Cuando se habla de Amparo Grisales lo primero que se viene a la mente es ‘la diva de la televisión colombiana’. Y no es para menos; su sensualidad, su sonrisa envolvente, su actitud imponente y su manera de expresarse la ponen en el lugar que está. 

Segura de sí misma y con un amor propio e inigualable habla de su vida personal y laboral, dejando claro que no le gustaría parecerse a nadie. “No me gustaría imitar a nadie, porque soy demasiado auténtica. Yo me llamo Amparo Grisales”

Llena de picardía, Amparo Grisales toma la batuta en “Yo me llamo” programa al que llega con su látigo bien afilado para lograr el objetivo de encontrar al doble de un artista famoso.

¿Estará muy exigente en esta temporada? 

No conozco otra manera de juzgar a los participantes. Mi esencia es esta. Me dieron a representar un personaje que es el de un jurado,  y como su palabra lo dice es un juez.  Así como hay momentos de emoción y de lágrimas, también  hay de risa y de mucha pasión…Ah!  y de mucho látigo, porque hay que decirles la verdad. 

¿Qué es lo que la caracteriza?

Que a mí no me gustan las medias tintas, yo creo que eso es lo que me ha caracterizado, que soy muy frentera y yo creo que por eso la gente confía tanto en mí, porque soy verdad. Aunque a veces hiera un poco, eso sí, nunca lo hago con intención, sólo trato de ponerlos en tierra. 

¿Le molesta cuándo la imitan?

Cuando lo hacen con respeto me parece un alago, porque imitan a los ganadores, a los perdedores nadie los quiere imitar. 

¿Nuevos compañeros ¿Qué tal el cambio?

Divinos. César Escola es un genio, su experiencia es total. A él lo conozco desde que me dirigió en ‘Doña flor y sus dos maridos’, incluso hizo música para mi shows. Es un gran ser humano y viene también con el látigo afilado… Y Pipe representa la nueva generación con su música popular, es un chico joven que también tiene la experiencia de subirse a un escenario y de estar frente a unas cámaras y cuando hay experiencia y respeto por tu profesión, siempre hay camaradería y respeto. 

Gustos y disgustos

¿Cómo es Amparo Grisales?

No todo lo que ven es como lo pintan, no todo lo que leas o escuches de mí lo creas. Yo creo que la esencia de uno mismo es difícil de describirla… Sé que soy un ser humano lindo, buena persona, trabajadora, que me quiero a mí misma y me quiero muchísimo, porque es el ser humano que tengo más a mano. Entonces soy una persona que me considero muy libre, muy dedicada, disciplinada y con una voluntad de hierro, lo demás que lo digan los que viven y los que trabajan conmigo. Soy una persona muy franca, sincera, que enfrenta y confronto. 

¿Qué le eriza de un hombre? 

La pasión.

¿Qué es lo primero que le ve?

La mirada. 

¿Mayores, menores o de la misma edad?

No importa, aunque tan menores no. Me gusta de quien aprender… todavía tengo mucho que aprender; además me gusta admirar una persona que ya esté realizada, que tenga claro lo que quiere en su vida.

O sea, como dicen por ahí, no al colágeno en hombres menores…

Eso de uno grandecito meterse con menores que para el colágeno,  no no no. El colágeno yo lo produzco divino, yo hago ejercicio, me alimento divino y estoy llena de colágeno sin necesidad de muchachitos, así que muchachitos mi amor, no. Tengo muchos  amigos jóvenes, pero para una situación sentimental me gusta un hombre hecho y derecho.

¿Qué le molesta?

No me gusta que me mientan, que me anden con hipocresía. El que habla detrás de mí es porque yo voy unos pasos más adelante. 

¿Qué la sensibiliza? 

Tengo mis debilidades, también soy frágil hay cosas que me hacen doblar de sensible y  lo que más sensible me pone, es mi familia. Mi mamá se me fue hace muy poco y he estado muy ocupada. El legado de ella era que siempre fuéramos felices, que no nos pusiéramos tristes por nada, pero es difícil, es una ausencia que uno tiene presente y fue hace muy poquito. Uno puede tener carácter, pero la sensibilidad está, y yo creo que cuando se pierde la sensibilidad no se puede ser actriz, porque la actriz vive de las emociones.

¿Qué es lo que siempre la ha tenido firme?

Que nunca dejo de soñar. Realmente dice que uno envejece o que se muere cuando ya no hay sueños ni esperanza. Quiero decirle a todos que por más que alguien  te quiera pisotear los sueños nunca dejen de soñar,  cuando te digan no, que eso sirva  para llenarse de fuerza.

¿Con quién va a pelear?

Con el que se me atraviese. (Risas).