Dos jugadores y un técnico del equipo sudafricano de fútbol instalados en la Villa Olímpica han dado positivo para la COVID-19, haciendo temer por un brote en la Villa.
El comité organizador de Tokio-2020 había anunciado que tres casos positivos “del mismo país y el mismo deporte” habían sido detectados en la Villa Olímpica sin dar mayores precisiones.
Sudáfrica se medirá a México, Francia y Japón en el torneo olímpico masculino de fútbol, que comienza el jueves en la víspera de la ceremonia de apertura de los Juegos.
“Tres miembros de la delegación del equipo sudafricano de fútbol dieron positivo para la COVID-19 y se encuentran aislados en un recinto adecuado”, afirmó el Comité Olímpico Sudafricano en un comunicado, señalando que el resto del equipo ha dado negativo.
Por su parte, Tokio-2020 había explicado antes que los dos deportistas positivos y su acompañante fueron “aislados en su habitación” y sus “contactos estrechos han sido identificados”.
Estos “contactos” han sido sometidos inmediatamente a pruebas nasofaríngeas, que se añaden al control de saliva cotidiano de los participantes en los Juegos, y deberán “comer en su habitación, entrenarse aparte y tomar transportes separados”, explicó Pierre Ducrey, director adjunto de los Juegos en el seno del Comité Olímpico Internacional (COI).
Casos inevitables
La duración de estas medidas, que influyen en la vida del grupo, así como en la preparación de la competición, dependerá de lo que dicte el “centro de control” anti-covid en la Villa Olímpica.
“Solo cuando los expertos dictaminen que no supone ningún riesgo para los demás puede uno unirse a su equipo”, detalló Pierre Ducrey.
Un cuarto caso, que afecta a un entrenador, fue identificado en el seno del equipo de rugby VII sudafricano, concentrado en Japón, pero que no está todavía en la Villa Olímpica.
La federación sudafricana precisó que se trata del seleccionador de los ‘Blitzboks’, Neil Powell, y explicó que el equipo había sido aislado a su llegada a Tokio el miércoles después de un caso positivo de un pasajero del vuelo desde Doha. Finalmente, el equipo no fue considerado como un caso de contacto y se le dio luz verde para ir a la concentración de Kagoshima, con cuatro días de retraso.
No se trata de los primeros casos de la COVID-19 relacionados con los Juegos ya que el COI contabilizaba ayer 55 pruebas positivas entre las 30.000 llevadas a cabo sobre 18.000 deportistas, personal de sus equipos, oficiales o periodistas, llegados a Japón desde el primero de julio.
El COI también confirmó que uno de sus miembros, el surcoreano Seung Min Ryu, dio positivo a su llegada al archipiélago. El martes y el miércoles, los 102 miembros de la instancia se reunirán en un hotel de la capital japonesa para su asamblea general.
Pero el brote sudafricano en la Villa Olímpica ilustra los temores a una infección en cascada en este lugar sin equivalente en el mundo deportivo, poniendo a prueba las medidas anti-covid preparadas desde hace meses.
“Es inevitable que tengamos casos”, reconoció Christophe Dubi, director de los Juegos en el COI, consciente del temor de una parte de la población japonesa frente a esta cita planetaria.
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