Durante los últimos cuatro años, investigadores de la Dijín y la Fiscalía, estuvieron tras las pistas de José Alonso Guerrero Sanguino, conocido como ‘Mascota’, quien presuntamente fungía como el líder urbano de Los Pelusos en Ocaña.
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Las autoridades sabían que no podían desaprovechar ningún descuido de Guerrero para capturarlo, por eso aprovecharon cuando lo ubicaron en una vía pública de Ocaña y hasta allí llegaron uniformados de la Dijín, en conjunto con el Gaula Militar, para detenerlo y dejarlo a disposición de la Fiscalía.
‘Mascota’ tenía una orden de captura por los delitos de concierto para delinquir agravado, porte ilegal de armas y utilización ilegal de uniformes e insignias.
Según el material probatorio recopilado por las autoridades durante la investigación, pudieron establecer que el detenido tenía una trayectoria criminal de 8 años con Los Pelusos y que presuntamente se encargaba de ordenar extorsiones, secuestros, reclutamientos, homicidios selectivos y de controlar el microtráfico.
La coronela Olga Patricia Salazar Sánchez, directora de la Dijín, aseguró que luego de la captura, el detenido quedó a disposición de la Fiscalía, que le imputó cargos a través de una audiencia pública virtual ante un juez de control de garantías, que posteriormente decidió enviarlo a la cárcel.
Además, también se conoció que Guerrero Sanguino mantenía su fortín entre Ocaña, Ábrego y Pan de Azúcar.
Los investigadores que le siguieron el rastro a este presunto jefe urbano, se percataron de que se encargaba de la compra de material de guerra para fortalecer la presencia armada de este grupo armado ilegal en esta zona de Norte de Santander y también en González, sur del Cesar.
Cabe recordar que las autoridades han golpeado estructuralmente a Los Pelusos, debilitando su brazo militar, por lo que esta organización ha tenido que disminuir sus acciones delictivas, enfocadas principalmente en el narcotráfico.
Asimismo, las disputas a sangre y fuego que ha librado contra el Ejército de Liberación Nacional (Eln) han dejado un panorama más desalentador para la organización, que se consolidó como un reducto del Ejército Popular de Liberación (Epl).
Sin embargo, el Catatumbo ha sido el fortín para este grupo ilegal, por el flujo del narcotráfico, manteniendo relaciones con carteles mexicanos que alimentaban las ganancias por el intercambio de cocaína.
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