El ambiente de fiesta y celebración que había en un pool, ubicado en la manzana 10 y frente al anillo vial occidental, en el barrio Alfonso Gómez, quedó empañado de sangre, el domingo en la noche, luego de que un pistolero ingresara y le disparara a cuatro personas.

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Ayer, en ese establecimiento, el ambiente era de miedo y silencio, las personas se preguntaban qué había sucedido la noche anterior, mientras se escuchaban los murmullos de diferentes versiones de esa masacre en la que fallecieron José Francisco Quintero Robles, Darkis Lorena Acevedo Villamizar y un tercer hombre, quien aún no ha sido identificado.

También resultó herido Junior Alexander Gaona, de 23 años, primo de Quintero Robles. Los familiares de José Francisco, de 46 años, quien era el esposo de Darkis, de 26, lamentaron lo ocurrido y dijeron que ellos no le debían nada a nadie ni se metían con las personas, por el contrario, él trabajaba como jornalero y la mujer era ama de casa.

“Ellos vivían como a unas tres cuadras de ese establecimiento, se sentaban ahí a veces a tomarse unas cervezas y luego se devolvían para su casa tranquilos, pero mire que ese momento de felicidad terminó en uno de lamentos para nosotros y las dos hijas de ellos”, comentó una familiar de José Quintero.

¿Cómo se dio el hecho?

A las 7:00 de la noche todo transcurría con normalidad dentro del pool, allí había varios clientes y una empleada. La música y las cervezas propiciaban el ambiente en ese establecimiento hasta donde llegaron la pareja junto con el primo y  las dos niñas, de 1 y 7 años.

Los adultos y las menores se sentaron afuera, al lado de una barda de cemento, luego les trajeron unas cervezas y comenzaron a hablar tranquilamente. El hombre, sin identificar, estaría en otra mesa.

 “José y Darkis tenían una amistad con la propietaria del lugar, hasta le decía prima de cariño. Era el lugar donde se reunían para distraer la mente o celebrar algún logro”, agregó la familiar.

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Con el paso del tiempo, según se conoció, a la niña de un año le dio sueño y uno de sus padres la llevó para la casa, donde estaba su abuela materna y se devolvió para el pool. Cuando el reloj marcaba las 8:00 de la noche y la  empleada entró para sacar una botella de cerveza del congelador se escucharon varios disparos y gritos.

La atemorizada mujer se escondió y a los pocos minutos salió, observando a los adultos tirados en el piso heridos, la niña llorando desconsoladamente e ilesa.

Según versiones de testigos, el pistolero ingresó al pool tranquilamente y le disparó en dos oportunidades a José Quintero en la cabeza, luego a Darkis Lorena. Los otros dos hombres recibieron tiros en el  pecho y la espalda.

Quintero Robles alcanzó a correr unos cuantos metros, pero fue alcanzado por las balas, quedando tirado en la calle.

“Nadie vio al pistolero porque esto es retirado y nadie estaba a esa hora en la calle, se escucharon solo los tiros. Algunas personas dicen que el asesino llegó en moto y otros que en un taxi”, dijo un residente.

Una familiar de la pareja llegó hasta el lugar en un taxi  donde montó a Darkis Acevedo y al familiar de Quintero hasta el Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde la mujer falleció en la madrugada de ayer. La otra víctima se encuentra bajo pronóstico reservado con un tiro en la espalda.

En el sitio, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) encontró dos proyectiles deformados y uno en buen estado que serán analizados por expertos en balística. En el pool hay una cámara de seguridad que pudo registrar los momentos en que ocurrió la masacre, ese video será vital para que los investigadores judiciales determinen lo sucedido.

Un dolor en el alma

Ayer en la mañana dos familiares de José Quintero llegaron hasta la escena del crimen, observaron una mancha de sangre que había en el piso y la barda y comenzaron a llorar.

El dolor fue incontenible, sobre todo cuando fueron escuchando los murmullos de las personas que repetían una y otra vez lo sucedido la noche anterior.

 “Es muy difícil todo esto, nosotros nos enteramos de lo sucedido por llamadas, pero como vivimos en Ureña tuvimos que esperar para cruzar la frontera. Esperamos que las autoridades investiguen porque no sabemos nada del responsable de este ataque a bala”, indicó una prima de José Francisco.

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Varios familiares de la pareja viajarán a Cúcuta para reclamar en Medicina Legal los cuerpos y darles el último adiós.  

Darkis y José Francisco llevaban 17 años de relación y tenían las dos hijas, aunque el hombre tuvo antes dos niños con su anterior pareja. Ellos, según una familiar, siempre eran unidos y trabajadores.

Policía guarda detalles

En un corto video, el coronel Carlos Andrés García Suárez, comandante encargado de la Policía Metropolitana de Cúcuta,  indicó ayer que diferentes unidades de la Sijín están revisando cámaras de seguridad y recopilan testimonios de lo sucedido. Sin embargo, no avanzó en ningún detalle, ni entregó declaraciones en rueda de prensa.

“Invitamos a la comunidad (…) que nos ayuden con la individualización e identificación de los responsables del hecho”, concluyó el oficial.

Alejandro Martínez, secretario de Seguridad de Cúcuta, indicó que Jairo Yáñez, alcalde de la ciudad, convocó a un consejo de seguridad, hoy, para que se haga seguimiento a este hecho.

Esta es la primera masacre que ocurre en Cúcuta en 2023, y la segunda en Colombia. En 2022 ocurrieron cinco hechos similares en la ciudad, tres en el casco urbano y dos en la zona rural.

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