Siguen conociéndose denuncias de diferentes líderes comunales de Cúcuta que han sido amenazados mediante mensajes de texto, al parecer enviados por el Ejército de Liberación Nacional (Eln).

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Este es el caso del exedil Juan Pallares, quien denunció que para finales de noviembre del año pasado comenzaron a llegarle mensajes de texto y de WhatsApp en los que le decían que era un blanco del Eln, incluso sabían donde vivían él y sus seres queridos, entre otros datos personales.

Lo que más impactó a la víctima fue saber que estaba en un supuesto ‘listado para dar de baja’ de esa guerrilla, por lo que se puso en contacto con diferentes presidentes comunales y ediles de su comuna para decidir qué hacer.

“Conteste y evite que lo matemos, tenemos todos sus datos y su ubicación así que contéstele las llamadas al comandante. Atentamente alias ‘la negra’”, dice en uno de los mensajes de texto que le llegaron al celular.

Al principio solo recibía mensajes de texto intimidatorios, días después le escribieron al WhatsApp, diciéndole que debía contestar porque era parte de ese supuesto listado.

Esa situación, según dijo la víctima, se comenzó a salir de control porque salir a la calle o cualquier actividad significaba un estrés al creer que lo seguían y de esa forma tenían acceso a sus datos personales.

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“Cumplir con mi labor como líder comunal fue un pecado, uno busca lo mejor para la comunidad y comienzan a llegar esos mensajes intimidatorios.

Naturalmente uno se asusta porque no sabe si lo siguen en la calle o en cualquier momento atentarán contra la integridad de uno”, explicó la víctima.

Y agregó que se puso en contacto con un miembro Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) para que le brindaran protección e investigaran la situación.

“Yo llamé a un policía y le escribí a su WhatsApp, pero nunca me respondió, me sentí solo en una situación que es incontrolable. Lo que hacía era que cuando llegaba un mensaje bloqueaba el número, pero eso no servía de nada”, aseguró.

Con la ayuda de un experto en comunicaciones se enteró que las llamadas provenían de Cali (Valle del Cauca), lo cual se le hizo raro a la víctima, quien renunció a su cargo como edil el 23 de diciembre del año pasado.

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