Los líos judiciales de Julio César Figueroa empezaron en marzo, cuando unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta lo capturaron en flagrancia, junto con otro hombre, minutos después de robarle el celular a una mujer, mientras la intimidaban con un arma.

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En ese momento, un juez decidió enviarlo a la cárcel para que enfrentara un proceso judicial por hurto calificado y agravado.

Sin embargo, un grupo de investigadores avanzó de manera sigilosa en las pesquisas y las sospechas que tenían sobre la presunta participación de Figueroa en el escalofriante homicidio de Wilmer Humberto Suárez Judex, el conductor de una grúa que fue secuestrado y asesinado de un balazo en la cabeza, a principios de noviembre del año pasado.

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Según la Fiscalía, los policías pudieron establecer su participación en ese crimen, a través de un cotejo de voces, en las llamadas que hicieron los secuestradores a la familia de la víctima.

Las autoridades recopilaron el material probatorio y así pudieron imputarle en la cárcel los delitos de homicidio agravado, secuestro extorsivo, hurto calificado y agravado y porte ilegal de armas, que finalmente el detenido no aceptó.

Por ahora Julio Figueroa debe continuar en prisión, mientras avanzan los procesos penales que tiene que enfrentar.

¿Cómo fue?

A Wilmer Humberto Suárez lo secuestraron mediante la modalidad que vienen usando las bandas delincuenciales, pidiendo un falso servicio. Se conoció que el 5 de noviembre de 2021, la víctima recibió una llamada en la que le pidieron transportar en la grúa que manejaba una maquinaria de construcción que supuestamente estaba en una finca en la vereda Patillales, zona rural de Cúcuta.

El conductor de inmediato coordinó con el dueño de la grúa para ir a prestar el servicio. Según las autoridades, Wilmer llegó hasta el primer reductor de velocidad de la vereda y, al parecer, el supuesto cliente lo llamó y le dijo que se devolviera, que era por el Anillo Vial Occidental, cerca del conjunto residencial Torres de Bolívar.

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Suárez Judex de inmediato se regresó, pero solo alcanzó a andar menos de un kilómetro, pues al llegar al puente, fue interceptado por varios hombres armados. Allí, mientras unos se lo llevaron para la zona boscosa, otro delincuente se subió a la grúa y emprendió el viaje hacia la vía a San Faustino, donde aparentemente la iban a pasar por una trocha hacia Venezuela.

Pero como el dueño del vehículo le estaba haciendo seguimiento por medio del sistema de GPS, al ver que la grúa se desvió del camino que debía tomar y que el conductor no le contestó, optó por apagarla, ante eso, el asaltante se escapó y le dio aviso a sus cómplices para que no soltaran a Wilmer Humberto y pidieran dinero por su liberación.

Aunque los secuestradores se comunicaron en repetidas oportunidades con la familia de la víctima exigiéndole al menos 10 millones de pesos por su liberación, y hasta circularon un video en el que se veía al conductor atado a un árbol y pidiendo ayuda para que lo liberaran, dos días después del secuestro fue hallado muerto con un balazo en la cabeza, cerca del sitio donde fue interceptado.

En el momento del hecho, las autoridades aseguraron que la temible banda criminal conocida como ‘Los Toyoteros’, que se dedica a robar vehículos fue la que cometió el crimen del conductor.

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