Aunque entre los familiares de los diez soldados que murieron en el macabro ataque con explosivos y disparos por parte del Frente Camilo Torres del Ejército de Liberación Nacional (Eln), el pasado 29 de marzo, en zona rural de El Carmen, se creía que las investigaciones no avanzarían, la Fiscalía anunció ayer que citó a la cúpula militar y al ministro de Defensa, Iván Velásquez, para que el próximo martes 2 de mayo rindan una declaración sobre este hecho.
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Según el ente acusador, la intención es “obtener elementos que permitan tener claridad sobre las acciones militares que realizaban los integrantes del Ejército Nacional contra las organizaciones criminales que tienen injerencia en el territorio donde sucedió el ataque”.
El mindefensa; el comandante de las Fuerzas Militares, general Helder Fernán Giraldo Bonilla; el comandante del Ejército Nacional, general Luis Mauricio Ospina Gutiérrez; el jefe del Comando Operativo Energético en Norte de Santander del Ejército, coronel Jhon Freddy Correa González, fueron citados a la diligencia judicial.
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De igual manera, la Fiscalía aseguró que el pasado 18 abril declararon el jefe del Estado Mayor de Operaciones del Ejército Nacional, general Fredy Marlon Coy Villamil; el comandante de la Segunda División, general Nayro Javier Martínez Jiménez, y el comandante del Comando Específico de Norte de Santander, general Ricardo Roque Salcedo.
Luz María Rodas, abuela de Brayan Andrés Guerrero López, oriundo de Valledupar, uno de los militares víctimas de esta masacre, recibió enhorabuena la noticia de la investigación y de la citación de la cúpula militar a la Fiscalía, para que la muerte de su “hijo”, como ella aún lo califica, no quede impune.
“Es importante que se investigue, que esto no quede impune. Ellos (militares) fueron asesinados mientras dormían. Estaban ahí desde diciembre y ese día del hecho fueron alertados por la presencia de un hombre que iba y venía por sus alrededores, y a pesar de que los muchachos (soldados) lo manifestaron, nadie hizo nada”, dijo la doliente.
El ataque
A las 3:00 de la madrugada del miércoles 29 de marzo, en una finca en la que los militares permanecían acampando y fueron despertados con explosivos y luego atacados con fusil. En el lugar quedaron sin vida siete soldados y dos suboficiales, mientras que Brayan Guerrero y ocho uniformados más, quedaron agonizando y con heridas graves.
Desde ese mismo miércoles, cuando la noticia llegó a la invasión El Pescaito, donde está ubicada la humilde casa de la familia del joven soldado, la abuela viajó a Cúcuta para estar cerca de su nieto y lo hizo por diez días, donde permaneció en inmediaciones de la clínica Medical Duarte, hasta cuando ordenaron el traslado al Hospital Miliar en Bogotá, de donde finalmente murió el uniformado, de 19 años.
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