La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Fútbol y coca
Yo pensaba que las enfermedades contagiosas eran la tuberculosis, la sífilis el sida y unas cuantas más, pero acabo de descubrir una nueva: la bobera. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, acaba de contagiar con ella al presidente de Millonarios, Felipe Gaitán, a quien se le iluminó el cerebro con una idea genial, digna del inventor de la bomba atómica: nada menos que renunciar a dos de las estrellas ganadas durante la época de Gonzalo Rodríguez Gacha, por considerar que no fueron obtenidas de manera limpia.
Viernes, 5 de Octubre de 2012
Yo pensaba que las enfermedades contagiosas eran la tuberculosis, la sífilis el sida y unas cuantas más, pero acabo de descubrir una nueva: la bobera. El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, acaba de contagiar con ella al presidente de Millonarios, Felipe Gaitán, a quien se le iluminó el cerebro con una idea genial, digna del inventor de la bomba atómica: nada menos que renunciar a dos de las estrellas ganadas durante la época de Gonzalo Rodríguez Gacha, por considerar que no fueron obtenidas de manera limpia.

El rechazo no se hizo esperar. Protestaron  dirigentes, jugadores, entrenadores y directores técnicos de los años 1987 y 1988, quienes consideraron como un absurdo la increíble idea, que de aplicarse obligaría a muchas entidades y organismos a devolver todo lo obtenido durante las oscuras épocas en que el narcotráfico dominó todas las actividades nacionales.

Pensando y haciendo memoria recordé las estrellas que lograron varios equipos de fútbol, las coronas de distintas reinas de belleza, la curules de unos cuantos parlamentarios, concejales y diputados, además de numerosos periodistas, comentaristas de deportes, árbitros, personalidades de las más diversas actividades, industriales, banqueros, policías y militares, que se untaron de dineros ‘’calientes’’, como se llamaba a los capitales del narcotráfico. Hasta presidentes de la república han sido mencionados en los anales de la historia de la infiltración mafiosa en la política. Viejo amigo y colega ya desaparecido, relacionista del cartel de Cali, me dijo en algún momento, en un pasillo del Congreso: ‘’usted es el único periodista que nunca me ha pedido dinero’’.

Haciendo un balance imparcial, surge  pregunta obligada: ¿todos los implicados deberán renunciar a lo obtenido en la época de bárbaras naciones? Varios equipos se quedarían sin estrellas, muchas reinitas perderían las coronas y algo más, unos parlamentarios deberían reintegrar sueldos y prestaciones, unos bancos tendrían que devolver multimillonarias consignaciones, muchas fincas y mansiones se quedarían sin propietario. La lista de devoluciones es muy grande, como grande fue la influencia de la coca en t oda la economía nacional, pues hasta la iglesia católica recibió dineros calientes, como lo reconoció por televisión el desaparecido sacerdote Rafael García Herreros, quien  le aceptó una finca al más malo de los malos. ¿Y qué tal los altos oficiales procesados y destituidos por su amistad interesada con los grandes capos? ¿Tendrán que devolver las estrellas y los soles? 

Me vienen a la memoria unos episodios del reinado de belleza. El principal personaje era un narco, extraditado a Estados Unidos, quien realizaba fiestas en su yate, anclado en la bahía de Cartagena. Asistían todas les reinitas de la época, quienes recibían regalos de los invitados a los ágapes. Una de las soberanas nacionales se casó con  personaje conocido con el alias de ‘El Mico’, quien mandó a ponerle aire acondicionado a la catedral de Barranquilla para el matrimonio. ¿Habrá que anular el vínculo y devolver los regalos? 

La lista es gigantesca. Y los untados son casi todos los equipos de fútbol, la mayoría de los cuales tuvieron vínculos con gente de mucho dinero. ¿Se acuerdan de los grandes jugadores que se trajeron en los años 80? Según revelación de periodista deportivo que estuvo preso, los dirigentes deportivos viajaban a la Argentina con maletines llenos de dólares y traían jugadores de primera línea que no volvimos ni volveremos a ver.

El epílogo de la absurda y ridícula propuesta de dirigente de Millonarios fue el oso protagonizado por el equipo ante el Real Madrid, en el estadio de la capital española, done recibió la muenda más vergonzosa de la historia, nada menos que un marcador de ocho a cero.

Afortunadamente la presidenta del club bogotano, la excanciller Noemí Sanín, nos prometió ganar en próxima oportunidad y rehabilitarse con la más numerosa hinchada del fútbol. Habrá, pues, que esperar quién sabe cuántos años para sacarnos la espina. Y devolver las estrellas.

¿Por qué será que en Colombia aparecen esos personajes sin oficio, que no saben cómo decir idioteces? Últimamente se dan silvestres los babosos que no conocen la historia y proponen cantinfladas. No me extrañaría que cualquier día de estos alguien proponga quitarles la corona a todas las reinitas elegidas por los narcos y designar en su reemplazo a las virreinas. Yo, por mi parte, tengo mi candidata para soberana nacional: la más hermosa de todas, que quedó de segunda en Cartagena: Carolina Cruz, la novia de todos los que tenemos buen gusto.




















Temas del Día