evitar asimetrías cambiarias.
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