Durante nueve días, un comerciante de El Zulia tuvo que vivir entre el temor y la intranquilidad por cuenta de dos presuntos extorsionistas que, bajo intimidaciones y amenazas, le exigían inicialmente 100 millones de pesos, a cambio de dejarlo trabajar en su negocio y no atentar contra su vida.
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Una de las estrategias que utilizó el comerciante fue cambiar de número de celular para evitar las constantes llamadas que le hacían los dos desconocidos, que se identificaron como miembros de Los Pelusos.
Sin embargo, al no tener respuesta vía telefónica, los extorsionistas dejaron una carta intimidatoria en un sobre por debajo de la puerta del establecimiento comercial, por lo que cuando la víctima abrió su negocio, se percató de la amenaza.
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En dicho panfleto con insignias del Epl, los delincuentes le indicaron a la víctima que debía comunicarse a un número telefónico para coordinar “un aporte de guerra”, que consistía en pagarles mensualmente 2 millones de pesos.
El comerciante buscó ayuda en el CTI y el Gaula Militar, por lo que de inmediato los investigadores judiciales coordinaron un pago controlado para así dar con el paradero de los responsables de la extorsión y capturarlos en flagrancia.
El operativo
A las 5:00 de la tarde del jueves, un grupo de uniformados y de investigadores del CTI y del Gaula rodearon el parque Santander, cerca de un establecimiento comercial, en pleno centro de Cúcuta, donde se programó el encuentro con los dos extorsionistas.
Cuando las autoridades se percataron de la llegada de los dos sospechosos, de inmediato se pusieron alerta para que nada se saliera de control.
Daniel Castillo Amaya, como fue identificado uno de los extorsionistas, fue quien se acercó hasta la mesa donde estaba la víctima y recibió el paquete con el dinero que se había acordado para la entrega.
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Mientras que Braulio José Medina Torrado, su cómplice, quien se había quedado en la parte externa del establecimiento comercial, estuvo atento a la diligencia, sin percatarse de que estaba rodeado de unidades del CTI y del Gaula Militar. Él le entregó a Castillo Amaya el celular del que se comunicaban con la víctima vía telefónica.
Los uniformados primero detuvieron a Daniel Castillo, mientras que su acompañante corrió e intentó huir por el parque Santander, por lo que tuvo que ser interceptado por las autoridades.
Los detenidos quedaron a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, por el delito de extorsión y luego de ser presentados en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, un juez decidió enviarlos a la cárcel para que respondan por este hecho.
El primer operativo
La tarde del 28 de junio, también alrededor del parque Santander, el CTI y el Gaula Militar capturaron a dos hombres que estaban recibiendo el pago de una extorsión que le exigían a un comerciante.
Los dos hombres también intimidaban a la víctima a través de llamadas telefónicas, por lo que el comerciante acudió a las autoridades para que iniciaran las pesquisas y capturaran a los responsables de estos hechos.
Sin embargo, luego de que los capturados fueron presentados en audiencias judiciales, un juez decidió dejarlos en libertad.
Las autoridades le pidieron a la comunidad que, en caso de ser víctimas de extorsión, instauren la denuncia para iniciar las investigaciones y contrarrestar estos hechos, dejando a los responsables respondiendo ante la justicia.
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