Las pistas que tuvieron los socorristas dieron cuenta de que se trataba del cuerpo sin vida de Germán Blanco Martínez, de 25 años.
La confirmación que entregó uno de los familiares, dio paso a escenas de tristeza y de resignación entre sus seres queridos.
En ese momento, Isabela, la prometida de Blanco, no pudo contener el dolor y rompió en llanto, al percatarse de que los planes de boda para el próximo mes quedaron en el olvido.
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La mamá del minero tuvo que ser consolada por sus demás familiares, que no dudaron en rodearla y brindarle un abrazo, mientras le secaban sus lágrimas.
Los miembros de la Defensa Civil y de la Cruz Roja estuvieron atentos para atender cualquier emergencia de los dolientes.
Las esperanzas de hallar un rastro de vida se perdieron. Con resignación, los familiares recogieron algunas de sus pertenencias y acompañados del personal de la mina fueron trasladados hacia otro lugar, para recibir atención.
Mientras el dolor de la familia Blanco no cesaba, los rescatistas sacaron a otro minero faltando 10 minutos para las 12 del mediodía. Esta vez, se trataba de Pablo Antonio Gómez Vargas, de 37 años.
El reloj que siempre portaba y una marca en su cara fueron fundamentales para que los familiares lo reconocieran.
Gómez trabajó durante 19 años en minería. Los últimos 18 meses los laboró en la mina La Mestiza.
El minero, oriundo de Gramalote, dejó a una hija de 7 años. Sus familiares lo recordarán como un hombre trabajador, alegre y muy unido a sus seres queridos.
El tercer cuerpo rescatado ayer fue el de Ernesto Ramírez, de 40 años. Este hombre nació en Sardinata y dejó dos hijas.
Hasta el cierre de esta edición, todavía hacía falta por sacar tres cuerpos, por lo que las labores continuaban en el socavón.