1.-Propósito del negocio: Identificar las características, la propuesta de valor, el costo de producción, los materiales y el equipo que se requiere para producirlo es lo que realmente define un negocio y su probabilidad de éxito. Uno de los errores más recurrentes dentro de quienes inician su negocio es la falta de claridad frente al producto o el servicio que van a ofrecer al mercado.
2.- Financiación: Cuando se comienza una empresa, generalmente el presupuesto económico para ejecutarlo es limitado. La falta de capital restringe algunas decisiones, por lo que hay que ser muy cuidadosos en cómo priorizar los gastos. “Para iniciar, montar y desarrollar un negocio se requiere una inversión de dinero. Los emprendimientos durante los primeros años están expuestos a ciertas restricciones crediticias, los bancos son conservadores a la hora de conceder préstamos, por lo que puede ser una alternativa recaudar fondos de otras formas, como pueden ser los fondos de capital privado”, explica James Hernández.
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3.-Desconocimiento legal: Entender la parte tributaria, los impuestos, las retenciones, la propiedad intelectual, los derechos de autor y el uso licencias es una debilidad que se debe subsanar. “Es necesario prestar atención y tener al día todos los aspectos legales, si dentro del proyecto no hay una persona experta, es mejor acudir a un externo que del manejo adecuado. Cuando la empresa no está al día, quiere decir que algo no está funcionando correctamente'', analiza el representante de Trust Corporate.