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‘Nos impresionó su memoria fotográfica, se acordaba hasta de cómo iban vestidos los niños’
El periodista Rafael Poveda presentará en la Filbo su libro ‘Tras la sombra de Garavito’, donde relata y describe el perfil psicológico de este asesino serial y violador.
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Keila Vilchez
Keila Vílchez B.
Sábado, 15 de Abril de 2023

"Tener a Garavito al frente es como montarse en la montaña rusa más vertiginosa”, esto cuenta el periodista Rafael Poveda en su libro ‘Tras la sombra de Garavito’, en la cual relata el lado más oscuro del pedófilo y peor asesino serial del mundo.

Cuando entrevistó a Luis Alfredo Garavito su pequeño hijo Martín tenía 10 años, precisamente la edad promedio de las víctimas de Garavito.

“Yo me imaginaba a mi hijo tan inocente, tan hermoso y me preguntaba: “¿cómo más de 200 niños como mi hijo fueron violados y asesinados?”. 

Poveda se estrenará como escritor, junto con Cristian Valencia, el próximo 18 de abril en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), con ‘Tras la sombra de Garavito’, donde relata y describe el perfil psicológico de este asesino serial y violador. 

La obra, de 176 páginas, es el fruto de una investigación periodística en la que Rafael Poveda y el también periodista Kevin Pinzón se enfrentan en un pulso psicológico con Garavito. 

Garavito cometió sus crímenes en 14 de los 32 departamentos de Colombia, desde 1992, cuando comenzó su historial en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca. Actualmente está recluido en la cárcel de La Tramacua en Valledupar tras ser sentenciado a 1853 años y 9 días, que fueron conmutados a 40 años por las leyes colombianas por los delitos de secuestro, violación, tortura, homicidio y robo de identidad.  

Relata en su libro, las entrevistas exclusivas a investigadores, policías, familiares de las víctimas y por primera vez la voz del asesino, en la que analiza cómo Garavito logró durante una década burlar a las autoridades y perpetrar estos asesinatos en serie. 

Cuenta este comunicador que así nace su editorial produciendo contenidos periodísticos y contando historias en diferentes formatos, que este año en la Filbo, estrenará sus novelas focalizadas en el género True Crime, con los libros ‘Tras la sombra de Garavito’, el ‘Reflejo de la Bestia’ y el ‘El día que me iban matar’.

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¿Cómo logró contactar a Garavito? 

Uno de los periodistas de mi equipo Kevin Pinzón, quien comenzó hacer reportajes conmigo para Testigo Directo, le escribió en diciembre de 2019 buscando un reportaje para Testigo Directo. Yo no sabía que le había escrito y Garavito por algún u otro motivo le llamó la atención y lo comenzó a llamar. Garavito debe tener decenas de solicitudes de entrevistas y por uno u otro motivo privilegió a Kevin. 

Nosotros nos reunimos con Garavito en febrero de 2020 fuimos a verlo en la cárcel de La Tramacua en Valledupar, obviamente sin cámaras y estuvimos por 5 horas en su celda, es una celda separada del resto, y ahí estuvimos hablando con él de todo.

¿Qué le impactó de Garavito?

Que es un hombre con un don de convencimiento, con una memoria fotográfica increíble, se acordaba de todo, incluso de cómo iban vestidos los niños. Nos contó que tenía más información de niños que nunca contó que había matado, por consiguiente para nosotros tener esos mapas y esas historias era muy importante. 

Me impresionó sus mil caras porque nos contaba que se hacía pasar por sacerdote, minusválido y cuando le pedimos que nos hiciera la representación del minusválido era digno de un Oscar, una cosa impresionante. A mí me impactó mucho cuando le pregunté qué tan fácil era llevarse a un niño y me contó que en una manifestación política en un pueblito de Armenia iba una mamá con su hija y su hijo, y él iba detrás del niño y le hacía caras y lo seguía y seguía, y en un momento determinado la mamá lo soltó y en unos segundos él se lo llevó para siempre. 

¿Por qué había que contar la historia de Garavito?

Consideramos que era importante porque Garavito tiene leucemia y cáncer en uno de sus ojos, ha estado a punto de morir. Entre ese día de febrero de 2020 y hace 5 meses que hablamos con él por última vez, está más delgado y el ojo izquierdo se le ha cerrado totalmente.

Además, algo que me llamó mucho la atención es la especie de pacto con el diablo que tiene. La verdad que yo antes  no creía en eso, pero escuchándolo a él, entonces recuerdo como dicen por ahí: las brujas de que las hay, las hay. 

Y saber que se podía morir llevándose muchas cosas nos pareció que esa historia había que contarla. Entonces, nosotros hicimos estas entrevistas y escribimos estos libros, sin revictimizar a nadie, sino que se pueda entender el dolor de estas familias, que de una u otra manera han sido olvidadas, porque la mayoría de la gente en Colombia sabe quién es Garavito salvo la gente más joven. 

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¿Qué se siente entrevistar a Garavito?

Nosotros lo vimos y nos sentamos con él sin cámara en febrero de 2020, en marzo llega la pandemia y cierran todo, y yo internamente no quería entrevistarlo y le decía a Kevin que no sabía si iba a poder entrevistarlo.

Comenzamos hacer las entrevistas en abril de 2021, y no creas fue algo muy difícil por la energía que tú sientes en ese lugar. Recuerdo que cuando terminamos nuestras secciones, porque le dedicamos cuatro horas por día, de 10:00 a 12:00 del día y luego de 2:00 a 4:00 de la tarde, toda una semana, durante esa primera sesión de entrevistas. 

Éramos unas 7 personas en el equipo y llegábamos agotados al hotel, y recuerdo que me sentaba apartado en un lugar de certeza, a tomar una cerveza y a llorar solo en el hotel. 

Y es algo que nunca he experimentado y yo he hecho muchas entrevistas y he cubierto muchas cosas, y en esta ocasión me derrumbaba por momentos, creo que por la maldad y por todo lo que pudieron vivir las 210 familias que sufrieron el horror de este hombre.

Nunca había tenido un desafío personal tan intenso como este, por la naturaleza de lo que hizo, porque eran niños, además de cómo experimentar el mal en una persona, porque él veía libros satánicos, admiraba a Hitler, admiraba a Pablo Escobar (…) Esto te agota, había demasiada carga encima. 

¿Hubo algo que no le preguntó?

Le preguntamos todo lo que consideramos que debíamos preguntar. Nosotros obtuvimos la autorización de él para la entrevista y el general Mariano Botero, que era el director del Inpec, nos dijo que debíamos hacer la entrevista rápido porque Garavito se iba morir, porque tiene cáncer. 
Entonces, una de las cosas que hicimos fue una especie de mesas redondas con expertos, con psicólogos, psiquiatras y con abogados de cómo leer a esta persona, que es un psicópata, y de cómo sería mejor entrevistarlo. 

Tuvimos muchos inconvenientes en las sesiones, porque decía que lo estábamos torturando con las preguntas. Pero, cuando él nos dice en una de las entrevistas que para Dios robar bicicleta es lo mismo que matar a un niño, obviamente allí no puede ser el más diplomático. 

A mí lo que me interesaba era tener información para los familiares de las víctimas, tener confesiones de nuevas víctimas que nunca confesó, y me interesaba saber por qué hacía eso.

Nunca le preguntamos cómo había matado a sus víctimas, porque eso no nos interesaba, porque eso está ya en sus confesiones en la Fiscalía. 

Pero sí le preguntamos si su papá lo había violado, por los rumores que había sobre ello, y él nos confesó que quien lo había violado había sido el mejor amigo de su papá que tenía una droguería cuando él tenía 12 años. Cuenta que este señor lo quemaba con cigarrillos en sus partes íntimas, le mordía sus partes íntimas y le chuzaba sus partes íntimas. Y le pregunté a la final ¿eso fue lo que precisamente usted terminó haciendo? Y me dijo que sí. 

¿Le contó cómo actuaba?

Él decía que cuando tomaba sentía una enorme necesidad de llevarse a un niño, y comenzaba a escuchar voces que le decían que se llevara a un niño. Estos eran niños vendedores de dulce, lustrabotas, vendedores ambulantes que estaban en la calle tratando de ganarse la vida y por consiguiente para él era fácil ofrecerles dinero, y terminaba echándoles el cuento que lo acompañaran a traer un ternero y los convencía y se los llevaba. 

¿Cree que existe arrepentimiento en Garavito?

Él es un personaje que quiere de alguna manera que la sociedad lo perdone y quiere mostrar que  está arrepentido, que es un creyente de Dios, que lee la Biblia y se la pasa con Biblia para todas partes. 

Vi a una persona con mucho afán por que la gente viera que estaba arrepentido, y es algo que la verdad no nos convenció mucho, y en realidad yo no puedo ser ni Dios, ni juez, es solo mi percepción. 

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