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El posconflicto
~Muchos funcionarios públicos, políticos y columnistas están hablando de la firma del acuerdo de paz y del comienzo de lo que llaman posconflicto como un momento estelar en la historia, como un punto de quiebre, como una refundación de la patria. Esa caracterización me parece no solo equivocada, sino peligrosa.~
Lunes, 9 de Febrero de 2015
~Muchos funcionarios públicos, políticos y columnistas están hablando de la firma del acuerdo de paz y del comienzo de lo que llaman posconflicto como un momento estelar en la historia, como un punto de quiebre, como una refundación de la patria. Esa caracterización me parece no solo equivocada, sino peligrosa.~ Muchos funcionarios públicos, políticos y columnistas están hablando de la firma del acuerdo de paz y del comienzo de lo que llaman posconflicto como un momento estelar en la historia, como un punto de quiebre, como una refundación de la patria. Esa caracterización me parece no solo equivocada, sino peligrosa.

Y, para que nadie me malinterprete, quiero recordar que desde esta columna he apoyado el proceso de paz. Eso sí, he lamentado que no haya sido una política de Estado.

El llamado conflicto en Colombia jamás abarcó a todo el territorio, y solo a finales de los 90, con  la crisis provocada por el proceso 8.000, el fraccionamiento de la dirigencia política, la división del Ejército y la desmilitarización de San Vicente del Caguán, las Farc alcanzaron una importante influencia territorial.

Pero jamás lograron controlar una ciudad intermedia, menos una capital de departamento, como sí lo hizo, por ejemplo, la guerrilla salvadoreña. Es verdad que hacia el año 2002, las Farc tenían 17 frentes alrededor de Bogotá, pero es igualmente cierto que un año y medio después ya no contaban con ninguno.

(Apartes del artículo publicado en El Espectador por el columnista Santiago Montenegro)  
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