El Deportivo Independiente Medellín rompió anoche su maleficio en las finales del fútbol profesional colombiano, y se coronó campeón de la Liga Águila I al vencer 2-0 al Junior de Barranquilla, en el juego de vuelta disputado en el estadio Atanasio Girardot de la capital antioqueña, con una brillante actuación de su capitán Christian Marrugo, autor del doblete que le dio la sexta estrella al ‘poderoso de la montaña’.
El conjunto paisa había perdido tres finales en los últimos cuatro años, ante Millonarios en el segundo semestre de 2012, con Santa Fe en el segundo campeonato de 2014, y contra el Deportivo Cali en el primer semestre de 2015.
Sin embargo, y con la pesada historia sobre sus hombros, los guerreros de Leonel Álvarez saltaron ayer al campo del Atanasio Girardot literalmente a devorarse sus rivales, apoyados por una hinchada que desbordó de rojo y azul cada rincón del estadio y no paró de cantar en ningún momento de la noche.
Y fue justamente la final de ayer el desquite perfecto que tuvo el técnico Leonel Álvarez para callar las críticas que le llovieron desde que asumió la conducción del equipo, en mayo del año pasado, y cerrar de esta forma una nueva etapa en un club que ya lo tiene metido en la historia.
“Este es un triunfo no solamente para nosotros, los jugadores y cuerpo técnico, es un triunfo para toda esta gente que ya merecía una nueva alegría. Además, quiero agradecer todo lo hecho por Daniel Torres, felicitarlo porque este triunfo también es de él. Seguramente ahora en Estados Unidos debe estar feliz, llorando, porque antes de irse nos dijo que nosotros habíamos hecho todo el trabajo durante el semestre para ser campeones”, afirmó el técnico del ‘poderoso’, que había llevado al DIM a su quinta estrella, hace siete años.
Christian Marrugo, al minuto 35, aprovechó una desatención de la defensa juniorista y bajó un centro enviado desde la izquierda para marcar el 1-0. En la etapa complementaria, con el tiempo consumido y cuando se jugaba el tercer minuto de adición, el mismo Marrugo condujo una contra de cancha completa aprovechando una subida de Viera en un tiro de esquina, y después de una corrida de 70 metros definió sin oposición, y el estadio estalló.