En el área metropolitana de Cúcuta, la modalidad de microtráfico en pequeñas cantidades ha involucrado en el accionar delictivo a familias enteras, que se dedican a almacenar, distribuir y comercializar las drogas a lo largo y ancho del territorio.

Constantemente la Policía de Cúcuta desarticula bandas narcotraficantes en las que sus principales integrantes son miembros de una misma familia.

La organización denominada ‘La Tribu’, conformada por tres mujeres y tres hombres, estaba integrada por cinco familiares: padre e hijo, esposa, suegra y cuñada. La Policía tardó dos años en desmantelar la estructura delictiva de esta familia.

En 2013 capturó a las mujeres, con cocaína y marihuana que escondían en lugares estratégicos de una casa en el barrio Aeropuerto.

En enero de 2015, fueron capturados Edinson Alfredo Patiño Bueno, conocido como  ‘El Soldado’, de 42 años; Alfredo Patiño, ‘El Viejo’, de 66 años y Henry Hanngelo Gómez Escalante, ‘Papa Salada’, de 39 años. 

‘El Viejo’ y ‘El Soldado’ tienen parentesco de padre e hijo.

Al momento de la captura, los hombres tenían antecedentes y ya habían pagado penas en prisión por el delito de fabricación, tráfico o porte de estupefacientes.

El comercio de la droga funcionaba a través de la modalidad de entrega a domicilio, con un pedido previo que se hacía a través de un mensaje de texto.

Las investigaciones de la Unidad de Estupefacientes de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín) señalan que cada dosis de coca era vendida en 10 mil pesos.

Asimismo, el foco delictivo de esta banda de microtráfico se concentraba en los barrios El Salado, Aeropuerto, Pizarro, Olga Teresa y Las Américas, de la comuna seis. Anteriormente, el perímetro del comercio de drogas abarcaba los barrios Guaimaral, Prados Norte, Zulima y Quinta Oriental, sectores donde vivían los expendedores.

Finalizando enero, la Policía capturó a una pareja de esposos que vendía drogas en la ciudadela La Libertad.

Los detenidos fueron identificados como Jair Alberto Rovira Moreno, conocido como ‘El Gato’, de 21 años, quien sería el líder de la banda de expendedores; Johana Paola Jeréz Polo, ‘Nana’, de 20 años, compañera sentimental de ‘El Gato’ y quien estaría a cargo del manejo de las finanzas, producto de la actividad ilícita.

Según las investigaciones, la pareja de esposos se dedicaba al tráfico de marihuana y basuco en menores cantidades, desde hace aproximadamente cuatro años. Los barrios apetecidos por los traficantes eran La Libertad, Siglo XXI, San Luis y Torcoroma.

A la pareja se le halló 122 dosis personales de marihuana con un peso de 703 gramos, listos para comercializar. La droga era almacenada en la casa donde vivían los esposos.

‘El Gato’ tenía antecedentes judiciales por los delitos de daño en bien ajeno y fabricación, tráfico o porte de estupefacientes por hechos registrados en los años 2012 y 2014.

En marzo, fueron capturadas once personas que integraban la banda Los Motilones, una red de expendedores de narcóticos que delinquía en el centro de Cúcuta.

Entre los miembros de esta red estaba una pareja de esposos, José Nicasio Becerra Ramírez, ‘Cheo’, de 23 años y su compañera sentimental, Irene Andrea Torres Bravo, ‘La Mona’, de 34 años, a quienes se les incautaron cinco dosis de heroína y 20 gramos de basuco, listas para comercializar.

La red trabajaba para las finanzas del Clan Úsuga.

En julio, el turno fue para otra pareja de  esposos que dominaba el comercio de marihuana tipo cripy en un expendio fijo, comúnmente conocido como ‘olla’.

Durante la diligencia de allanamiento, en una de las habitaciones, los investigadores encontraron 25 bolsas plásticas transparentes con cierre hermético que contenían igual número de dosis personales de marihuana, listas para comercializar y una bolsa plástica con un bloque de la sustancia vegetal compacta aún sin procesar, con un peso de 650 gramos. 

Otros dos expendios de drogas fueron desarticulados, en los que la ‘columna vertebral’ de la estructura delictiva estaba conformada por familiares.

El comandante de la Policía de Cúcuta, coronel Jaime Barrera, explicó que sus hombres tienen indicaciones concretas de golpear las estructuras del microtráfico en el área metropolitana de Cúcuta.

Dijo que al conocer los casos en los que los miembros de una misma familia trafican drogas, se generan nuevas estrategias de seguridad para fortalecer las investigaciones que permitan erradicar los expendedores de drogas en esta zona de frontera.

Es consciente de que este negocio desencadena actividades ilícitas que generan problemas sociales, por eso, mantiene el pie de fuerza necesario para contrarrestar este delito.

“Seguimos combatiendo el microtráfico, tenemos investigaciones importantes para desmantelar estas redes que afectan a nuestros jóvenes”, dijo el oficial.