Sábado, 15 de Noviembre de 2014
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El asesinato de dos indígenas del Cauca, la semana pasada, y el
secuestro de dos soldados en la zona rural de Tame (Arauca), a manos de
las Farc, volvieron a poner en el centro del debate la seriedad con que
este grupo guerrillero está tomando el proceso de paz que adelanta con
el Gobierno y su verdadera voluntad de ponerle fin a más de medio siglo
de conflicto.~

El asesinato de dos indígenas del Cauca, la semana pasada, y el secuestro de dos soldados en la zona rural de Tame (Arauca), a manos de las Farc, volvieron a poner en el centro del debate la seriedad con que este grupo guerrillero está tomando el proceso de paz que adelanta con el Gobierno y su verdadera voluntad de ponerle fin a más de medio siglo de conflicto.
Los dos hechos, que generaron el repudio de los diferentes sectores, incluidos aquellos que respaldan las conversaciones, motivaron a muchos a pedirle al Ejecutivo evaluar el rumbo de los diálogos, toda vez que de tiempo atrás las Farc se habían comprometido a renunciar a la práctica del secuestro.
Para el Partido Conservador, este tipo de actos no responden al necesario respeto por el Derecho Internacional Humanitario y, en cambio, el incremento de las acciones contra la población civil y miembros de la Fuerza Pública, ponen en duda los avances del proceso de paz.
“Hoy más que nunca el Gobierno Nacional debe replantear el marco de la negociación, exigiendo condiciones y respeto al Derecho Internacional Humanitario, para continuar con el proceso de paz que se adelanta en La Habana”, manifestó el presidente de la colectividad, David Barguil.
A esta voz de protesta se unió la del presidente del Senado, José David Name, quien exigió la liberación inmediata de los uniformados y pidió mayor contundencia por parte del Gobierno en la mesa de conversaciones.
“Sostengo y repito que las Farc no pueden seguir con una doble moral frente a la paz, porque es inaceptable que hablen de reconciliación mientras matan y secuestran (…) de lo contrario, hay que evaluar si vale la pena mantener un proceso de paz bajo estas circunstancias”, advirtió el congresista del Partido de la U.
El expresidente y senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, uno de los más duros críticos de los diálogos, también cuestionó que se esté hablando sobre la incorporación a la justicia transicional de los delitos conexos con los delitos políticos, cuando en el país se registran este tipo de acciones.
“Hay soldados secuestrados y el Gobierno buscando acomodar el delito político a las atrocidades de los terroristas para darles impunidad”, dijo Uribe, quien además pidió que los generales que están en Cuba sean retirados del diálogo con la insurgencia.
El presidente del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, se sumó a las críticas del exmandatario y calificó como ‘inconcebible’ este acto de las Farc. Además, cuestionó que el presidente Juan Manuel Santos tarde en pronunciarse sobre esta clase de hechos.
Ernesto Macías, otro senador del Centro Democrático, dijo que las Farc incumplieron su promesa de parar el secuestro en el país, razón que consideró suficiente para poner un alto a los diálogos en Cuba. “El Gobierno debe hacer un alto en esto y hacer exigencias de verdad y no con timidez, para poder continuar, porque de lo contrario esto está perdido, porque la agenda la imponen las Farc y ahora manejan el orden público”, dijo.
Antes de conocerse del secuestro de los militares, el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana, le había advertido a las Farc que el tiempo para que esta guerrilla muestre hechos concretos de paz al país se está acabando.
“Quiero decirles categóricamente a las Farc que ha llegado el momento de avanzar en las grandes decisiones. La sociedad necesita hechos concretos, gestos que demuestren que la voluntad de paz de las Farc es real”, sostuvo el vocero del Gobierno durante un encuentro con el Partido Liberal.
Las declaraciones de De la Calle se dieron a propósito de las críticas que surgieron contra el proceso de paz, por el asesinato de los dos indígenas del Cauca a manos de las Farc, mientras desmontaban una valla alusiva a ‘Alfonso Cano’, máximo comandante de esa guerrilla, muerto en una operación militar.

El asesinato de dos indígenas del Cauca, la semana pasada, y el secuestro de dos soldados en la zona rural de Tame (Arauca), a manos de las Farc, volvieron a poner en el centro del debate la seriedad con que este grupo guerrillero está tomando el proceso de paz que adelanta con el Gobierno y su verdadera voluntad de ponerle fin a más de medio siglo de conflicto.
Los dos hechos, que generaron el repudio de los diferentes sectores, incluidos aquellos que respaldan las conversaciones, motivaron a muchos a pedirle al Ejecutivo evaluar el rumbo de los diálogos, toda vez que de tiempo atrás las Farc se habían comprometido a renunciar a la práctica del secuestro.
Para el Partido Conservador, este tipo de actos no responden al necesario respeto por el Derecho Internacional Humanitario y, en cambio, el incremento de las acciones contra la población civil y miembros de la Fuerza Pública, ponen en duda los avances del proceso de paz.
“Hoy más que nunca el Gobierno Nacional debe replantear el marco de la negociación, exigiendo condiciones y respeto al Derecho Internacional Humanitario, para continuar con el proceso de paz que se adelanta en La Habana”, manifestó el presidente de la colectividad, David Barguil.
A esta voz de protesta se unió la del presidente del Senado, José David Name, quien exigió la liberación inmediata de los uniformados y pidió mayor contundencia por parte del Gobierno en la mesa de conversaciones.
“Sostengo y repito que las Farc no pueden seguir con una doble moral frente a la paz, porque es inaceptable que hablen de reconciliación mientras matan y secuestran (…) de lo contrario, hay que evaluar si vale la pena mantener un proceso de paz bajo estas circunstancias”, advirtió el congresista del Partido de la U.
El expresidente y senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, uno de los más duros críticos de los diálogos, también cuestionó que se esté hablando sobre la incorporación a la justicia transicional de los delitos conexos con los delitos políticos, cuando en el país se registran este tipo de acciones.
“Hay soldados secuestrados y el Gobierno buscando acomodar el delito político a las atrocidades de los terroristas para darles impunidad”, dijo Uribe, quien además pidió que los generales que están en Cuba sean retirados del diálogo con la insurgencia.
El presidente del uribismo, Óscar Iván Zuluaga, se sumó a las críticas del exmandatario y calificó como ‘inconcebible’ este acto de las Farc. Además, cuestionó que el presidente Juan Manuel Santos tarde en pronunciarse sobre esta clase de hechos.
Ernesto Macías, otro senador del Centro Democrático, dijo que las Farc incumplieron su promesa de parar el secuestro en el país, razón que consideró suficiente para poner un alto a los diálogos en Cuba. “El Gobierno debe hacer un alto en esto y hacer exigencias de verdad y no con timidez, para poder continuar, porque de lo contrario esto está perdido, porque la agenda la imponen las Farc y ahora manejan el orden público”, dijo.
De la Calle les advirtió
Antes de conocerse del secuestro de los militares, el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana, le había advertido a las Farc que el tiempo para que esta guerrilla muestre hechos concretos de paz al país se está acabando.
“Quiero decirles categóricamente a las Farc que ha llegado el momento de avanzar en las grandes decisiones. La sociedad necesita hechos concretos, gestos que demuestren que la voluntad de paz de las Farc es real”, sostuvo el vocero del Gobierno durante un encuentro con el Partido Liberal.
Las declaraciones de De la Calle se dieron a propósito de las críticas que surgieron contra el proceso de paz, por el asesinato de los dos indígenas del Cauca a manos de las Farc, mientras desmontaban una valla alusiva a ‘Alfonso Cano’, máximo comandante de esa guerrilla, muerto en una operación militar.