Las autoridades tuvieron pocas pistas sobre el crimen de José Alfredo Jiménez Hernández, quien era perseguido por sus verdugos.
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El caso ocurrido la noche del miércoles, en la avenida 18 con calle 30, del barrio Aguas Calientes en la ciudadela La Libertad.
En la inspección técnica del cadáver, que quedó tendido al lado de la motocicleta en la que se movilizaba la víctima, las autoridades hallaron una bolsa, al parecer, con cocaína, lo que es materia de investigación. El crimen fue cometido en un punto desolado, oscuro y que colinda con un sector conocido como El límite. El hombre recibió tres balazos.
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Jiménez tenía dos anotaciones judiciales como indiciado por fabricación, tráfico o porte de estupefacientes de 2017 y la más reciente de este año, por violencia intrafamiliar, reportaron la autoridades de Policía.
Según se conoció, Jiménez fue perseguido por dos hombres que iban en otra moto y que finalmente lo interceptaron en el lugar para asesinarlo sin piedad.
En la mortal escena, los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) recolectaron seis vainillas, calibre 9 milímetros.
Al lugar del hecho arribaron algunos familiares de la víctima que protagonizaron momentos de dolor, mientras los investigadores adelantaban las pesquisas y la inspección judicial.
Un negocio
José Jiménez, al parecer, fue llamado para concretar un negocio, pues actualmente trabajaba en la compra-venta de motocicletas.
Las autoridades hasta el momento no conocen de amenazas o problemas contra la víctima para determinar los móviles del asesinato.
Algunos vecinos aseguraron que conocían a Jiménez, porque vivió durante muchos años en este sector de la ciudadela La Libertad, pero que desde hace algún tiempo no lo habían vuelto a ver.
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La Policía Metropolitana de Cúcuta también acudió a la escena para iniciar las pesquisas que permitan identificar y judicializar a los autores del homicidio.
Drogas y riesgo
Los habitantes de esta zona de La Libertad aseguraron que hay constante presencia de consumidores y expendedores de drogas que alteran la tranquilidad y la seguridad de los vecinos.
“Ir al parque a cualquier hora del día se volvió un riesgo. Consumen de manera exagerada y también están vendiendo. Parece que los únicos que no se dan cuenta de esto son los policías”, dijo un habitante.
Asimismo, insistió en que los atracos y demás situaciones que generan temor entre los residentes de Aguas Calientes y los alrededores están latentes a todo momento. Pidió a las autoridades que se incrementen los controles y patrullajes para garantizar la seguridad.
