La única pista que tienen las autoridades sobre el crimen de José Fernando Arias Rubio, de 22 años, es que antes de que él saliera de su casa, ubicada en el barrio Virgilio Barco, le aseguró a sus seres queridos que iría a visitar a algunos amigos en Cumbres del Norte.
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Sobre la 1:00 de la tarde del sábado, Arias Rubio salió de la vivienda y desde ese momento sus familiares perdieron contacto con él.
Sin embargo, la noticia del ataque a bala que sufrió José Fernando, se conoció en su familia a la medianoche del sábado, cuando una hermana de la víctima fue alertada a través de una llamada de lo que había ocurrido en el barrio Panamericano.
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La persona que llamó a la familiar de José Arias le aseguró que a él le habían disparado en la cabeza y que tuvieron que trasladarlo de inmediato al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde minutos después murió.
De los agresores se conoció que se movilizaban en una motocicleta y que cuando se percataron de que José Arias estaba en un sector desolado, en la transversal 13, del barrio Panamericano, de inmediato lo atacaron y huyeron del lugar.
Según se conoció, las autoridades están revisando videos de algunas cámaras de seguridad instaladas alrededor del lugar del crimen para identificar a los pistoleros.
Microtráfico
De manera extraoficial se conoció que, al parecer, el crimen de José Fernando Arias sería producto de retaliaciones por líos de microtráfico.
Las autoridades indagan posibles rencillas que tenía la víctima con expendedores de drogas a los que les pedía algunas dosis que presuntamente no pagaba.
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José Fernando era oriundo de Arboledas y allá trabajó junto con su mamá en una finca, por lo que conocía de las labores del campo.
Los investigadores de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y el levantamiento del cadáver, además de recolectar evidencias y seguirles el rastro a los asesinos.
Expendio y consumo
El barrio Panamericano, al igual que El Salado, Cumbres del Norte y La Ínsula que están en el mismo sector de la Comuna 6, han sido escenarios históricamente frecuentados por expendedores y consumidores de drogas, lo que desencadena en la comisión de hechos de violencia de manera frecuente.
Las autoridades han constatado que allí hay presencia de bandas criminales al servicio del microtráfico, que no tienen ningún inconveniente en cobrar a sangre y fuego las retaliaciones y disputarse los territorios de esta manera.
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