Mónica Bachué usa el arte y la moda “para normalizar una realidad bonita como la de mi sonrisa y la de mis amigos”. La cucuteña, lanzó, en el centro comercial Unicentro, su nueva colección ‘A-Normal’ porque cree “que normales somos todos”. Y se refiere a su condición de labios ‘Leporinos’ como llamó su fundación. Y por primera vez, sube a la pasarela las camisetas ‘Pride’. Así “damos inicio a una nueva aventura, desde Cúcuta, y de todo el mundo que tenemos por conquistar”.
¿En qué consiste la propuesta de la nueva colección ‘A-Normal?
Es ropa muy casual para hombres y mujeres que pretende, como único objetivo, expresar, lo que buscamos como marca de ropa y fundación, que es normalizar la condición de labio leporino y paladar hundido en la sociedad. Estamos hablando a través de la moda y el arte, sin usar ninguna palabra. Y hacemos el lanzamiento de la colección Pride, muy urbana. También estamos presentando la primera colección de hombres en pasarela.
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¿Por qué se inspira en los labios leporinos?
Viene de mis propias historias. Soy paciente de labio leporino bilateral, con trece cirugías reconstructivas y toda mi marca se encarga de reconocer una condición que afecta a una de cada 700 personas alrededor del mundo. Una condición que le puede pasar a cualquiera, que no tiene ningún límite de raza o estrato social y se busca disminuir el acoso, el bullying, discriminación laboral, física, racial.
¿Hace cuánto está comprometida con esta causa?
Vamos a cumplir cinco años y he venido desarrollándolo desde mi inicio, cuando la marca se llamaba Velazca y, que poco a poco, fue cobrando importancia el arte de los leporinos dentro de las prendas que nuestros clientes nos exigían y por eso tomamos el nombre de Leporinos como marca, porque somos mucho más allá de simplemente moda.
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¿Cómo surgió el diseño de modas siendo una Abogada?
Crecí con el diseño de moda. Mi abuela, tía-abuela eran costureras y la tradición de mi familia era de tejenderos campesinos, tejían en telares, con lana de ovejas. Es algo que llevo en la sangre. Pero terminé estudiando Derecho y cuando me fui para Estados Unidos me di cuenta que tenía la oportunidad de hacer lo que llevaba en mi corazón y le metí la ficha para convertirme en diseñadora.
¿Qué significa regresar a la natal ciudad cargada de pergaminos?
Nunca se me pasó por la cabeza venir a trabajar a Cúcuta. Fue de esas cosas que la vida te lleva a donde tienes que estar. Aquí me abrieron las puertas, me han dado las oportunidades. Recibí apoyo de Lina Garcés, Edoardo Maldonado, Nata Bernal. Y crearé el centro de operaciones para lanzar mi marca en los Estados Unidos.
¿Cuántas colecciones ha producido y en qué parte del mundo las ha exhibido?
Unas quince colecciones. La primera fue expuesta en Los Ángeles, California, las siguientes, en Colombia.
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¿Aún persiste en ser ministra del Transporte con esa especialización internacional?
Creo que en el fondo sí. Tengo una obsesión por el tema de movilidad. Considero que es la parte fundamental de inicio de la calidad de vida y existen muchas maneras de incluirse planes de creatividad para desarrollar soluciones que puedan generar grandes cambios, con pequeñas inversiones y capital humano. Pero creo que la carrera se me fue por otro lado, el diseño de moda.
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